Ocho cosas que le pedimos a nuestra crema de manos
Es un fijo en nuestro bolso, en la guantera del coche o en el cajón de la oficina. Nos proporciona ese momento de cuidado (y placer) tras el lavado de manos, mientras esperamos a que cambie el semáforo o durante una conversación telefónica.
La es necesaria crema de manos es necesaria porque las manos están tan expuestas a las agresiones externas (frío, viento, radiación ultravioleta…) como el rostro y las mantenemos en constante actividad (manipulaciones, roces, lavados repetidos…).
Además, “su piel es especialmente delgada y apenas posee tejido adiposo y, por si fuera poco, le cuesta mucho más estabilizar los pocos lípidos y componentes fijadores de humedad que posee”, explica Carme Chorto, asesora científica de Eucerin que añade que “también su pH es menos ácido que en otras partes del cuerpo, de manera que su manto ácido protector se deteriora con facilidad”. El resultado: deshidratación, tirantez, sequedad, enrojecimiento, picores, irritación y descamación.
Que el cuidado de las manos debe ser constante y durante todo el año, está fuera de dudas. Pero ¿vale cualquier crema? Hemos recopilado algunos imprescindibles que las mujeres piden a su crema de manos:
1. Que hidrate. Y si, además, nutre y repara…
Rocío L. Cuesta, doctora en farmacia y fundadora de Alma Secret, aconseja utilizar una crema hidratante específica para las manos “con ingredientes nutritivos y dermoprotectores”, y propone, “una noche a la semana, usar una mascarilla de manos”. Basta con aplicar una cantidad generosa de crema y dejarla actuar durante 10 minutos. También, en manos muy secas y dañadas, es bueno ponerse unos guantes de algodón y dormir con la mascarilla toda la noche. Esto, ayudará a que la crema penetre mejor y se reestablezca la capa protectora natural de la piel.
2. Que proteja y no solo del sol…
Las cremas con SPF son muy recomendables para combatir los efectos de la radiación ultravioleta que, además, acaban provocando manchas y envejecimiento prematuro. Pero no solo hay que protegerlas del sol, por lo que Carmen Chorto aconseja elegir cremas “que tengan la capacidad de formar una película protectora y reparadora sobre la piel”. Sandra Costa, farmacéutica y product manager de Ducray, explica una clave de sus fórmulas para que protejan sin ser oclusivas: “La vaselina, que evitará la evaporación de agua de la epidermis, está dispersa en pequeñas gotas en la glicerina lo que conlleva que realice su función protectora sin un efecto oclusivo y se obtenga una agradable textura con un acabado no graso”, explica.
3. Que se absorba rápido sin dejar residuo.
Con la vida que llevamos esto es clave. Si se abre el semáforo y el volante se nos resbala porque nos acabamos de poner crema en las manos… O si en la oficina, la crema engrasa el teclado o nos tenemos que limpiar la palma rápidamente en el pantalón antes de estrechársela a una visita, al final dejamos de aplicárnosla porque no es práctica, renunciando a las ventajas del tratamiento. Sandra Costa destaca la importancia de un acabado ‘“no graso y de rápida absorción”, y explica que para lograrlo “es importante que la fórmula sea de fase externa acuosa y no grasa para que el acabado que percibamos no sea untuoso”. Además, los ingredientes más grasos “deben estar dispersos con los ingredientes solubles en agua”, añade.
4. Que proporcione alivio inmediato a las pieles sensibles.
Cuando sentimos tirantez por la sequedad o tenemos las manos enrojecidas o con picor, lo primero que queremos al aplicar la crema, es sentirlas cómodas y confortables. Esto se consigue gracias a “una combinación exclusiva de ingredientes que aporta a la piel seca, los activos que necesita para proporcionarle confort, y así calmarla y reducir la irritación ”, afirma Carme Chorto que los concreta en “ceramidas para regenerar la barrera cutánea e impedir la perdida de agua, y urea junto con factores de hidratación natural para aportar y retener en una piel que de por sí, es susceptible a estar seca y deshidratada”. Y explica que “si sólo hidratas, y hay déficit de ceramidas, esta hidratación desaparecerá en horas, pero si reparas con las ceramidas, podrás mantener la hidratación de una forma prolongada”.
5. Que cuide también de las uñas.
Las cerámidas y algunos aceites, ayudan al cuidado y fortalecimiento de las uñas. No olvides, al aplicar la crema de manos, llegar hasta las puntas de los dedos y masajear bien por el contorno de las uñas. Evitarás que la cutícula se endurezca y la aparición de los antiestéticos pellejitos.
6. Si tiene algún extra más de tratamiento, mejor que mejor.
Ya que estamos, si además de hidratar, contienen activos antiedad que combatan las manchas, el afinamiento de la piel, igualan el tono o generan un efecto relleno para combatir el paso de los años, ¡serán muy bienvenidos!
7. Y si además huele bien…
Las pieles muy sensibles agradecen las fórmulas sin perfumes, pero para el resto… ¿Sabías que las manos es una de las zonas (por su constante movimiento) que más y mejor difunden el aroma? Eso sí, se requiere que sea suave para no colisionar con tu perfume, pero que proporcione una agradable impresión a aquellos a quienes acerquemos nuestras manos.
8. En formatos manejables.
Puesto que las llevamos siempre a mano (nunca mejor dicho) y las aplicamos en cualquier momento y en cualquier lugar, se agradecen los tamaños transportables, los formatos ergonómicos, los envases que no se deforman ni agrietan, los dispensadores que mantienen la fórmula ‘a salvo’ o que dejan salir la dosis exacta, los tapones integrados… Y también los diseños bonitos, puesto que se han convertido, en cierto modo, en un accesorio.
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