“El matrimonio infantil es una violación”, Nada Al-Ahdal, activista.
Unos 12 millones de niñas en el mundo son obligadas cada año a contraer matrimonio, una lacra contra la que lucha Nada Al-Ahdal, superviviente, activista y embajadora de La Roca Village y DO GOOD, plataforma que abandera la causa del matrimonio infantil a través de la solidaridad, la visibilidad y la educación.
Escuchar la historia de Nada en primera persona conmueve y estremece. Lo vivimos en el Hotel Palace de Barcelona, donde el silencio más absoluto acompañó su testimonio: dos veces dijo No a un matrimonio concertado, con 11 años (hoy tiene 21) huyó de su familia y abandonó Yemen, grabó un vídeo pidiendo ayuda a su tío que se hizo viral, encontró refugio en Jordania pero la secuestró Al-Qaeda durante 14 días… un infierno hasta convertirse en portavoz en la lucha contra el matrimonio infantil, una lacra en pleno siglo XXI que la ha llevado a crear la Fundación Nada en el Reino Unido, donde vive y estudia.
“Hablemos de ello, de cómo a millones de niñas nos roban los sueños, especialmente en India y África, aunque también en otros lugares del mundo. Muchas acaban muertas en el primer año o en el parto, sus cuerpos no están preparados para ser madres”, denuncia con voz firme, mientras recuerda casos como el de “una niña de 8 años en Yemen que sangró tanto que murió. El matrimonio infantil es una violación, muchas veces en nombre de la tradición, por eso es necesario educar a las niñas pero también a sus familias, porque muchos padres solo se ocupan de la crianza pero ni hablan ni educan; si ellos supieran lo que es no lo aceptarían, mi madre y me abuela me rechazaron pero ahora me apoyan”.
Nada agradece la gran ayuda que supuso para ella el amplificador de las redes sociales y nos anima a usar nuestra voz: “las redes me salvaron la vida y me iban a permitir ayudar a otras chicas, yo alcé mi voz para romper reglas, pero todos somos influencers, podemos realmente contribuir a un cambio de mentalidad”. Además de concienciar a través de su experiencia, la joven yemení busca refugios y fondos para ayudar a otras a que “hablen inglés y puedan denunciar”.
Nada ha llegado al corazón de DO GOOD, la plataforma de The Bicester Collection, la familia de 11 destinos exclusivos de lujo en las ciudades más destacadas de Europa y China, entre los que se encuentran Las Rozas Village en Madrid y La Roca Village en Barcelona, que como parte de la celebración de su 25º aniversario visibiliza este programa social y solidario para conseguir más impacto y compromiso. Su visión es apoyar el futuro de las mujeres y de la infancia.
28 niñas por minuto se casan en el mundo antes de cumplir los 18 años, un dato atroz que nos revela Elena Foguet, directora de Negocio de Value Retail Spain, creadora y operadora de The Bicester Collection. “Todos los niños merecen ser niños. Es una responsabilidad y un deber hacer el bien y devolver a la sociedad, y para nosotros la educación es el pilar clave. Todos somos motores de cambio”.
Qué reconfortante resulta comprobar que las empresas y marcas contribuyen a hacer el bien, sobre todo si nos implican en ello y podemos aportar nuestra ayuda. “Empezamos un viaje muy importante para erradicar en un futuro no muy lejano una lacra que es una atrocidad, y contamos con todos. Cada uno de nosotros somos motores de cambio”, asegura una optimista y humanitaria Chantal Khoueiry, chief culture officer de The Bicester Collection, responsable de DO GOOD y fundadora de una empresa benéfica que vende vestidos de novia de segunda mano: Brides do Good. “Nuestro objetivo es generar conciencia y recaudar fondos para la educación necesaria de millones de niñas en el mundo, a través de distintas ONG´s, dando apoyo y buscando el efecto ola a través de nuestra plataforma”.
Además de incentivar la donación de vestidos de novia (tantas veces olvidados en los altillos de nuestros armarios), de aquí a final de año se pondrán en marcha otras actividades, como la exposición del reconocido fotógrafo Jordi Bernadó, una serie de 14 retratos de personalidades con actitudes ejemplares, donde aparece Nada Al-Ahdal vestida de novia, un gesto reivindicativo de su lucha que ojalá se convierta en la de todos.