Desnudos que son arte
Naomi Campbell
Peter Lindbergh ha atrapado a Naomi Campbell riendo mientras juega a taparse el sexo. Naomi no va totalmente desnuda: va recubierta de joyas. El diseño de joyas siempre me ha fascinado pero hace muy poco, en una mesa redonda compartida, un especialista explicó que para él las joyas sobre la ropa no eran auténticas joyas, que las joyas debían tocar la piel, acariciarla, sentir su temperatura. Como siempre que una persona pone en limpio algo que intuíamos, se me abrió un mundo.
Bardot
Siempre han existidos modelos anónimas dispuestas a posar de forma desinhibida, procaz, provocativa o descaradamente pornográfica, pero las famosas parecían cohibidas y se mostraban con cierto recato. Un ejemplo paradigmático es Brigitte Bardot, bella pero decorosamente tumbada de espaldas en la interesante foto de Ghislain Dussart. Está tomada en un interior –algo provenzal, todo sea dicho– y es la única en color. Quizá nos gustaría ver menos muebles y más Brigitte, pero aún así nos muestra una parte capital del culo femenino: los hoyuelos simétricos que se forman a la altura de la pelvis.
Marilyn Monroe
Otra prueba del cambio de actitud frente a la cámara es la foto de la espléndida Marilyn Monroe (por Eve Arnold), que exhibía su cuerpo de diosa extendido sobre rojo raso cuando era una joven desconocida pero aquí, ya estrella, nos muestra púdicamente un poco de trasero. Es casi seguro que, conociendo su innato talento exhibicionista, tanto a Marilyn Monroe como a Brigitte Bardot les hubiese encantado posar con la osadía que exhiben las guapas famosas de hoy, pero los tiempos no se lo permitieron. Probablemente, fue Kate Moss ¿o fue Madonna? la que abrió la puerta a los desnudos espontáneos, una puerta por la que se han colado muchas otras, entre ellas, todas las aquí publicadas.
Sky Nellor
Santé D’Orazio ha captado a Sky Nellor en un descuido cuando salía vestida-desnuda para matar haciendo de exhibicionista hembra enfundada en una gabardina negra. Es la única foto tomada en la calle, bueno, es una azotea, pero prefiero pensar que es la calle. ¡Qué imagen más sexy, Dios! Se trata de un descuido, ella no nos ha descubierto, no mira a cámara, atisba a su próxima víctima que pronto va a quedar convertida en estatua de sal. Qué melena alborotada, qué nariz griega, qué labios entreabiertos, qué cuello interminable, qué esternón, qué pechos, qué costillas, qué ombligo, qué pelvis prominente, qué oscuro sexo (el único de todo el reportaje)… qué zapatos.
Carla Bruni
Yo no creo que Carla Bruni sea francesa, aunque haya adquirido esta nacionalidad y sea hoy la Primera Dama. Yo la veo como una preciosa niña bien turinesa, que a los siete años huye con su familia a París por temor a ser secuestrada por las Brigadas Rojas, se educa en colegios privados en Suiza, inicia estudios de Arquitectura (¿qué, si no?) que abandona a los diecinueve años para iniciar una exitosa carrera de modelo, trufada de escándalos amorosos con estrellas del rock y de desnudos elegantes pero bastante desvestidos. En fin, el prototipo de la niña bien, deliciosamente descarriada que a tantos nos pone calentísimos. Aquí nos oculta pudorosamente el rostro mientras exhibe descaradamente los senos que, en su pequeñez, demuestran que no hay un tamaño ideal sino varios. Una obra de Michel Comte.
Jasmin le Bon
Jasmin Le Bon por James HoustonLa modelo británica fotografiada en 1999 por el australiano James Houston, el ‘fotógrafo artista’, que estudió diseño y escultura y cuyas obras siempre han estado muy influenciadas por maestros como Rodin y Henri Moore.