Impresionante: no somos conscientes de lo mucho que ha cambiado Chiara Ferragni

Chiara Ferragni
Chiara Ferragni / Instagram @chiaraferragni

Corría el año 2009 y, por aquel entonces, vivíamos en un mundo que todavía era ajeno a la palabra ‘influencer’. Sin embargo, empezaba a despuntar un nuevo fenómeno de la mano de quienes, más tarde, recibirían el nombre ‘egobloggers’. Entre todas ellas, el paradigma es, sin ninguna duda, Chiara Ferragni. La italiana estaba al frente de la página de ‘The Blonde Salad’, donde compartía sus ‘looks’ y sus pericias entorno al mundo de la moda. Pero, antes del ‘blog’, su éxito se forjó en Flickr y en Lookbook. Ella, junto con su ex-pareja, Riccardo Pozzoli construyeron un imperio cuyo éxito se ha llegado a estudiar en la Escuela de Negocios de Harvard.

Cuando alcanzó la popularidad, tenía tan solo 22 años. Chiara nació en Cremona (Italia) y, según explica, desde niña se interesó por la moda y las tendencias. Pese a que empezó a estudiar Derecho, decidió dejarlo y apostar por su blog y, en definitiva, por sí misma. Ella daba una visión mucho más cercana, accesible y, sobre todo, joven de la industria. Aunque, siendo justos, en su éxito tuvo mucho que ver también Pozzoli, quien construyó cada detalle del ‘marketing’ y el ‘branding’ de Ferragni. En el año 2011, su blog recibía ya millones de visitas al mes. En este momento, ya era mundialmente conocida y empezaba a acudir a eventos importantes como el Festival de Cannes.

Chiara Ferragni en el Festival de Cine de Cannes, en 2011

La ‘influencer’ en el Festival de Cine de Cannes, en 2011.

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Durante estos años, sus ‘looks’ se asemejaban mucho más a los propios de una chica de su edad, aunque luciendo todas las tendencias de la época, por supuesto. Pero, sin duda, había mucha más espontaneidad en su armario.

Chiara Ferragni, en la Milan Fashion Week, en 2012

Así la vimos en la Fashion Week de Milán, en el año 2012.

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En el 2015, cumplió otro hito, ya que la revista Forbes la incluyó en su aclamada lista ‘30 Under 30’en la que aparecen las figuras más prometedoras, en el terreno económico, que cuentan con menos de 30 años. Lo que Ferragni había logrado con su blog era algo único y, su futuro, se vislumbraba de lo más brillante. En ese momento, la italiana comenzó a vivir a caballo entre Milán y Los Ángeles y atravesó uno de los momentos más complicados de su trayectoria, en el que ha reconocido en más de una ocasión, que tuvo que lidiar con los ataques de pánico que le provocaba la soledad. En esta época, perdió bastante peso y, según ella misma ha confirmado, «cuando estaba más delgada, era menos feliz».

Chiara Ferragni, durante un evento en Los Ángeles, en 2015

La italiana durante un evento en Los Ángeles, en 2015.

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En el 2016, The Blonde Salad se transformó y pasó de ser un mero blog a convertirse en una auténtica revista donde leer temas sobre estilo de vida, belleza y, por supuesto, moda. Fue entonces cuando su marca homónima (lanzada en 2013) comenzó su andadura internacional. Un año después, se produjo la ruptura empresarial con Pozzoli, sustituyéndole ella misma como la consejera delegada de The Blonde Salad y tomando, así, las riendas de su empresa.

Chiara Ferragni, en 2017, posando en la alfombra roja del Festival de Cine de Venecia

Chiara Ferragni, en 2017, posando en la alfombra roja del Festival de Cine de Venecia

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Al año siguiente, en 2018, nacería Leo, su primer hijo junto a Fedez. Poco después, se casaría con el rapero italiano en una boda propia de un cuento de hadas y con un espectacular vestido diseñado por la mismísima Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior.

En 2021, dio a luz a Vittoria, siendo madre por segunda vez. Hoy, Chiara ha dejado de ser una ‘influencer’ para convertirse en una empresaria de éxito, cuyos negocios no dejan de crecer, además de ser una auténtica ‘celebrity’ que cuenta, incluso, con su propio documental en Amazon Prime. Además, este mismo año, nos sorprendía con su faceta como presentadora en el Festival de Sanremo, viralizandose gracias a sus reivindicativos ‘looks’ y una carta que se dedicó a sí misma de niña en la que, además de reconocer que, en muchas ocasiones no se había sentido lo «suficientemente buena, suficientemente hermosa o suficientemente inteligente» nos dejó frases tan emotivas como esta: «Te voy a dar un consejo: celebra tus éxitos, los grandes y también los pequeños que nadie ve, pero que igualmente te hacen sentirte orgullosa. Nunca te menosprecies delante de nadie. Las mujeres nos hacemos pequeñas frente a hombres inseguros, te lo dice una que incluso ha aceptado que un hombre difundiera la narrativa que él había hecho que sea quien soy, aunque eso no fuera cierto. (...) Ser mujer no es un límite, díselo a todos tus amigos, grítaselo a todo el mundo y lucha por cambiar las cosas».

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