Kate Middleton y su familia brillan en el tradicional concierto de villancicos en la Abadía de Westminster
Como cada año, la Abadía de Westminster ha acogido una preciosa jornada que da comienzo a las fiestas navideñas.
Kate Middleton se enfrenta a una dolorosa pérdida mientras continúa su lucha contra el cáncer
Toda Europa está dando la bienvenida al mes más mágico del año con actos y eventos de todo tipo, desde el encendido de las luces hasta las tradiciones que marca cada lugar. En Gran Bretaña, cada año se celebra un concierto de villancicos en la Abadía de Westminster. Aunque el concierto se ha grabado el 6 de diciembre, su emisión en televisión será el día de Nochebuena. Entre los invitados han estado, como cada año, los Windsor: el príncipe Guillermo, Kate Middleton y sus tres hijos, George, Charlotte y Louis.
Esta es la primera vez que aparecen los pequeños de 11, 9 y 6 años respectivamente después de conocer que su madre había terminado el tratamiento contra el cáncer. En uno de los años más difíciles para la familia, Kate se ha volcado por completo en la organización del evento que ha sido bautizado como 'Juntos en Navidad'. Desde Palacio se explicó que el objetivo de esta edición era "reflexionar sobre la importancia del amor y la empatía y sobre lo mucho que nos necesitamos los unos a los otros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestras vidas".
Los invitados al concierto
Además, los príncipes de Gales han querido compartir el momento con 1.600 invitados entre los que se han incluido personas que "han pasado por momentos difíciles este año". Entre ellos ha estado la actriz Michelle Dockery, lady Mary Crawley en Downton Abbey, que perdió a su prometido a causa del cáncer, y el ciclista Chris Hoy que, tras ganar seis veces el oro olímpico, le han detectado un cáncer terminal; así como algunos de los supervivientes de los apuñalamientos del acto temático de Taylor Swift del pasado julio en la escuela de baile de Southport.
También han asistido al concierto los padres de Middleton, Carole y Michael, y sus hermanos, Pippa y James, que han supuesto un pilar fundamental durante su enfermedad. Otros invitados han sido la princesa Beatriz, su marido Edoardo Mapelli Mozzi y su hijo Wolfie; Zara Tindall; los príncipes de Kent; los duques de Gloucester; el duque de Kent; la duquesa de Edimburgo; o lady Gabriella Windsor. La Abadía de Westminster, ornamentada con árboles, luces y otros adornos inspirados en motivos naturales, han albergado una jornada muy emotiva al ritmo de música de varios tipos.
Una carta muy sentimental
Además del coro de la Abadía de Westminster, han participado Paloma Faith, Olivia Dean y Gregory Porter, los jóvenes intérpretes de Restore The Music. Ha sido precisamente la cantante Faith quien ha expresado su admiración ante la fortaleza de Kate, ante lo que ella ha respondido: "El año pasado por estas fechas no sabía que iba a ser el año que acabo de tener". Los asistentes han recibido una carta escrita por la princesa de Gales hablando sobre la importancia del espíritu navideño, por el que profesar amor a los seres queridos y ayuda a los más necesitados:
"Quiero escribir y compartir mi más sincero agradecimiento por todo lo que habéis hecho para proporcionar consuelo y esperanza a los que más lo necesitan. La Navidad es una de mis épocas favoritas del año. Es una época de celebración y alegría, pero también nos da la oportunidad de bajar el ritmo y reflexionar sobre las cosas más profundas que nos conectan a todos. Cuando nos detenemos y nos alejamos de las presiones de la vida cotidiana encontramos el espacio para vivir nuestras vidas con amor, bondad y perdón, que es de lo que se trata el espíritu navideño. La historia de la Navidad nos anima a tener en cuenta las experiencias y los sentimientos de los demás. También refleja nuestra propia vulnerabilidad y nos recuerda la importancia de dar y recibir empatía, así como lo mucho que nos necesitamos los unos a los otros a pesar de nuestras diferencias. Por encima de todo, nos anima a recurrir al amor, no al miedo. El amor que nos mostramos a nosotros mismos y el amor que mostramos a los demás. El amor que se escucha con empatía, el amor que es amable y comprensivo, el amor que perdona, que trae alegría y esperanza. Ese amor que es el mejor regalo que podemos recibir, no solo en Navidad, sino todos los días de nuestra vida. El amor es la luz que pueda brillar, incluso en los momentos más oscuros. Todos tenemos algo que podemos ofrecernos los unos a los otros. Palabras amables o un abrazo. En todo Reino Unido hay muchas personas inspiradoras que abrazan a los necesitados. Han proporcionado consuelo, consejo y conexión, y, sobre todo, han demostrado que el amor nos une y nos fortalece a todos. Este servicio de villancicos es una sentida celebración de cada uno de ustedes y un recordatorio de que en Navidad, y durante todo el año, debemos brillar por los demás. Porque en tiempos de alegría y de tristeza, todos somos la luz de los demás. Les deseo a todos una muy feliz Navidad".
Los estilismos de la casa real
Entre momentos divertidos protagonizados por el pequeño Louis, que ha intentado apagar la vela de su hermano, Kate ha destacado por su estilismo, de lo más navideño al tiempo que elegante, compuesto por un abrigo largo rojo con cuello, solapas en pico, doble botonadura y culminado por un lazo negro de terciopelo. Debajo se podía entrever una falda con estampado escocés que no ha lucido finalmente porque no se ha quitado el abrigo. Ha calzado unas botas de ante negro con tacón de aguja y para los accesorios ha apostado por un collar y unos pendientes de perlas.
Los niños han lucido unos trajes negros iguales con corbata roja, casi como su padre, que llevaba corbata granate con lunares blancos. Y la pequeña ha vestido un abrigo también granate y un lazo en el pelo de ante negro muy similar al del abrigo de su madre, con un peinado que ya es parte de ella misma. Pero lo más importante es que, tanto Kate como el resto de su familia, han lucido una sonrisa que ha provocado la tranquilidad de los británicos al ver que la princesa ha recuperado el brillo y la felicidad que le había arrebatado el cáncer.
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