El éxito estratosférico de Taylor Swift: pistas para quienes aún no lo entienden (explicado por 'swifties')
Acapara galardones en galas, encabeza listas de ventas e, incluso, dinamiza economías. En España (y en todas partes) las entradas para sus conciertos se agotan mientras se extiende un código secreto cosido de pulseras de la amistad. ¿Cuál es el secreto de Taylor Swift?
Atención, 'swifties': Ryan Reynolds estará en el concierto de Taylor Swift en Madrid.
Una locura: el huracán Taylor Swift —33 años, 1,80 de altura, rubia, guapa, talentosa, oficialmente milmillonaria, reina de Spotify en 2023, agitadora de economías— se acerca a Madrid para ofrecer este miércoles y jueves dos conciertos en el Santiago Bernabéu que ya han adquirido, antes de que se celebren, la categoría de "fenómeno musical". Mientras sus decenas de miles de asistentes (unos 52.000 en cada cita) ultiman a toda prisa sus pulseras de la amistad ('friendship brazelets') y buscan desesperadamente las botas con strass (también en versión colgante) de la cantante, un comunicado de Hostelería de Madrid recoge el impacto que el directo tendrá en el sector (unos 20 millones de euros) y que ha generado un neologismo: 'Swiftonomics'.
Antes de eso, la artista colapsó el palmarés de los MTV VMAs Awards 2023 al obtener 9 premios y encabezó los streams del mismo año ¿Una proeza? Sí, pero esperable teniendo en cuenta lo colección de trofeos que acumula desde 2007 y que incluyen otros 14 MTV VMAs Awards, 40 American Music Awards, 29 premios Billboard , 27 Teen Choice Awards, 12 premios Grammy, 2 Brit Awards, un Emmy...
Hay más: la estadounidense barre listas de ventas musicales con cada nuevo lanzamiento, incluso cuando se trata de reediciones de títulos antiguos (regrabó sus primeros álbumes para recuperar los derechos de sus canciones, propiedad desde 2019 de un fondo de inversión); es la única mujer que figura en la última lista de Forbes de los 10 artistas mejor pagados (solo en 2022 facturó 92 millones de dólares), sus fans intergeneracionales son capaces de cruzar el mundo para acudir a uno de sus conciertos y de pagar en torno a 150 euros por entradas que suelen agotarse en minutos (en Madrid, los precios para asistir a su concierto de The Eras Tour oscilan entre los 85 y los 226,50 euros) y sus directos han llegado a causar curiosos episodios de amnesia entre algunos asistentes, que no recuerdan los detalles del show después por los "elevados niveles de emoción" que alcanzan durante este, según explican los psicólogos.
Así es el 'fenómeno Taylor Swift', capaz incluso de dinamizar economías (según Questionpro, el tour actual dotará a la economía mundial de unos 5.000 millones de dólares, una cifra superior al PIB de 35 países) y de movilizar el voto (tras manifestar públicamente su apoyo a los demócratas, miles de personas se inscribieron para participar en las elecciones de Tennessee, el estado donde se crió).
Lo 'swiftie', ¿una religión?
¿Es Taylor Swift perfecta?, se preguntaba ya en 2015 nuestra compañera de Prensa Ibérica, experta y fan rendida de Taylor Swift Araceli Ocaña en un reportaje en el que analizaba las posibles causas de ese hechizo que la cantante parecía ejercer sobre sus numerosísimos fans. Hoy la misma periodista utiliza la palabra "religión" al referirse al fenómeno 'swiftie', como se denomina a todo lo que rodea a Taylor Swift (inspirar neologismos es otro de las señales que marcan su magnitud).
"Ideal sobre el escenario, divertida en sus redes sociales, protagonista de los mejores memes (...). Después , te vas a internet y te encuentra con que es buena gente", indicaba hace más de un lustro Araceli Ocaña, destacando que la cantante había pasado más de 20 minutos hablando por Facetime con una fan de 4 años y enferma terminal cuyo sueño era bailar 'Shake it off' con ella.
El texto desvelaba más detalles que hacían que amáramos más a esta 'diva poco diva': le encantaban los gatos, postear fotos de su infancia y tenía muchas amigas. ¡Nos representa!
Una diva poco diva
Sus canciones, cuyas letras relatan, en algunos casos, sus desamores (entre ellos, el final de su relación con de Harry Styles, tras el cual fue fotografiada mirando melancólicamente al infinito), la pérdida de los derechos de sus canciones o las humillaciones sufridas públicamente por parte de Kanye West transmiten, además, una vulnerabilidad que la hacen más querida. También gusta mucho su carácter de superviviente de todas esas situaciones. Y, tal vez, esa capacidad de resultar sensual sin provocar; de exponer sus ideas sin escandalizar (se ha posicionado sobre cuestiones feministas).
"No da imagen de diva ni de prepotente. Es muy cercana. Trata bien a aquellos con los que trabaja, que dicen de ella que es muy graciosa, muy maja", señala Sara Alcón, de 20 años, que viajará el próximo mes de agosto a Londres, la única ciudad donde ha encontrado entradas para su concierto. Se declara una enamorada de las letras de Taylor Swift. "En las canciones transmite su vida y sientes que la conoces. La gente se siente identificada con sus letras que hablan de amor, de rupturas, de superación y cosas personales".
Las letras, ¿la clave?
También Lucía Úbeda, de 21 años, tomará un avión para asistir al concierto de Taylor Swift, pero en su caso de Frankfurt a Madrid (en Alemania, donde vive, no ha encontrado localidades). Coincide con Sara Alcón en que las letras compuestas por la estadounidense son una de las claves de su éxito: "Siempre han sido sus letras lo más especial, en la que ella se ha mostrado más vulnerable, escribiendo desde su experiencia personal. Tiene canciones de amor y desamor pero también de soledad, depresión, amistades.... A pesar de que hoy es rica y famosa, sus letras siguen siendo universales. Tiene una forma especial de contar historias", explica.
Los expertos dan la razón a las fans: "Como compositora, tiene un don increíble tanto en lo que respecta a cómo contar una historia o presentar una actitud, a cómo encajar las vocales y las consonantes entre sí, junto con habilidades melódicas y de una forma que no la hace parecer intelectual, lo que podría alejarla de una parte del público (...). Sabe escribir canciones que transmiten sentimientos y te hacen pensar que son los que siente la propia compositora, como en 'We are never ever getting back together'", observaba el poeta Stephanie Burt hace unos meses, en una entrevista para The Harvard Gazette, antes de señalar, sin embargo, que armónicamente "no suele ser muy interesante": "Sus progresiones de acordes pop son bastante normales y sus arreglos, bastante estándar". Sus letras, sin embargo, están llenas de ganchos ("Solo tengo 17. No sé nada pero sé que te echo de menos", canta en 'Betty').
Un "lenguaje secreto" swiftie
Pero hay algo más, un universo que hace que la conexión con su fandom sea robusto e inquebrantable. Y tiene sus propios trucos y normas. "Esconde 'Easter Eggs' [secretos que los fans tienen que desvelar] en sus vídeos, sus looks, sus publicaciónes en redes... lo que lleva a los 'swifties' (sus seguidores) a idear teorías ridículas sobre, por ejemplo, cuándo saldrá su próximo álbum. De vez en cuando terminamos teniendo razón y eso es muy satisfactorio, profundiza la conexión. (...) Este sistema hace creer a los fans que la conocen porque tenemos un lenguaje secreto que el resto no entiende", añade la fan Lucía Úbeda.
Esto facilita, además, la relación entre los miembros de la comunidad.
Un modelo a seguir
"Existe un fuerte vínculo social y emocional que la gente siente con ella", añadía en el reportaje de The Harvard Gazette Alexandra Gold, psicóloga clínica en MGH y en Harvard, que recalcaba que los fans de Taylor entienden que esta conecta con su identidad de alguna manera, en parte por sus letras, que hablan de experiencias reconocibles para un público amplio: desde millennials que crecieron con sus letras, a los Gen Z, que durante la pandemia conocieron su trabajo a través de TikTok, donde circulaban sus nuevos álbumes.
El elemento aspiracional es otro aspecto a tener en cuenta por la experta: la artista es un modelo a seguir, se aferra a sus valores y demuestra que puede conseguir sus objetivos (lo ha hecho reivindicando la propiedad de su trabajo, regrabando sus discos antiguos, por ejemplo).
Géneros y colaboraciones
Aunque el pop es su especialidad (tras dejar atrás el country), la cantante no ha dudado en acercarse a otros estilos como el indie folk o hacer colaboraciones con nombres más jóvenes como Ice Spice o Phoebe Bridgers para actualizarse. ¡Para todos los gustos!
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