Síndrome del nido vacío: qué es y cómo nos afecta

Descubre sus síntomas, cómo superarlo y por qué es más común entre mujeres.

El síndrome del nido vacío

Qué es el síndrome del nido vacío

/ Marita Alonso

El síndrome del nido vacío es la sensación de tristeza y pérdida que sienten los padres cuando los hijos se independizan del hogar familiar. “En la mayoría de los casos, cuando los padres se han hecho cargo en exclusiva de la crianza, la vinculación afectiva y emocional es muy intensa, con lo que el golpe de la partida del hijo suelen vivirla con más impacto. Es tal el sentimiento de pertenencia que se da en este tipo de familias que a veces se compromete la individuación del hijo debido a que el vínculo es tal, que es difícil romper las fronteras del sistema retrasando el crecimiento y la salida de los mismos”, dice Judith Mesa,  terapeuta en Vivofácil.

Hoy queremos saber cuáles son sus síntomas, cómo evitar que el duelo desemboque en depresión y por supuesto, si hay forma de prepararse para su llegada y así, poder mitigarlo.

Los síntomas del nido vacío

“El síndrome del nido vacío que experimentan algunos padres y madres cuando sus hijos se van de casa y se independizan, lo podríamos explicar como un tsunami de síntomas y cambios emocionales que lleva a sentir un vacío existencial. Aparecen sentimientos de tristeza y de pérdida, como en un duelo. A veces, los síntomas son intensos y la persona podría llorar con frecuencia, extrañar cada día la presencia de sus hijos en la mesa durante las comidas o sentir una melancolía profunda al ver su habitación vacía. También puede aparecer ansiedad o preocupación, con pensamientos constantes e incluso obsesivos sobre si el hijo/a estará bien o no, si estará comiendo adecuadamente, si estará a salvo en su nuevo entorno…”, explica Aguamarina (Maribel Jiménez), psicóloga y terapeuta holística. “Además, se dan cambios rápidos en el estado de ánimo: pueden aparecer tanto episodios inexplicables de llanto como una gran irritabilidad en situaciones cotidianas, o sentir un vacío emocional que no hay nada que pueda llenar. Y otro síntoma, que también es muy característico de este síndrome, es tener la sensación de falta de sentido o de dirección, no saber qué hacer con el tiempo o encontrar motivación en algo, porque se sufre una pérdida de identidad una vez que los hijos se van”, añade.

¿Podemos anteponernos y prepararnos?

El síndrome del nido vacío ocurre a causa de lo vinculadas que tantas mujeres están con la identidad de ser madres, pues su universo gira en torno a esta figura, por lo que en el momento en el que los hijos abandonan el hogar y desaparece la labor de ocuparse de ellos, llegan el vacío y la pérdida de sentido. “Lo primero que hay que hacer es ser consciente de si esa mamá está llenando su necesidad de ser amada, reconocida y valiosa en base a su rol de madre y de sentirse necesitada por su hijo. Por eso es tan necesario y saludable transitar la maternidad no solo atendiendo, acompañando y nutriendo las necesidades de nuestros hijos, sino también invirtiendo tiempo y atención en desarrollar y desplegar nuestra identidad en diversas áreas de la vida que nos nutran y en las que podamos crecer y evolucionar con nuestros dones y talentos, ya sea en las relaciones, en la expresión creativa, en la contribución social o en la carrera profesional”, dice Jiménez. “Y, por otra parte, es fundamental fomentar la independencia de los hijos de forma gradual, no cayendo en la sobreprotección y dándoles responsabilidades y autonomía desde pequeños, permitiéndoles que tomen sus propias decisiones y se vayan preparando para vivir de forma independiente”, asegura.

Cómo evitar que el duelo derive en depresión

“Mi primer consejo es encontrar actividades para distraerse y pasarlo bien, retomar amistades, conocer gente nueva…hoy en día las redes sociales facilitan el contacto con las personas evitando el aislamiento. En el caso de empezar a tener los siguientes síntomas que comento a continuación, contactar con un profesional para evitar su evolución: Tristeza profunda, soledad, anhedonia (incapacidad de sentir placer con lo que antes se disfrutaba), llanto, desesperanza, pérdida de sentido de la vida, dejadez física, consumo de sustancias o medicación”, dice Judith Mesa.

Qué es el síndrome del nido vacío

El síndrome del nido vacío

/ Istock

¿Por qué es más común entre mujeres? 

Responde Aguamarina (Maribel Jiménez), psicóloga y terapeuta holística. “Aquí intervienen varios factores, como el rol tradicional de género que ha llevado a la mujer a asumir el papel de cuidadora de los hijos. En nuestra sociedad patriarcal, las mujeres son más valiosas cuando son madres, son más visibles y valoradas, por lo que cuando te identificas como madre se espera de ti que dediques la mayor parte del tiempo y tu energía a la crianza de los hijos. Hay mucha presión y expectativa social para cumplir con los ideales de una maternidad convencional que te exige desconectarte de ti misma y de tu identidad en otros ámbitos. En cambio, al hombre no se le exige esa dedicación abnegada en la crianza, y sí se le permite y se le premia por crecer y avanzar en otras áreas vitales”.

El síndrome del nido vacío

El síndrome del nido vacío

/ Istock

Judith Mesa añade que hay una serie de factores que pueden influir a la hora de que aparezca el síndrome del nido vacío.

  • No tener trabajo fuera de casa, su trabajo ha sido la crianza de los hijos. 
  • Problemas de comunicación con la pareja.
  • Escasa vida social y relacional.
  • La aparición de la menopausia.
  • El cuidado de los abuelos.

Cómo superar el síndrome del nido vacío

“En la sociedad actual, no hay un consenso con respecto a cuál es la relación ideal entre los padres y sus hijos en vías de emanciparse. El estereotipo cultural predominante se centra en los padres entrometidos, que quieren saber qué hacen sus hijos y los llevan a sentirse culpables por no incluirlos en su vida. En algunos casos no son capaces de aceptar el nido vacío y se valen de mecanismos disfuncionales, consiguiendo que los hijos no abandonen el hogar, lo que genera que se originen o agraven problemas serios de la relación padres-hijos. Algunos estudios sobre el  síndrome del nido vacío apuntan a que muchos padres se han olvidado de sí mismos, y han creado un proyecto de vida entorno a los hijos, lo cual se convierte en un problema cuando se hacen adultos y deciden emanciparse”, dice Judith Mesa antes de dar algunas pautas se pueden seguir para superarlo:

  • Sentir satisfacción por la emancipación de los hijos.

Sustituir la tristeza por la alegría. Sentirse orgullosos y afortunados de haber sido capaces de haber criado a unos hijos con las herramientas y recursos necesarios para que puedan volar, convirtiéndose en personas autónomas e independientes.

  •  Aceptación.

Aceptar que es “ley de vida”, que entra dentro de lo normal echarles de menos y que no es imprescindible estar apegados y viendo juntos toda la vida.

  • Mantener la comunicación y la relación.

La relación con los hijos continúa a través de diferentes medios (llamadas telefónicas, WhatsApp, videollamadas), visitas, acontecimientos familiares... La vida no se ha terminado. Es importante que se les deje tomar sus propias decisiones sin entrometerse, al no ser que ellos pidan consejo. La base de mantener la relación es la buena comunicación.

  • Desarrollar y potenciar nuevas habilidades.

Ahora ha llegado el momento del autocuidado y de dedicarse tiempo para uno mismo. Estaría bien hacer actividades nuevas y/o viajes.

  • Nuevas relaciones.

Conocer gente nueva que aporte un nuevo espacio y nuevas experiencias.

  • Reencuentro de la pareja.

En algunos casos durante años han ejercido como padres dejando de lado la relación de pareja. Es el momento de darle chispa y animación a la relación y en el caso de estar soltero o separado, puede ser una oportunidad para conocer gente nueva.

  • Acude a terapia.

La terapia puede ser de gran ayuda cuando se experimenta el síndrome del nido vacío. Se agradece el apoyo, comprensión y acompañamiento en el proceso por parte de un profesional para  aceptar el cambio y reorientar la vida.

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