Adiós a cerrar la puerta de la habitación en invierno: el secreto para ahorrar en la calefacción y calentar la casa

A la hora de dormir, todos tenemos hábitos diferentes. Hoy hablaremos de la puerta de nuestro dormitorio. Algunas personas la cierran, mientras que otras la dejan abierta. Según la opinión de los expertos, sólo una de estas opciones es la correcta, ya que tiene un efecto positivo en nuestro sueño. Averigüemos cuál es.

La mayoría de la gente tiende a cerrar la puerta del dormitorio, esto ocurre por varias razones. En primer lugar, por una cuestión de intimidad (si se vive con otras personas), para sentirse más seguro, para mantener la habitación más caliente o más fresca, y para contrarrestar posibles ruidos; pero, ¿es ésta una buena costumbre? Según los expertos, no lo es.

De hecho, dormir con la puerta cerrada no favorece una circulación óptima del aire, factor fundamental para un sueño de calidad y regenerador. Por ello, los expertos recomiendan mantener la puerta ligeramente abierta mientras se duerme. Esto no sólo permite que el aire circule mejor, sino que también elimina la humedad, que podría favorecer la formación de bacterias y moho. Además de mejorar la calidad del sueño, descansar con la puerta abierta puede tener otros beneficios, entre ellos: reducir el riesgo de alergias y asma, mejorar la concentración y la memoria, y aumentar la resistencia a las enfermedades al ayudar a fortalecer el sistema inmunitario. Si en la casa viven otras personas, para tener algo de intimidad sin renunciar a la ventaja de tener la puerta abierta, puedes fijar una cortina a la jamba de la puerta. De este modo, el aire puede pasar sin que otras personas puedan ver la habitación. Para conciliar el sueño, coloca plantas que limpien el aire y eliminen los contaminantes. Para promover la relajación, también puedes poner una planta de lavanda en la habitación; su aroma hará que la habitación sea relajante y confortable.

Laurel encima del radiador

Si pones hojas de laurel encima de un radiador, puedes estar seguro de disfrutar del calor y el agradable aroma de las hojas durante todo el invierno. De este modo, puedes ahorrarte comprar ambientadores sintéticos en el mercado y optar por un truco natural que es bueno tanto para tu cuerpo como para el medio ambiente. Para desodorizar tu casa con hojas de laurel, tienes varias opciones. Puedes colocar las hojas de laurel sobre el radiador, que al funcionar las calentará y las obligará a liberar su fragancia en la habitación. También puede colocar las hojas en un recipiente lleno de agua y ponerlo sobre el radiador. A medida que el radiador se caliente, el agua se calentará más y las hojas de laurel liberarán su fragancia en la casa.

En la primera opción, las hojas se colocan directamente sobre el calentador. Se secarán una y otra vez. Puedes cogerlas y ponerlas dentro de una bolsita de té para prepararlas y beberlas. También ahorras dinero en el té que compras en la tienda.

Si esta solución no te funciona, siempre puedes poner las hojas en un cuenco y quemarlas en habitaciones que no estén calentadas por un radiador. De este modo, seguirán desprendiendo su dulce fragancia por toda la casa.

También debes saber que el aroma del laurel tiene fama de relajar a quien lo inhala. Reduce el estrés y combate el insomnio. Así que, gracias a este truco, podrás disfrutar de un ambiente relajado y de una agradable fragancia que aumenta tu bienestar general.