15 restaurantes para comerse el otoño
Terrazas que aprovechan los últimos días de calor o comedores acogedores con chimenea para las primeras jornadas de frío. Novedades de temporada y clásicos con nuevos platos. Una agenda renovada que recorre España en busca de nuestros refugios de otoño favoritos.
De un estrella Michelin a un bocata gourmet, de platos tradicionales venecianos a creaciones bretonas de siempre, del dimsum chino más sofisticado a un sushi fusionado. Pero también una paella valenciana, tapeo español, propuestas vegetarianas, pescados de lonja o carnes maduradas. En esta guía hay restaurantes para todos los gustos. Todo un ecléctico menú que hará las delicias de todas.
Marina en Valencia
Los tomates de El Perelló, el calamar de playa, la clóchinas o el sepionet son algunos de los productos de la región que Marina Restaurante (ubicado en la playa de Las Arenas) incorpora a sus platos. Los arroces, máximo exponente de la casa, también se surten de verduras de la huerta valenciana como, por ejemplo, los típicos garrofón o la bajoqueta. No faltan los guiños internacionales en tacos reinventados (Alejandro Sosa, su chef, es mexicano) o la selección de sushi. Cuenta con zona de terraza, piscina (con servicio de sándwiches, ensaladas, hamburguesas…), club con los mejores DJs y acceso directo a la playa para apurar los últimos baños de la temporada.
Estimar en Valencia
Habitaciones cuidadas, bien pensadas y funcionales en pleno centro. Otro de sus fuertes es la gastronomía con su restaurante The Banker´s y su azotea The Coin. El restaurante (que sirve además de surtido desayunador), se ubica en la primera planta del hotel de cuatro estrellas (pero que bien podría tener cinco), conserva (además del nombre) guiños a su pasado bancario preservando su cámara acorazada. Tesoros son también sus pescados de lonja a la llauna o el arroz meloso de calamar, cebolla y ajos tiernos que hablan de la riqueza gastronómica valenciana. En su rooftop (con fabulosas vistas, zona de solárium y estanque), se presenta una carta de mixología firmada por el premiado Patxi Troitiño con (también) elaboraciones Km.0. Como su versión del Agua de Valencia o un cóctel elaborado con Horchata de Alboraya (¡y oro!).
Bronzo Borne en Barcelona
Platos tradicionales venecianos caseros que nunca fallan. Muy recomendables “las sarde in saor” (adictivas sardinas en escabeche agridulce) o el “baccalà mantecato” (crema de bacalao). Son famosas también las pastas frescas hechas en casa como los bigoli in salsa y las pizzete cocinadas al horno de piedra. Todo muy rico, con ingredientes frescos traídos semanalmente del norte de Italia y a diario de mercados locales, en esta suerte de neotaberna gastro. Ojo al maravilloso “gorgonzola cheesecake” de postre. Bronzo cuenta con sucursal en el Eixample.
Volta en Barcelona
Platos trabajados que siempre apetecen, diseñados para compartir, que se elaboran con los mejores ingredientes locales de pequeños proveedores orgánicos. La carta de Volta realiza un viaje culinario de descubrimiento a lo largo de la costa mediterránea, inspirado en los intensos sabores de España, Italia, Francia y el norte de África. El menú esta creado por el chef Andrea de Benedictis. Un espacio muy gastro con cocina abierta donde interactuar con los chefs a lo que se une un elegante bar de cócteles y una amplia terraza protegida bajo los icónicos arcos de Porxos de Fontseré, que miran al parque de la Ciudadela.
Voltereta París en Sevilla
Superado el prejuicio de un restaurante diseñado para “instagramers” y nada más; hay que decir que en Voltereta, además, se come correctamente y que el servicio (dadas las dimensiones y las dificultades propias de una apertura reciente) responde con esmero, dedicación, y lo que es más importante, una sonrisa constante. Voltereta (con restaurantes en otras ciudades como Zaragoza o Valencia) recrea en sus espacios la estética de capitales del mundo y/o países exóticos. En este caso plazas arboladas, terrazas al aire libre o edificios afrancesados, entre los que se distribuyen sus mesas, nos trasladan al centro de la capital del Sena. La carta tiene algunos guiños a Francia pero sus platos son principalmente españoles/andaluces e internacionales como la ensaladilla con tartar de atún rojo y piparra encurtida, el bao de secreto ibérico con mayonesa hoisin, la tortilla trufada o el bikini de rabo de toro.
Malandro en Sevilla
Con una ubicación privilegiada, en pleno Arenal, a pocos pasos de la Catedral y con impresionantes vistas a la famosa plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería. Malandro es el restaurante más de moda en la ciudad del Guadalquivir (que por cierto está a unos metros). En la planta baja se encuentra El Bar, un espacio acogedor y versátil, perfecto para el otoño, diseñado para disfrutar tanto en la barra como en mesas altas y bajas de un cuidado tapeo sevillano (donde no faltan todos los clásicos). En planta primera, El Restaurante centra su carta en los productos trabajados en una parrilla abierta con leña. Cuenta con una zona interior con chimenea y de una terraza al aire libre, abierta todo el año, con buenas panorámicas. Estas se suceden (y mejoran) en su tercera zona, La Azotea, donde prolongar la tarde o la noche con combinados y coctelería.
Castizo en Sevilla
Castizo es un restaurante que no falla. Todo rico en raciones o tapas para compartir. Estupendos sus brioches (el de bechamel de marisco, en realidad una croqueta, con velo ibérico, es un must), las mejores papas aliñás de Sevilla e infaltable la alcachofa con salsa al whisky (haciendo un guiño al clásico local). De principales mariscos y pescados preparados al momento al gusto del consumidor (fritos, al horno, a la plancha…). El calamar rebozado entero está espectacular. En otoño guisos y cuchareo que cambia a diario. A un paso los lugares más emblemáticos de la ciudad. Servicio cercano y ágil.
A´Barra en Madrid
Desde su apertura en 2016, A'Barra (una estrella Michelin desde entonces y un Sol Repsol) ha destacado siempre en la escena gastronómica madrileña por tener ese espíritu gourmet pero sin perder la esencia disfrutona del buen producto destacando la temporada en sus diarios fuera de carta. Es una parada obligatoria para los amantes de la alta cocina, donde la calidad y el buen hacer y servicio son las claves de su éxito. En este restaurante, situado en la zona de El Viso, prima la calidad y el producto, las claves de su éxito. Maravillosa carta de vinos custodiada por su sumiller (Premio Nacional de Gastronomía) Valerio Carrera. Ocupa lo que fuera el espacio del conocido El Bodegón y sus grandes ventanales apuntan a un jardín “secreto” que lo hace un remanso de paz. Dispone de menú degustación y carta con muchos de sus ya clásicos.
Brasserie Lafayette en Madrid
Este veterano de la cocina gala, vuelve al espíritu de sus orígenes y apuesta por la gastronomía más ligada a la cocina tradicional, típica de las brasseries pero con énfasis en platos de la bretaña gala. La protagonista es la materia prima de la mejor calidad, siempre acompañada, cómo no, de los excelentes vinos franceses, champagnes y jereces del carismático anfitrión y jefe de sala Sébastien Leparoux. No faltan clásicos como el steak tartar, la original raya meunière o la delicada sopa de cebolla. También hay ostras, mejillones pequeñitos y con salsa beurre blanc (muy bretones), el pâté de Campagne, la terrina de foie gras o los rillettes de pollo de corral para comenzar. De los principales el meloso de tupinambo, hongos y jugo de carne; el atún blanco del golfo atlántico con una exquisita salsa Alain Passard; lengua de ternera a la plancha con puerro confitado y gribiche trufada y las mollejas crujientes con patata mortero; el magret de pato Label Rouge l’orange. ¿De postre? El sablé de limón deconstruido con crema de pistacho o las milhojas de crème brûlée, la crêpe suzette, la tarta Tatin o la parisina de chocolate, una suerte de flan parisién con cacao, suave y cremosa. Todo rico.
La Taberna del Puerto en Madrid
El marisco fresco y el pescado de anzuelo son los productos estrella de La Taberna del Puerto. El restaurante homenajea a los puertos andaluces y sus platos tradicionales como el bienmesabe en adobo al estilo de San Fernando, gamba blanca de Huelva a la plancha, ensaladilla rusa tradicional de bonito de campaña, albóndigas de rape a la marinera o el arroz con carabineros del Sur o los calamares de potera a la andaluza. Ojo a sus postres como el bocadito de cielo con crema helada de vainilla al Pedro Ximénez o el hojaldre fino de manzana y crema pastelera, horneado al momento de pedirlo. Amplia bodega (con atención especial a los vinos de Monterrei y Valdeorras) y terraza abierta todo el año.
Mitiko en Madrid
La nueva propuesta gastronómica de Mítiko, del chef Jorge Rodríguez, conecta los ingredientes peruanos (traídos directamente desde el país andino) con las técnicas japonesas e incluye platos emblemáticos como el ceviche, tiraditos y una gran variedad de sushi (rolls, makis…). Mención especial a la causa nikkei, con una original presentación, se trata de un tartar de salmón con puré de patata, ají amarillo, lima, cremoso de aguacate, mayo rocoto y kimchi y el lomo saltado que, en lugar de patata frita, se sirve con yuka. Además, el restaurante ofrece una selección de cócteles con base de pisco peruano perfectos para complementar los platos de su carta.
Tse Yang en Madrid
El famoso restaurante chino de lujo Tse Yang vive uno de sus momentos de gloria. Grandes ventanales con vistas a una terraza y jardín de aires orientales para disfrutar tanto dentro como fuera de las exquisiteces que les han hecho famosos. No debe de faltar el mushi de langosta (envuelto en hoja de lechuga), una selección de dim sum (shitake con trufa, boletus, langostinos, txangurro…), los mariscos con arroz crujiente y el imprescindible pato laqueado al estilo Pekín (con sus crepes, salsa hoisin, pepino y puerro). Todo organizado en mesa de la manera más delicada. Servicio de matrícula de honor. Estupenda carta de vinos.
Pistola en Madrid
Pistola es un proyecto con mucha miga. Una carta compleja que apuesta por sabores que son reconocibles para todos, pero que se combinan en sugerentes y atrevidas pistolas pensadas para reinterpretar la gastronomía urbana. José Fuentes, chef y propietario de Kulto, ha sido el encargado de realizar su carta. No faltan el bocadillo de chipirones fritos con calamares encebollados y morcilla, alioli de ajos asados y lima y velo de papada ibérica ahumada (vaya, el madrileño de siempre pero con ese twist); el de filete ruso con carne Discarlux, pimiento de padrón, vinagreta de encurtidos y mezcla de quesos D.O.P Idiazabal y La Peral o el de pollo campero con piquillos a la brasa, rúcula salvaje, láminas de manzana verde y aliño de sésamo y naranja. Otro must es su jugoso pepito de ternera con patatas fritas en casa y aliñadas con pimentón y perejil. Para acompañarlos, cócteles como el Marianito (un vermut preparado al que le añaden unos toques de ginebra, Campari, vino amontillado seco y zumo de naranja) o un Bloody Mary con un toque mediterráneo al que le añaden vinagre de manzana infusionado con eneldo fresco. También vermuts y vinos por copas.
Mallorca en Madrid
Mallorca, la empresa familiar con más de 90 años de trayectoria, reabre su flagship de Serrano tras una total reforma con un nuevo concepto de tienda/restaurante más moderno, internacional y dinámico. Se divide en tres partes, una zona de expositores de libre servicio ideada para disfrutar de manera cómoda y rápida del nuevo formato de take away que presenta la marca; una planta baja con vistas al obrador y una cuidada planta superior con mesas bajas y servicio de mesas tradicional.
Santiago Ultramarinos en Madrid
Santiago Ultramarinos es una "taberna moderna" ideal para el cerveceo de mediodía, el tardeo de fin de semana o un afterwork un lunes cualquiera. Tapas para compartir en un ambiente relajado e informal. Chacinas, laterío del bueno, bikinis o vinos por copas son algunas de sus señas de identidad. Perfecto para antes o después de un partido o evento (están junto al Santiago Bernabéu).
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