"Tenemos grandes expectativas para los Juegos Olímpicos"

Dice Beatriz Pérez que es una persona “de lágrima fácil”. La hemos visto llorar en las derrotas y en  los triunfos, como cuando se colgó al cuello el bronce en el Mundial de 2018 junto a sus compañeras de la Selección Española de Hockey Hierba.

Beatriz Pérez Iberdrola Hockey Hierba

Tokyo será un gran escaparate para el hockey hierba y otros deportes minoritarios.

/ Anya Bartels-Suermondt

Formada desde los siete años en los colegios La Salle y El Sardinero de su ciudad natal, Santander, y tras despuntar en categorías inferiores y en la selección española Sub-16, Beatriz Pérez se trasladó en 2011 al Centro de Alto Rendimiento de Madrid y entró en la selección absoluta, popularmente conocidas como las Redsticks. “Ese fue el gran salto, ahí empecé a darme cuenta de que esto iba en serio”, recuerda la jugadora, quien destaca que sus mayores fortalezas en el campo son “la velocidad, junto a la capacidad de trabajo y sacrificio”.

Sobre estos pilares ha dibujado un currículum envidiable. Con 30 años vive su décima temporada en el Club de Campo y es fija con las Redsticks. Si con su equipo lo ha ganado todo -las madrileñas se alzaban recientemente con el título de la Liga Iberdrola tras 23 victorias y un empate-, la Selección Española lleva años dando alegrías al deporte patrio. La internacional cántabra disputó los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, obteniendo un octavo puesto y diploma olímpico, y en 2019 las Redsticks repetían bronce, esta vez en los Europeos de Amberes. Ahora están centradas en las dos grandes citas del verano, los Europeos de Holanda y, por supuesto, los Juegos Olímpicos de Tokyo.

Con 30 años vive su décima temporada en el Club de Campo y es fija con las Redsticks

Con 30 años vive su décima temporada en el Club de Campo y es fija con las Redsticks.

/ Anya Bartels-Suermondt

Visibilidad e igualdad

A pesar del parón motivado por la Covid-19, la deportista es optimista de cara a su papel en la cita olímpica. “Tenemos grandes expectativas. Todavía hay que mejorar y el Europeo nos ayudará a medir en qué momento se encuentra el equipo, pero podemos conseguir el objetivo que nos habíamos propuesto, que es mejorar nuestro resultado en Río”, señala.

Tokyo será un gran escaparate para el hockey hierba y otros deportes minoritarios pero, “¿qué ocurre cuando el foco de los Juegos Olímpicos se apaga?” La visibilidad disminuye. “Con la entrada de las plataformas de streaming, las redes sociales y otros medios de comunicación, nuestra presencia ha aumentado, nos hacen un poco más de caso… aunque todavía queda mucho por hacer”, responde Beatriz.

"Hay que explicarle a los niños que el deporte es deporte, lo juegue un chico o una chica y que, con nuestras diferencias, puede ser igual de bonito tanto practicarlo como seguirlo"
"Hay que explicarle a los niños que el deporte es deporte, lo juegue un chico o una chica y que, con nuestras diferencias, puede ser igual de bonito tanto practicarlo como seguirlo"

Y mientras se avanza en la senda de la igualdad entre el hockey hierba y otros deportes, se van consiguiendo logros también a la hora de equiparar deporte practicado por hombres y mujeres. “Vivimos un gran momento y hay que continuar por este camino”, explica la deportista, pero falta educación y, de nuevo visibilidad: “Hay que explicarles a los niños que el deporte es deporte, independientemente de que lo juegue un chico o una chica y que, con nuestras diferencias, puede ser igual de bonito tanto practicarlo como seguirlo. Debemos generar interés en el deporte practicado por mujeres”, subraya. Por eso es tan importante el apoyo de grandes empresas como Iberdrola, que “nos está haciendo sentir como verdaderas protagonistas y no da los recursos necesarios para hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible y en las mejores condiciones”, reconoce.

“Dedicamos nuestro tiempo casi en exclusiva al deporte, y no es fácil. Me ha dado personas y momentos espectaculares, pero también me ha quitado tiempo con la familia, celebraciones… y con los sueldos que tenemos no podemos vivir de ello”, explica. Por eso, pensando en su retirada como profesional, Beatriz estudió psicología y, espera, poder dedicarse a ello en el futuro. Por el momento, seguirá aplicando sus conocimientos en el campo para gestionar las emociones y transformar las lágrimas en la fuerza y la velocidad que la caracterizan.

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