Tres mujeres españolas entregadas a la causa

Tres mujeres españolas entregadas a la causa
Tres mujeres españolas entregadas a la causa

Conocer la Fundación Vicente Ferrer les ha cambiado la vida:

JUDITH MASCÓ

«En 1996, mi marido y yo estábamos preparando un viaje a Tíbet y cayó en nuestras manos un reportaje que explicaba la vida y obra de Vicente Ferrer. Nos quedamos consternados y llamamos al teléfono que venía en las páginas. Para nuestro asombro, nos contestó el propio Vicente. Una vez allí, aún nos parecía mentira que se pudiera hacer algo así en India. Él era el gran padre de Anantapur y supo crear un microcosmos de solidaridad a su alrededor. Tener una experiencia de voluntariado y conocer a una persona de la profundidad de Vicente Ferrer es algo que te marca para siempre.»

SUSANNA GRISO

«Colaboro con la fundación, tengo apadrinados varios grupos de mujeres, y espero

viajar pronto a Anantapur para conocer de cerca la gran labor que hacen. Gracias a las ayudas que reciben pueden montar pequeños negocios y enviar a las chicas a

la universidad. Es emocionante comprobar cómo pueden emanciparse, tener voz

propia frente a los hombres y soñar con un futuro mejor. Conozco al sobrino de Vicente y a su hijo Moncho. Son personas serias y entusiastas, merecedoras de toda confianza. Vicente Ferrer era lo más equiparable a un santo, y su obra seguirá.»

NINA

«Conocí la obra de Vicente Ferrer en una maratón benéfica. Fui a Anantapur a visitar el proyecto y trabajé durante un mes con niños invidentes. Inolvidable. Allí me di cuenta de la dimensión de la fundación, que ha cambiado no solo la situación de pobreza extrema de mucha gente, sino que ha transformado su mentalidad. Ha logrado, por ejemplo, que muchos padres acepten hijos discapacitados como seres humanos. Un milagro de un ser excepcional como Vicente, todo corazón. A su lado, Anna es la razón: ella seguirá impulsando con su familia tan maravillosa herencia.»

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