Sanxenxo, el pueblo más turístico y bonito de Galicia

Voy a Sanxenxo desde que nací. De hecho, mis primeras fotos en su famosa playa de Silgar, son de cuando tenía apenas un año. Ahora, se ha convertido en uno de los grandes reclamos turísticos de Galicia pero lo cierto es que, hace apenas 30 años, era un pueblecito de pescadores que, ya por aquel entonces, se llenaba de madrileños al llegar agosto.

Hoy, es conocido como el ‘Benidorm del Norte’, pero lo cierto es que aún sigue manteniendo ese encanto que lo convierte en la perfecta opción para pasar unas vacaciones, tanto en familia como con amigos. Y es que, si por la mañana mandan los castillos de arena y los baños en sus gélidas aguas, por las noches, el ambiente se transforma gracias a la renovación de su puerto deportivo Juan Carlos I (en honor al Rey emérito, que pasa allí largas jornadas), donde no sólo vemos algunos de los yates más imponentes de nuestro país –Amancio Ortega atraca allí– sino también una espectacular zona de ocio con discotecas en cada esquina.

Fiesta a parte, Sanxenxo es el lugar ideal para pasar la temporada estival alejado del calor. Es más, los días de lluvia (porque, hay que admitirlo, siempre hay alguno), son el momento idóneo para conocer la zona y es que, cerca encontramos enclaves como Combarro, el bonito monasterio de Armenteira o la icónica isla de la Toja. Además, por supuesto, de las Islas Cíes. Si te decides a visitar esta localidad, te contamos cuáles son los lugares que no puedes dejar de visitar y, en muchos casos, que son menos turísticos. Estos son los cinco rincones escondidos de Sanxenxo, el pueblo turístico más bonito de Galicia.

Punta Vicaño

A medio camino entre Sanxenxo y Portonovo se encuentra este mirador que se esconde entre pinos y da directamente al mar. Es imprescindible hacer una parada en Gasho, un pequeño ‘lounge bar’ donde podrás desde desayunar a tomar unos cócteles. Sin duda, tienen el privilegio de contar con una de las mejores vistas de la zona.

El sendero azul, de Montalvo a punta Faxilda

Manuel colocó un banco con la inscripción ‘Grazas pola vida‘ en agradecimiento a su vecino, Manuel, quien le salvo de ahogarse en estas aguas. Este es uno de los puntos más emotivos pero lo cierto es que este sendero y sus vistas son una buena razón para dar ‘gracias por la vida’. Arranca en punta Montalvo y recorre las playas de Bascuas y Pragueira, pasando por la playa de Major hasta llegar a punta Faxilda: desde esta zona, podrás vislumbrar las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa y sus islas Cíes, Ons y Sálvora.

Ermita de Nosa Señora de A Lanzada

A orillas de la famosa playa de A Lanzada y sobre una pequeña península, se erige este pequeño templo del siglo XII, acapara todas las miradas porque es precioso tanto por sus vistas como por su arquitectura y significado. De hecho, en el centro de la ermita, encontramos en el techo una miniatura de un barco, una pequeño gesto de agradecimiento por la protección ofrecida por la Virgen a los marineros. En esta zona, también se conservan algunos restos de lo que fue una fortaleza medieval en el siglo X, levantada para defender la zona de los invasores árabes y normandos.

Calas de arena blanca

Sino te apetece pelearte por encontrar un hueco donde poner tu toalla en la concurrida Silgar, siempre puedes escaparte a las afueras del municipio y visitar otras playas, como la de Paxariñas, Areas o Pragueira, donde su arena blanca tiene un aspecto mucho más salvaje. Si lo que buscas es surfear, no puedes dejar de visitar Foxos.

La casa del Albariño

Bajo la denominación de bajo la Denominación de Origen Rías Baixas encontramos Adega Eidos, una bodega familiar donde las viñas crecen con vistas al mar. Sus visitas guiadas se convierten en el plan perfecto para esos días en los que la lluvia hace inviable visitar la playa.