No cometas estos errores cuando te pintes las uñas. Tus manos necesitan algo más que color
¿Y si nos obsesionamos un poco menos con las tendencias de uñas que nos marca TikTok y nos miramos más las manos? La mejor manicura empieza antes de limar y no acaba con el top coat No te saltes ningún paso
Tus manos necesitan algo más que un repaso de chapa y pintura. Limar y pintar las uñas no es suficiente. Hay que cuidar y proteger, también. Y eso no siempre forma parte del ritual de manicura. El efecto es resultón, pero tus manos necesitan bastante más que un toque de color. Si hay una piel agredida es la de las manos. Están expuestas a todo. Y sin embargo, las ignoramos demasiado. Y como dice el refrán: de aquellos polvos vienen estos lodos. Uñas cuarteadas, frágiles o amarillas, cutículas secas, piel acartonada, manchas y arrugas son los efectos de nuestra indolencia, unos síntomas que irán apareciendo en procesión constante hasta que un buen día te darás cuenta de que tus manos están envejeciendo más deprisa de lo normal.
Un respeto por las uñas
No hay día que pase sin que aparezca una nueva tendencia en uñas. Casi resulta imposible estar a la última. Lo que hoy pone de moda Haley Bieber mañana lo desbancará Chiara Ferragni. La carrera por marcar la última tendencia coge velocidad y nosotras, obedeciendo los tiempos de Tiktok, vamos enriqueciendo el Pantone de lacas de nuestro neceser. Pero apenas si sobreviven en él alguna fórmula de cuidado. Base y top coat, a lo sumo.
Aparte del color, una manicura requiere como mínimo, según explica Andrea Serrano, directora de Mangata “un buen limado, limpieza de cutículas y una buena hidratación… continuamente”. Y precisamente ese ‘continuamente’ es el quid de la cuestión.
Lo ideal es limpiar bien los laterales y cutícula de la uña, eliminar las pieles muertas y la sequedad de alrededor para que, aún sin esmaltar, quede perfecta, puntualizan desde Salón Nails para Essie. Por otro lado, según estos expertos, “la forma, el limado de la uña, es casi más importante que el esmaltado, pues darle el mismo largo y forma hará que quede todo más uniforme y perfecto. Por último, la hidratación de la mano es indispensable para un efecto óptico inmejorable”. Afirman que con estas tres pautas tendremos unas manos perfectas sin necesidad de esmaltado. Y aquí está el otro quid de la cuestión: las uñas necesitan un descanso.
El esmalte, sea cual sea su condición (y cuanto más pigmentado, peor), no hace demasiado bien a las uñas. Que las uñas estén formadas por una capa de células muertas endurecidas no significa que sean invulnerables a los estragos del uso continuado de las lacas. Y de las uñas de gel o acrílicas ya ni hablamos. Lo dicho, algunos días de abstención de color no les viene mal porque por mucho que hayan mejorado las fórmulas de los esmaltes, no están exentos de sustancias que secan las uñas y las debilitan. Además, es habitual que el uso frecuente de lacas muy pigmentadas amarillee las uñas. De ahí, la importancia de aplicar previamente una base (que proteja de los pigmentos del barniz. Y ojo no confundir con un top coat, que solo protege el color, prolongando su brillo y duración, pero no exime a la uña de los daños del esmalte.
Por otro lado, no todas las uñas son iguales y esto puede ser el origen de que el esmalte no luzca ni dure igual en todas las manos. En unas uñas con surcos, por ejemplo, la laca se ‘adhiere mal’ y en unas uñas débiles o blandas, por una exposición frecuente al agua, tampoco agarra bien. Además, como señalan los expertos de Salón Nails, las uñas crecen según estemos nosotros internamente. “Independientemente del esmaltado, al igual que el cabello, si tenemos una falta de biotina aunque no nos esmaltemos o usemos fortalecedores no mejorarán. Se debe fortalecer desde el interior de nuestro organismo”.
Otra cuestión es cuando encima las maltratamos. Y, como asegura Andrea Serrano, uno de los mayores daños que podemos infringirlas es la retirada del esmalte semipermanente. “Sin ayuda de un profesional podría dañarlas y ablandar en exceso. También, cortar y no limar, o poner endurecedor sin tratar las uñas, es un gran error”.
Hay que llegar a las manos
La manicura no termina con el top coat. El cuidado de la piel de las manos es vital para realzar, de verdad, cualquier manicura. Con pocas glándulas sebáceas y blanco de todo tipo de agresiones, lo normal es que la barrera cutánea del dorso de las manos viva en un estado de alteración continua, cuya consecuencia inmediata es el envejecimiento prematuro.
Pero cuidar las manos no significa solo hidratarlas porque las atenciones hacia una piel tan frágil deben empezar con el lavado. A diferencia del resto del cuerpo, nos lavamos las manos muchas veces al día (y más desde la pandemia) y el agua, ya sabemos, deshidrata la piel. Por otro lado, el uso de jabones demasiado agresivos tampoco les hace ningún bien. Pero es que el secado también influye: los dispositivos de aire caliente o el papel que usamos en lugares públicos y espacios de trabajo también se llevan por delante el manto hidrolipídico. Friccionar demasiado con la toalla tampoco es recomendable. Así que, antes de llegar a la manicura empecemos por los principios básicos de su cuidado: “utilizar jabones suaves que respeten el pH de la piel, lavarlas con agua tibia tibia o fría pero nunca caliente, porque causa más deshidratación” aconseja la doctora Mercè Campoy, especialista en medicina estética. Asimismo, recomienda una exfoliación específica de las manos una vez a la semana para eliminar las células muertas que se van acumulando en la capa más externa de la piel e hidratarlas al menos 3-4 veces al día.”Es importante aplicar la crema de manos también al acostarse para que se absorban bien todos los nutrientes durante el descanso nocturno”.
En invierno, además, nuestras manos están expuestas al frio constantemente, por lo que los expertos recomiendan rehidratar más a menudo con cremas especificas y, muy importante, usar guantes. Igualmente, desde Salón Nails recomiendan tratamientos con parafina, un buen pulido de uñas (donde se retiran los sedimentos de polución del día a día) y aceite de cutículas para evitar la sequedad, además de un protector solar específico (sí, también en invierno) para evitar las futuras manchas.
“Lo que de verdad arruina la belleza de tus manos es la dejadez”, resumen desde Salón Nails porque puedes tener cutículas o uñas pequeñas pero cuando están cuidadas e hidratadas la perspectiva cambia.
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