Descubre los superpoderes de la respiración. Te contamos cómo convertirla en la mejor aliada de tu bienestar y tu salud
No basta con respirar, la forma en que lo haces influye en tu bienestar físico y mental. Favorece el rendimiento deportivo y el descanso, reduce el estrés y ayuda a mejorar la salud y a ralentizar el envejecimiento
Respirar es algo más que un acto reflejo. Considerado por el Global Wellness Institute como uno de los pilares del bienestar por sus demostrados beneficios para la salud física y mental, la respiración se está convirtiendo en una de las grandes corrientes a explorar y explotar en el futuro como elemento indisociable de una mejor calidad de vida. De hecho, este organismo refiere un artículo de la Escuela de Medicina de Harvard en el que la Dra. Shalu Ramchandani expone que aunque respirar pueda parecer un acto estrictamente utilitario, no solo sustenta la vida sino que puede mejorarla cuando se usa como una herramienta. “Los ejercicios de respiración simples incorporados a lo largo del día pueden en realidad desconectar una respuesta de estrés crónico potencialmente dañino para la salud y ayudar a aislarlo del daño que puede producir en el cuerpo”, concluye.
“Aunque la respiración es una función automática del organismo, la mayoría de las personas no respiran de manera efectiva y consciente. Muchas veces respiramos de manera superficial y no llenamos completamente nuestros pulmones con aire, lo que puede causar estrés y ansiedad” confirma Ángel Luis Guillén Torregrosa, psicólogo, sexólogo, terapeuta y director Psicopartner. De esta forma, continúa, al no prestar atención a nuestra respiración, no la usamos de manera efectiva para relajarnos o aumentar nuestra energía. “Además, en situaciones de estrés, es común que respiremos de manera acelerada y superficial, lo que puede aumentar la ansiedad y el nerviosismo”.
Quienes piensan que respirar no tiene más misterio que inspirar y espirar para tomar aire andan muy equivocados, porque, como corrobora Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos, “la respiración puede optimizarse y darnos muchos beneficios. Es importante saber que con cada inspiración oxigenamos nuestro organismo y con cada espiración lo desintoxicamos”. Sin saberlo, a menudo no respiramos bien, cogemos aire por la boca o respiramos de forma superficial, manifiesta esta experta. “Cuando cogemos aire, a menudo tenemos la tendencia de hacerlo con la parte superior de los pulmones, por lo que apenas aprovechamos nuestra capacidad pulmonar, desperdiciando los beneficios de una buena oxigenación de nuestro organismo. Respiramos rápido y entrecortadamente sin darnos cuenta y esto no nos beneficia”. De esta forma, el estrés, la ansiedad, la falta de atención y conciencia en nuestro cuerpo hacen que hiperventilemos. Es la pescadilla que se muerde la cola, ya que esa respiración rápida y entrecortada no hace sino aumentar nuestra sensación de alerta y agotarnos, confirma Palomares. Por su parte, Ángel Luis Guillén señala también el sedentarismo y las malas posturas como otros factores que pueden influir negativamente en la respiración.
Todo lo que una (buena) respiración puede hacer por ti
Tal como apunta Laura Palomares, los beneficios de una buena respiración son muchos. “Por un lado, oxigenar adecuadamente nuestro cuerpo y nuestro cerebro permite un descanso verdaderamente reparador de nuestro organismo cuando paramos o dormimos. Asegura que todas nuestras células estén oxigenadas y puedan realizar su función adecuadamente, los tejidos de nuestro cuerpo sufren menos envejecimiento, nuestros sistemas endocrino y cardiovascular mejoran su funcionamiento sin forzarlo. Mejora la deglución y funcionamiento de nuestro sistema digestivo, baja el estrés y la ansiedad considerablemente, y reduce la fatiga. Lo notaremos también en nuestro rendimiento mental y la capacidad para concentrarnos”.
No solo eso, porque saber respirar adecuadamente tiene efectos muy positivos en la práctica de ejercicio físico. Quienes practican yoga saben que el primer paso, fundamental en esta disciplina, es respirar como es debido. Cada asana (postura) cobra su máximo sentido mediante el control respiración. Pero no solamente los yoguis de pro, sino que cualquier persona que practique una actividad física (ni qué decir los deportistas profesionales) sabe que una adecuada respiración mejora el entrenamiento y su rendimiento.
Aprende a respirar (consciente)
Según explica Ángel Luis Guillén, la respiración consciente implica prestar atención a nuestra respiración y usarla para relajarnos, aumentar la energía o concentrarnos. Lo dicho, “puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la concentración así como a mejorar la calidad del sueño, fortalecer el sistema inmunológico y reducir la presión arterial. Esto puede lograrse mediante ejercicios de respiración y meditación”.
El objetivo es tomar conciencia de nuestro cuerpo y acumular los beneficios de una óptima respiración que nos ayude a aprovechar toda la capacidad de nuestros pulmones. Según la directora de Avance Psicólogos, basta con tomarse unos minutos al día para comenzar a realizarla y acostumbrar a nuestro cuerpo y cerebro a mantenerla. Laura Palomares nos explica cómo hacerlo:
Coloca recta la espalda y baja levemente el mentón.
Imagina que con cada inspiración tu estómago se llena como un globo, y se deshincha poco a poco al espirar. De este modo, con cada inspiración y expansión del estómago el diafragma podrá extenderse en toda su amplitud lo que permitirá una mayor entrada de aire en tus pulmones. Es bueno notarlo, así que pon tu mano en el estómago y nota cómo esté se hincha y se deshincha. Suavemente.
Trata de alargar la espiración poco a poco y que dure un poco más que la inspiración
Asegurando que sueltas todo el aire de tus pulmones. A medida que tomes conciencia de cómo tu diafragma se expande, realiza este ejercicio sin necesidad de inflar el vientre, sencillamente dejando que el diafragma descienda y se abra. Nota como el aire profundiza en tus pulmones como si bajara escalones, primero entrando por la parte superior y expandiendo las clavículas, después la zona intermedia y finalmente el diafragma desciende y se llena la parte inferior.
Lentamente nota como el aire sale en el sentido inverso
Primero exhala poco a poco el aire de la parte inferior, después la intermedia y finalmente la parte superior de tus pulmones se vacía. Imagina este recorrido como si fuera una ola, que va y viene lentamente. Si te acostumbras a respirar de este modo, con un poco de entrenamiento consciente cada día, podrás beneficiarte de los efectos de una buena respiración.
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