Esto es lo que pasa si no limpias tu cepillo de pelo correctamente

Hay miles de trucos que recorren las redes sociales explicándonos cómo poner nuestras brochas de maquillaje a punto. Encontramos infinidad de técnicas que prometen que vamos a conseguir dejar nuestros pinceles impolutos. Sin embargo, hay un ‘gadget’ en nuestro tocador que podemos afirmar que es, sin duda, el gran olvidado en toda esta historia y no es, en absoluto, menos importante. Hablamos del cepillo para el pelo, una herramienta que pasar a diario sobre tu melena, sin tener en cuenta si está más o menos sucio. Y con sucio no nos referimos a que pueda tener más o menos cantidad de cabello acumulado, sino a que, con el paso del tiempo, hay otras sustancias (como el polvo, aceites capilares, células muertas...) que también van amontonándose en este y que van a transferirse a tu melena, haciendo que el pelo te dure limpio mucho menos tiempo. Por eso, deberías llevar a cabo un proceso de limpieza integral, al menos, una vez a la semana. Así que, toma nota, porque aquí te contamos cómo puedes mantener tu cepillo del pelo como nuevo.

Elimina cualquier rastro de pelo

Teniendo en cuenta que, de media, una persona pierde una media de 100 cabellos al día, es normal que estos se vayan acumulando en nuestro cepillo. Para evitarlo, basta con que, después de cada peinado, lo elimines con la ayuda de tus dedos. Eso sí, si ya llevas un tiempo sin quitarlos, te recomendamos que te ayudes de un peine, para conseguir acabar con ellos del todo.

Prepara un recipiente con agua templada

Lo ideal es que sea lo bastante grande para que puedas sumergirlo al completo pero, si no, basta con que introduzcas la parte que entra en contacto con nuestro cuero cabelludo. Añade un par de gotas de champú y disuélvelo bien en el agua. Eso sí, ten en cuenta que si tienes una herramienta de madera, debes evitar mojarla, por lo que necesitarás recurrir a una limpieza especial y más específica para este tipo de cepillos.

Llega a cada detalle

Para que el resultado sea efectivo, lo ideal es que te ayudes de un cepillo de dientes para poder frotar cada cerda y poder eliminar correctamente cualquier resto de suciedad que pueda haberse impregnado.

Enjuágalo bien

Colócalo bajo el grifo, con cierta potencia, para que no quede tampoco ningún resto del champú que has aplicado.

Sécalo completamente

Deshazte del exceso de humedad que pueda permanecer en las cerdas ayudándote de una toalla o un paño de algodón (es importante que no suelte fibras). Tras esto, te recomendamos que lo dejes secar al aire. Eso sí, si tienes cierta prisa, también puedes echar mano del secador de pelo.