Este ingrediente antioxidante es 10 veces más potente que la vitamina C y perfecto para proteger la piel en verano
Muchos beneficios y apenas contraindicaciones, la astaxantina se está convirtiendo en el antioxidante de moda y un gran aliado contra la agresión solar y el envejecimiento precoz. Te contamos por qué.
Es inevitable. En verano hay que hablar de antioxidantes y cuando lo hacemos lo primero que nos viene a la mente es la vitamina C. Quizás también la vitamina E. Pero hay un ingrediente, cuya capacidad para enfrentarse a los radicales libres supera con creces a los mencionados. Es un derivado de las algas, es de color rojizo y se llama astaxantina. Puede que el nombre, al principio, se te resista un poco, pero su popularidad está creciendo entre las formulaciones cosméticas y como compuesto de algunos suplementos alimenticios. Es un aliado excepcional contra el envejecimiento cutáneo y un must para el verano.
A medida que se han ido conociendo sus bondades, ha aumentado el interés de los expertos por este ingrediente. De hecho, la doctora Virtudes Ruiz, fundadora de la clínica Virtudestética, presentaba en 2014, tras cuatro años de estudios, su tesis doctoral sobre astaxantina y su efecto en la piel expuesta a radiación solar continuada. Su conclusión: “con esta sustancia se puede prevenir y mejorar las lesiones del fotoenvejecimiento que son la causa del 80% del envejecimiento en la piel. Y también se puede disminuir la agresividad de los tumores desarrollados”.
¿Qué es la astaxantina?
Es un carotenoide perteneciente a la familia de los terpenos (moléculas responsables del aroma y sabor característicos de muchas plantas que intervienen en sus protección). Según la doctora Ruiz, es uno de los antioxidantes naturales más potentes y eficaces en la prevención del fotoenvejecimiento (manchas, arrugas y flacidez). Se trata de un pigmento producido por algunos tipos de microalgas, que son la base de la alimentación del zooplancton y el krill. Estos a su vez alimentan a pescados como el salmón, trucha, crustáceos, camarones, cangrejos, y aves (flamencos), y es el origen de su característico color anaranjado o rosado. Por eso, la ingesta de estos alimentos son una buena fuente natural para beneficiarnos de las virtudes de este ingrediente. También puede encontrarse en los pimientos rojos o las zanahorias así como en otras frutas y verduras de color rojo.
“Una de sus características más importantes de la astaxantina es que, a diferencia del resto de carotenoides, no se convierte en Vitamina A dentro del organismo una vez absorbida”, asegura la doctora Ruiz que puntualiza que dicha vitamina en exceso puede producir problemas.
Por todo esto, gracias a ese alto poder antioxidante y sin efectos adversos, la astaxantina está ganando popularidad y posicionándose como un must-have de numerosas fórmulas antienvejecimiento. De hecho, en el simposium sobre ¿Podremos realmente frenar el envejecimiento’? en el Congreso Nacional de Dermatología y Veneralogia de este año, el doctor Sánchez Viera, coordinador del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET) y director del Instituto de Dermatología Integral (IDEI) destacó “la gran repercusión de la publicación de un metaanálisis que aportaba evidencias sobre el efecto en el envejecimiento cutáneo de los suplementos nutricionales de colágeno hidrolizado y de algunos carotenoides como la axtasantina, con potente efecto antioxidante tanto tópico como por vía oral”.
¿Cómo actúa la astaxantina en la piel?
“Se considera uno de los antioxidantes más potentes, pudiendo competir con una vitamina C, ya que puede neutralizar hasta diecinueve radicales libres simultáneamente”, comenta Sonia Ferreiro, biotecnóloga y cosmetóloga en Byoode. De hecho, añade la doctora Ruiz es 10 veces más potente que la vitamina C, 40 veces más que la vitamina E y y 54 veces más que cualquier otro betacaroteno, como captador de radicales libres para evitar el daño solar en la piel. Es, por tanto, un arma eficaz para luchar contra el estrés oxidativo, impidiendo la degradación de las fibras de colágeno y elástina, indispensables para la firmeza y elasticidad cutáneas, protegiéndonos del fotoenvejecimiento producido por la radiación solar.
Además, apunta la doctora Ruiz, “su alto poder antioxidante ayuda a nuestro cuerpo y nuestra piel a recuperarse produciendo un mejor bronceado, más duradero y uniforme, evita que nos quememos ante una larga exposición solar, y ayuda a la protección de la radiación solar frente a los radicales libres, tan mal tolerados por nuestro organismo y que nos envejecen por fuera y por dentro”. Por eso, en las zonas donde hay mucha radiación solar durante todo el año, como es el sur y sureste de España, recomienda añadir a la forma tópica una fórmula oral diaria durante todo el año.
Pero sus beneficios van más allá, porque la astaxantina posee una actividad antiinflamatoria que ayuda a calmar las irritaciones cutáneas, lo que la hace especialmente recomendable también para las pieles sensibles. Además de sus efectos sobre la piel, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, este ingrediente es objeto de estudio por sus posibles beneficios para la salud y su papel en la prevención de enfermedades degenerativas ligadas a la inflamación, desde una mejora en el sistema inmunitario hasta la reducción de riesgo cardiovascular. También se han hecho estudios, como el realizado 2008 realizado por Curt Malmsten y Ake Lignell, que sugieren que puede mejorar el rendimiento deportivo.
Aunque como ingrediente activo en cosmética está sobre todo presente en fórmulas faciales, hay quien sugiere que la astaxantina puede actuar contra la caída capilar asociada a la alopecia androgenética. Además, por su efecto antioxidante, ayudaría a combatir el estrés oxidativo que origina la caída de pelo; unas acciones en las que la ciencia aún debe profundizar.
Está claro, la astanxatina tiene mucho a su favor: es un ingrediente natural, proviene de un alga marina y tiene la ventaja de no convertirse en vitamina A una vez que es absorbida por el organismo, lo que le proporciona una gran seguridad. Aun así, la doctora Ruiz recomienda consultar con un médico experto, antes de tomarla en su forma de suplemento alimenticio, para asegurarse las dosis adecuadas y sobre todo personalizadas, para una mayor efectividad.
Como suplemento alimenticio, dice la doctora, lo adecuado sería tomarlo todo el año, sobre todo en zonas de alta radiación solar o donde se toma el sol durante los meses de invierno. En el resto, se puede aplicar de forma tópica en las zonas expuestas al sol (cara, cuello, escote y dorso de las manos) y, en los meses de verano o cuando acudan a la playa, incorporar la forma oral y mantenerlo de 3 a 6 meses.
En su uso tópico, podemos utilizarla junto con la vitamina C para reforzar su efecto, o el DMAE por su efecto tensor. “Eso sí, no es aconsejable mezclarlo con alfahidroxiácidos ni betahidroxiácidos o con el retinol en la misma fórmula”, concluye la doctora Ruiz.
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