Así son las durísimas pruebas a las que se enfrenta la princesa Leonor en la Academia militar de Zaragoza

La heredera al trono está muy satisfecha de su experiencia personal y profesional en la Academia Militar de Zaragoza.

Tamara Conde

La princesa Leonor sigue metida de lleno en su formación castrense desde que se incorporó a la Academia Militar de Zaragoza el pasado 17 de agosto. La hija mayor de los Reyes de España se prepara para ser la primera mujer en ostentar el mando supremo de las Fuerzas Armadas cuando llegue al trono y, poco a poco, nos llegan noticias sobre cómo está siendo su adaptación así como su relación con el resto de compañeros cadetes.

Leonor, quien cumplirá 18 años el próximo 31 de octubre, es ya oficialmente Dama Cadete de la Academia General Militar. Precisamente, la princesa de Asturias ascendió formalmente a este escalafón militar cuando el Boletín Oficial del Estado (BOE) recogió el decreto aprobado por el Consejo de Ministros y en el que también quedaron incluidos el resto de sus compañeros. La semana pasada fuimos testigos de las primeras maniobras militares de la princesa Leonor y donde, gracias al Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC), que es el encargado de dirigir el proceso de enseñanza de los grupos de jóvenes, supimos, entre otras cosas, que había cargando con un fusil de asalto de 3,3 kilos de peso. Un esfuerzo que tiene su recompensa, ya que es ahora cuando nos hemos enterado que la heredera al trono acaba de recibir su primer distintivo militar tras superar unas pruebas muy duras.

La princesa Leonor militar


/ Gtres online

Qué es la boina grancé, el distintivo militar que le han otorgado a Leonor

Tal y como ha informado el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC) en redes sociales, los cadetes de primero recibieron el pasado lunes la boina grancé tras superar unas duras pruebas físicas que someten a los cadetes desde hace décadas. La princesa Leonor ha completado el módulo de formación militar básica del combatiente, tras varios días de entrenamiento en el centro de adiestramiento de San Gregorio. Allí, la princesa aprendió las técnicas castrenses, ejercicios de tiro con fusil de asalto y ejercicios de fuego real con armas individuales. Además, fue capaz de superar las pruebas de la fase de acogida, orientación y adaptación a la vida militar.

Por todo el esfuerzo realizado, ella y sus 600 compañeros del primer curso de la academia han recibido la denominada boina de combatiente rojo grancé, un distintivo granate que les reconoce como combatientes en el Ejército de Tierra. Esta prenda de cabeza, que se distingue por ser de color rojo, certifica que su portador ya es combatiente del Ejército de Tierra. Pero conseguirla no ha debido ser fácil y para ello, la princesa, al igual que el resto de compañeros, ha tenido que superar dos semanas de adaptación que han consistido en una introducción a la vida militar. 

Leonor es una cadete más

Todo esto pone de manifiesto algo que se ha dicho desde el primer día que la princesa de Asturias llegó a esta Academia Militar de Zaragoza, y es que Leonor es una cadete más y, por lo tanto, se somete a las mismas pruebas que sus compañeros. De hecho, durante las maniobras militares, aunque no aparece en las fotos difundidas, se puede entrever que se enfrentó a diversas condiciones climáticas, desde el frío hasta el calor y la lluvia, desde el amanecer hasta que llegó el momento de desmontar el campamento. 

También tuvo que superar con éxito el paso de la pista de combate General Huertas, donde deben hacer un recorrido avanzado simulando encontrarse en una guerra. Los jóvenes cadetes también han aprendido a correr a paso ligero, con toda la equipación puesta, y recitando los versos que Calderón de la Barca dedicó al Soldado español. No hay que olvidar que este riguroso entrenamiento tiene como objetivo preparar a los futuros profesionales del ejército tanto física como psicológicamente, con la perspectiva de que la princesa Leonor, cuando herede el trono, se convierta en capitana general.

El próximo acto para la princesa Leonor será la ceremonia de entrega de sables que simbolizará el ascenso a dama cadete, entregado por alumnos de segundo curso, previo a la jura de bandera que realizará el 7 de octubre.

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