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Esta es la decisión rotunda de Sarah Ferguson acerca de su posible boda con el príncipe Andrés

El príncipe Andrés y Sarah Ferguson se han ganado a pulso la reputación de ser los divorciados mejor parados de todo Reino Unido. La duquesa de York estuvo casada con el hijo más problemático de Isabel II y el príncipe Felipe desde 1986 hasta que se separaron en 1992, después llegó el divorcio en 1996.

La estrecha (y sospechosa) relación que mantienen Sarah Ferguson y el príncipe Andrés

El antiguo matrimonio se ha mantenido muy unido, lo cual podría atribuirse al deseo de mantener el bien de sus dos hijas, las princesas Beatriz y Eugenia. Lo que ya no es tan común es que sigan viviendo bajo un mismo techo en el Royal Lodge, al menos mientras el rey Carlos no obligue a su hermano a desalojar la residencia real, o que Sarah haya apoyado incondicionalmente al príncipe Andrés durante su caída en desgracia por su amistad con el multimillonario pederasta Jeffrey Epstein así como las acusaciones de abusos realizadas por Virginia Giuffre, una de las víctimas de la red de trata de menores del financiero con quien él llegó a un acuerdo fuera de los juzgados.

Lo unidos que se han mostrado en los últimos cuatro años, sumado al hecho de que el nuevo monarca ha extendido una rama de olivo a su antigua cuñada invitándola a ciertos eventos como el servicio navideño en Sandringham, ha dado pie a nuevos rumores acerca de una posible reconciliación. Se trata de una teoría que reaparece cada cierto tiempo, pero Fergie -como apodan los británicos a Sarah Ferguson- no tiene planes para pasar de nuevo por el altar, ni con Andrés ni con ningún otro hombre. "Me lo preguntan todo el tiempo. Somos muy felices como estamos ahora, gracias", ha asegurado en el nuevo número de la revista Bella.

¿Se podría retirar Sarah de la vida pública?

A sus 64 años, la escritora y filántropa ha protagonizado tantos escándalos como redenciones públicas: bancarrota, fotos comprometidas con su antiguo asesor financiero, prometer acceso a la influencia de su ex a cambio de medio millón de libras... A estas alturas cualquiera podría pensar que Sarah está lista para retirarse de la vida pública, pero nada más lejos de la verdad. Ella ha aceptado que su vida cambió para siempre el 23 de julio de 1986, cuando se 'casó' con la familia real, y en su día le prometió a la difunta Isabel II que siempre cuidaría de Andrés.

"Por supuesto, estar en el punto de mira de la opinión pública conlleva retos constantes, pero también grandes privilegios. Espero haber utilizado la plataforma que tengo para hacer el bien, sobre todo en mi labor benéfica", reconoce. Para ella merece la pena soportar la presión a pesar de las auténticas atrocidades que ha leído acerca de su persona. "Dios mío, se han escrito muchas tonterías a lo largo de los años. Uno de los peores titulares fue: 'El 82% preferiría acostarse con una cabra que con Fergie'. Nunca lo he olvidado".