Jenna Ortega confiesa por qué borró su cuenta de Twitter: 'Era repugnante y me hacía sentir mal'

La actriz carga contra la inteligencia artificial después de explicar los motivos por los que decidió eliminar su perfil de la red social X.

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Jenna Ortega en un estreno en Los Ángeles
Jenna Ortega en un estreno en Los Ángeles / Getty Images

A Jenna Ortega le enviaron imágenes explícitas de sí misma cuando era adolescente. La actriz, de 21 años, se convirtió en una estrella de Disney Channel a finales de 2010 y recordó que sentía que debía tener presencia en las redes sociales, pero sus seguidores le enviaban imágenes falsas "sucias" de sí misma, y ahora está "aterrorizada" por el concepto en constante evolución de la Inteligencia Artificial.

En declaraciones al podcast 'The Interview' del New York Times, afirmó: "Odio la Inteligencia Artificial. ¿Me gustaba tener 14 años y abrirme una cuenta en Twitter porque se suponía que tenía que hacerlo, y ver el contenido sucio editado de mí cuando era una niña? No. Es aterrador. Es corrupto. Está mal, es repugnante. Pero aquí está el problema. Hemos abierto la caja de Pandora. Bueno, es lo que es. Ahora está ahí fuera. Vamos a tener que lidiar con las consecuencias".

La estrella de 'Beetlejuice Beetlejuice' señaló que terminó borrando su cuenta en X -que, en ese momento, se conocía como Twitter- después de que este comportamiento se prolongara durante varios años, y sólo empeoró una vez que encontró la fama mundial en el éxito de Netflix, 'Miércoles'.

Fotograma de la serie 'Miércoles' de Netflix

Fotograma de la serie 'Miércoles' de Netflix

/ Netflix

Según ella: "Uno de los primeros mensajes que abrí cuando tenía 12 años fue una foto no solicitada de los genitales de un hombre, y eso fue sólo el principio de lo que estaba por venir. Acabé borrándolo hace unos dos o tres años por la afluencia, después de que saliera 'Wednesday', de estas imágenes y fotos absurdas. Son tan repulsivas, y yo ya estaba en un estado de confusión que simplemente lo borré porque era innecesario, y no quería eso. Hacía declaraciones políticas o personales, o simplemente hablaba de mi entusiasmo por el trabajo, y luego me recibían con estas cosas. Y era repugnante, y me hacía sentir mal. Me hacía sentir incómoda. Es horrible... Así que un día me desperté y pensé: 'Oh, ya no necesito esto'. Así que lo dejé".

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