Natalia sube de nuevo al tren

Recién casada, presenta disco y nueva formación. La parte femenina de La Quinta Estación nos cita entre vías, conócela mejor y síguela en su próximo viaje: en otoño comienza gira.

Natalia sube de nuevo al tren
Natalia sube de nuevo al tren

Entre risas, confiesa que ella es muy folclórica, que igual compone un temazo fregando el suelo de la cocina, que se tira dos horas llorando al ver a un público entregado que corea y disfruta de sus canciones en Las Ventas. Y tiene razón, porque Natalia Jiménez tiene madera de diva, pero su parte humana es tan transparente y directa, tan lógica, que aunque se rodee de vestidos y zapatos bonitos, aunque vuele en business, aunque le persigan miles de fans enloquecidos, ella siempre tendrá los pies en el suelo. ¡Incluso en el día de su boda! Hace una semana que le dio el «sí, quiero» a su novio de toda la vida, Antonio Alcol: «No di ninguna exclusiva porque no tengo ningún interés en que se airee mi vida privada. Fue una preciosa ceremonia civil rodeados de nuestras familias y amigos. ¡Pero si la diseñadora del traje de novia me propuso regalármelo a cambio de publicidad y yo insistí en pagarlo! Por ahí no paso, me parece de mal gusto vender un momento tan único y personal.»

Así es ella: madrileña, 24 años, hija de un informático simpatiquísimo y una ama de casa con una piel preciosa. Sin miedos. Sincera: «De momento, nos ganamos la vida dignamente; ¡lo que yo quiero es vivir como la Stefan! Chicos, no sean músicos, que es muy duro, ya no se viaja en jet privado; estudien una carrera», bromea, medio

en broma, entre inevitables giros mexicanos.

-¿Te sientes distinta ahora, siendo una mujer casada?

-Soy una mujer enamorada. Antonio es una persona tranquila, que me ha apoyado, desde el principio. Fue Ángel, la otra mitad de La Quinta Estación, el que nos presentó hace años... ¡Qué tiempos aquellos, cuando tocaba con María Arenas –una amiga suya– en los bares de Malasaña! ¿Sabías que hace doce años gané un concurso de rock en Torrelodones? Competí con 16 bandas de heavy metal y me lo dieron a mí... ¡Increíble!

-¿Vais a seguir viviendo en México?

-DF no es una ciudad demasiado segura para forma una familia... En algún momento, volveremos. Si el disco va bien y nos dan la posibilidad de pasar más tiempo en España... De momento, no voy a tener niños, pero cuando quiera, tanto Antonio como

yo tenemos muy claro que queremos educarlos aquí, con costumbres españolas y cerca de sus abuelos, que es lo que toca.

-¿Tú viviste una infancia feliz en Madrid?

-Por supuesto. Mis padres comprendieron enseguida mi inquietud musical –mi hermano me enseñó a tocar la guitarra a los 15 años– y, cuando en COU decidí dejar los estudios y apuntarme al Instituto de Música y Tecnología, me apoyaron. Siempre me ha encantado escribir –guardo mis diarios desde el año 89– y componer tus propias canciones es la mejor experiencia del mundo. Aunque vivir de la música es duro: Ángel era antes camarero y yo, telefonista.

-En vuestro nuevo disco, la mitad de las canciones son tuyas y la otra, de Ángel. ¿Se diferencian mucho?

-Totalmente. Las suyas son las rockeras, pensadas para que la gente se lo pase bien en los conciertos: son las que gustarán más en España. Las mías son más retro: baladas, chachachá, boleros... Son las que entusiasmarán en México. Han sido dos experimentos distintos para completar un álbum muy diferente a los tres anteriores. Es un paso adelante en nuestra carrera.

-¿Cuál es tu tema favorito de ‘Sin frenos’ (Sony)?

-El que me enloquece es ‘Quiéreme mucho’, un chachachá muy romántico. Nunca me cansaré de oírlo. Pero también hay un dueto con Marc Anthony (‘Recuérdame’) que me apasiona. Grabarla con él, en su estudio de Nueva York, ha sido uno de los sueños de mi vida. Es de las pocas colaboraciones que he hecho en las que ambas voces están a la par. Por no hablar de él como persona: un encanto, igual que su mujer, Jennifer Lopez. Se portaron de maravilla con nosotros.

-¿Tienes pendiente algún otro sueño por cumplir?

-No, después de lograr el milagro de Marc Anthony, me doy por satisfecha por una buena temporadita... Bueno, si pudiéramos cantarla ambos en directo, en la gira de este verano (por España, México y Estados Unidos), ya sería la leche. Hablamos de ello y quedamos en volver a vernos, porque le gusta mucho lo que hacemos, pero me parece que resultará difícil...

-¿El disco está creado para disfrutarlo en directo?

-Sin duda, es la parte de este trabajo que más disfrutamos: los conciertos. Es increíble sentir que la gente, por fin, te hace caso: se sabe tus canciones, conecta con la historia que has querido contar y la hace suya... Uno de los mejores momentos que he vivido fue el ‘MTV Day’ de Las Ventas. Tras la actuación, estuve dos horas llorando de alegría, pensando: «Por fin lo logramos en España». Es que soy ‘mu sentía’ (risas).

-¿Con trabajo y paciencia, todo llega?

-El trabajo es la clave. Pasa lo mismo con internet y las descargas ilegales. Le debemos mucho a la red, porque gracias a ella mucha gente nos conoce, pero es un arma de doble fi lo, porque luego te piratean. En Suramérica, donde no todo el mundo

puede comprarse el disco, al menos compran la entrada para verte en directo. No nos queda más que aguantarnos, trabajar y ¡ser la bomba en directo! Tampoco estaría mal que el Gobierno subvencionara la música, igual que el cine. Ahora solo le pagamos la casa a Almodóvar...

-¿Lo mejor de la gira de este otoño por España?

-¡Poder comer jamoncito recién cortado y percebes! En serio, disfrutar con nuestra gente y conocer por fin nuestro país. Hasta el año pasado, habíamos visitado más ciudades de México que capitales españolas. Arrancamos a finales del mes de septiembre y estaremos por aquí hasta diciembre. (Más información en: www.click2music.es; www.myspace.com/la5taestacion).

-¿Y qué dirías que es lo peor?

-Que tienes que invitar al concierto hasta al pescadero del pueblo, al que tu madre lleva comprando veinte años. No dejarte a nadie fuera es una auténtica pesadilla, en serio.

-¿Has pensado alguna vez lanzarte como solista?

-No quiero, estoy muy a gusto así. De momento, no me apetece llamar tanto la atención.

CONFESIONES EN EL SET DE MAQUILLAJE

-Le encantan los muebles antiguos: ha amueblado su nueva casa con piezas selectas de la tienda Goyal de Las Rozas, en Madrid (www.mueblesgoyal.com).

-En Ciudad de México, su apartamento se viste con muebles de los 60 recuperados en el mercadillo de La Lagunilla Market (domingos, 10 a 16 h).

-No hace grandes esfuerzos para estar en forma: desde hace un año no pisa el gimnasio. Intenta comer sano y dormir bastante, para cuidar la voz.

-Es algo despistada: llegó a firmarle un autógrafo al presidente de Ariola, su compañía de discos en México, porque le confundió con un fan.

-Es muy solidaria y presta su ayuda a causas humanitarias, pero no quiere alardear de ello (y por ello no las dice).

-Le apasiona montar en moto, las velas aromáticas de la marca Dyptique, los libros de Noah Gordon y las voces de Janis Joplin y Aretha Franklin.

EL TRÍO QUE SE QUEDÓ EN DÚO

Hace siete años, cuando sacaron billete con destino a México, La Quinta Estación estaba formada por cuatro componentes. Ahora, en 2009, solo firman su cuarto álbum inédito (‘Sin frenos’, Sony), que sale el 10 de marzo, dos de ellos: Natalia Jiménez y Ángel Reyero, además del productor Armando Ávila. La inesperada salida del guitarrista, Pablo Domínguez, para iniciar carrera en solitario, no les ha afectado

mucho: «Hay músicos que tienen otras necesidades y no hay que darle más vueltas. Nos sentimos muy a gusto ahora los dos; somos como hermanos y trabajamos más rápido», explica la vocalista y compositora.

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