'Sexo en Nueva York' cumple 25 años: 5 lecciones que aprendimos de sus protagonistas

Aspiracional y disfrutable (también, criticada por algunos sectores). Y, en cierto sentido, revolucionaria. Así fue la serie 'Sexo en Nueva York' y esto es lo que aprendimos con sus cuatro protagonistas.

Sexo en Nueva York
Sexo en Nueva York

Un día como hoy hace exactamente 25 años se estrenaba el primer capítulo de 'Sexo en Nueva York', una de las series más exitosas y recordadas de la televisión. Tanto que no solo ha inspirado después un 'reboot' en HBO, 'And just like that', que acaba de estrenar su segunda temporada y que provoca sacudidas en las redes cada vez que anuncia novedades, como el posible regreso a la ficción de una de sus actrices más queridas, Samantha, interpretada por Kim Catrall. Además, HBO ya anunció que celebraría su 25 aniversario por todo lo alto con una experiencia inmersiva sobre el universo de 'Sexo en Nueva York' que podrá visitarte gratuitamente entre el 8 y el 11 de junio de Nueva York y que soñanos con que llegue a España.

Las cuatro protagonistas de Sexo en Nueva York

Las cuatro protagonistas de Sexo en Nueva York.

/ Gtres

Venerada (y también criticada), lo que no se puede negar es que 'Sexo en Nueva York rompió con algunos tabúes y revolucionó en cierta medida las ficciones del momento, dejándonos algunas lecciones de vida.

Estas son las 5 cosas que aprendimos de sus personajes Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker), Miranda Hobbes (Cynthia Nixon), Charlotte York (Kristin Davis) y la citada Samantha Jones (Kim Cattrall), y parte de los motivos por los que fue una de las series más populares de sus momentos.

1. SOLTERAS... Y FABULOSAS

La ficción pataleó el término 'solterona' y reforzó la idea de que tener pareja no significa, ni mucho menos, que nadie te quiera. Era el inicio del fenómeno 'single' y de sus mujeres sexys y libres que no eran ni económica ni socialmente dependientes de los hombres. Puede que este argumento se sostuviera, a veces, de forma algo endeble o contradictoria (pese a ser una de sus premisas, en la serie todas las protagonistas terminaban con una pareja, lo que invitaba a ser interpretado como 'un final feliz') pero es que eran otros tiempos.

Sexo en Nueva York, la película


/ D. R.

2. EL SEXO ES COSA DE MUJERES

Las cuatro amigas protagonistas no solo se reunían en su restaurante favorito para charlar, sobre todo, 'de chicos'. Tal vez a veces parecía que lo único que les preocupaba en la vida era gustar o ser queridas por su 'crush' pero se lo perdonamos porque en otros sentidos la ficción era innovadora. Por ejemplo, el grupo hablaba de sexo de forma más o menos explícita (orgasmo femenino, ménage à trois, homosexualidad...), desterrando el concepto de asexualidad que envolvía a la mujer y y mostrando que ellas también tenían deseo (y que esto no era algo vergonzoso). Y hay más: salían más desnudos masculinos que femeninos por cada plano.

Sexo en Nueva York


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3. LOS 30 ERAN LOS NUEVOS 20

La serie luchaba contra el 'ageism', es decir, la exclusión por la edad, reivindicando que a los treinta y tantos o, incluso, a los 40 una mujer podía disfrutar de la vida plenamente y de una forma que hasta entonces parecía reservada a gente más joven. Ahora, de hecho, su nueva ficción, 'And just like that', extiende esa franja a los 50. ¡Y quien sabe si dentro de veinte años sus protagonistas nos harán pensar lo mismo de las septagenarias!

4. EL VALOR DE LA AMISTAD

"Dicen que nada dura para siempre: los sueños cambian, las modas van y vienen pero las amistades nunca pasan de moda", nos recordaba Carrie Bradshaw. ¡Y no podemos estar más de acuerdo!

5. QUERERSE A UNA MISMA

Tal vez esta frase, tan repetida en los últimos lustros, era la gran lección de la ficción y con la que sus protagonistas combatían su vulnerabilidad e inseguridades, que también sufrían.

Y como ellas lo merecían todo y se amaban (o querían aprender a hacerlo), también nos dejaron algunos de los estilismos más recordados y glamourosos de la televisión, y una lista de marcas de moda para soñar. Porque subida a unos Manolos la vida se veía (ve) de otra manera, como un día nos dijo Carri brava.

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