'El juego del calamar': 5 razones por las que te gustará aunque detestes las series violentas y ames los unicornios

'El juego del calamar'. Seguramente en los últimos días nos has dejado de oír el título de esta serie surcoreana que, dos semanas después de haber sido estrenada en Netflix, ha logrado encabezar la lista de las ficciones más vistas de la plataforma con un argumento curioso y brutal pero no tan sanguinario (que lo es) como para que la taches de tu lista de series pendientes si eres amante de los unicornios y huyes de las producciones violentas. Porque, entre otras cosas, trae muchos elementos que compensan lo anterior, mientras nos propone un viaje a la naturaleza humana. Y eso, a veces, da escalofríos (pero también ternura y curiosidad).

Estas son las razones por las que no puedes perderte esta serie que, según su creador, no tiene, por ahora, planificada una segunda temporada, aunque viendo las cifras, todo podría ser.

Un argumento sorprendente:

En un pantalla dominada por los thrillers policíacos y las series de suspense clásicas que siguen estructuras similares, destaca esta ficción que encuentra la humanidad en la deshumanización. El argumento arranca con 456 participantes desesperados por salir de la miseria que compiten en un misterioso y letal concurso de supervivencia para ganar un premio millonario. El castigo de los perdedores es terrible pero, como sostienen los artífices del juego, justo. Ejem.

Al límite:

Los seres humanos, ¿cómo actuamos ante una situación desesperada? ¿Qué límites nos plantearíamos quebrantar? ¿El engaño a un amigo es lícito cuando se trata de salvar la vida y sabiendo que las consecuencias para el otro serán terribles? Estas son algunas de las cuestiones sobre las que nos hace reflexionar la trama y que, en muchos momentos, emocionan o encogen el corazón; o directamente, se clavan en el estómago, con un sabor amargo. Porque no es imposible identificarse con esos personajes perdidos. ¿Seríamos capaces nosotros de llegar a lo mismo?

La mirada social:

La falta de dinero, las deudas, las adicciones... que afectan a personas de distintas clases sociales (y que, por tanto, podríamos ser cualquiera de nosotros, sugiere la ficción) pueden transformar una vida, romper estructuras familiares y hacer que unas personas se dejen, por ejemplo, abofetear gratuitamente cuando alguien desee hacerlo (o incluso se dejen matar, porque la falta de dinero puede ser insoportable y aún peor que la misma muerte). La pobreza y la miseria son feas y huelen mal, como ya nos anticipó la también surcoreana'Parásitos', ganadora de un Oscar, a la que se ha comparado por su mirada a la desigualdad social.

Un dosis de humor y ternura:

A veces la dureza solo es digerible si se adereza con unas gotas de humor. Tal vez te resulte casi imperceptible en, al final, este drama macabro pero el humor (negro) rodea al protagonista desgarbado y naif, Seong Ki-Hoon (interpretado por el actor Lee Jung-jae), y al patetismo que envuelve al resto de los personajes; o el hecho de que las pruebas a las que deben someterse y que pueden tener un desenlace mortífero, sean sencillos juegos infantiles como el 'escondite inglés'. Que exista una búsqueda por la justicia por parte de los organizadores (todos los participantes deben de tener las mismas oportunidades) no deja de ser llamativo teniendo en cuenta las consecuencias de los juegos. La ternura también está presente en los lazos que se crean entre ciertos participantes, o ante el sufrimiento por el que muchos de ellos han pasado en su vida anterior.

El disfraz de Halloween de este año

La serie goza de una poderosa iconografía. Los personajes de 'El juego del calamar' van uniformados. Hay dos grupos: el de los guardias de los juegos, que lucen monos rojos con capucha y máscaras negras con símbolos geométricos (sí, no tan distintos a los uniformes de los miembros de 'La casa de papel') y el de los concursantes, con chándal verde colegial y su número de participante impreso en blanco. Pura inspiración para Halloween.

Mira además: