Celebrities

Sofía Vergara confiesa las inseguridades con su cuerpo al grabar escenas de sexo a sus 50 años

Sofía Vergara decidió tomar una decisión arriesgada al aceptar el papel protagonista en el biopic sobre Griselda Blanco, la creadora de uno de los cárteles de la droga más rentables de la historia. La serie que ha protagonizado y producido para Netflix le obligó a salir de su zona de confort en más de un sentido. Se trata del primer personaje que le ha obligado a someterse a una transformación física considerable y a demostrar su talento como actriz dramática, pero eso no es todo.

A pesar de sus inseguridades, no le disgustó el resultado final

También ha sido el primer proyecto en el que se ha enfrentado a escenas sexuales. Resulta sorprendente, teniendo en cuenta que la reputación de sex symbol la ha perseguido a lo largo de buena parte de su carrera, aunque podría sonar a ironía que se le haya presentado la oportunidad a los 50. "Cuando tenía 30, no me habría preocupado", ha admitido en un reciente evento de Netflix NYSEE. "Creo que me angustiaba que mi aspecto fuera horrible. No paraba de pensar desde dónde me están filmando, si se veía la celulitis, si estaba mejor de lado... Soy vanidosa, supongo. Creo que eso me quitó el sueño unas cuantas noches".

A pesar de sus temores, quedó muy satisfecha con el resultado final porque el directo Andy Baiz abordó esas secuencias desde un enfoque muy artístico. También ayudó que no hubiera demasiada luz y que la cámara pasara más tiempo enfoncando a su compañero de reparto. Sofía ha confesado en más de una ocasión que la perspectiva de envejecer le quita el sueño, y aunque aún no ha recurrido al bisturí, tratará de combatir los signos de la edad en la medida de lo posible. Si eso implica cirugía plástica, adelante. "Sé que no tengo el mismo aspecto", explicaba hace poco a People. "Pero no creo que vaya a ser nunca la mujer que tiene el valor de dejarse todo el pelo blanco".