Poner líquido de chimenea en la campana extractora de la cocina: el motivo por el que más gente emplea este métido
Un truco de lo más útil para dejarla como nueva
Es bien sabido que la cocina es una de las estancias que más atención requiere en el hogar. Puesto que la utilizamos precisamente para cocinar y las salpicaduras y los restos de comida vuelan por todas partes, es importante mantenerla limpia y ordenada en todo momento. Uno de los objetos que más se ensucia en la cocina es, sin duda, la campana extractora. Debido a la suciedad, a la grasa que se acumula y a que la tocamos con las manos sucias mientras cocinamos, la campana se ensucia mucho y aparecen muchas manchas. Si tienes una campana extractora de acero, sabrás muy bien que además de las manchas, también se forman feos halos que además son muy difíciles de quitar. Por eso, hoy he pensado echarte una mano compartiendo contigo un truco realmente genial. Sólo necesitarás unos pocos movimientos para dejarla reluciente, sin esfuerzo y sin estrés. Estoy segura de que no querrás prescindir de este método después de haberlo probado.
Es bien sabido que las tareas domésticas requieren tiempo, esfuerzo e incluso dinero, ya que los detergentes no son gratuitos. Por estas razones es muy importante conocer algunos trucos ingeniosos para ahorrar recursos y limpiar todo a la perfección, y sin cansarse demasiado.
Si su campana de acero está llena de manchas y halos, probablemente significa que está utilizando un método de limpieza incorrecto o productos que, en lugar de limpiar bien, acaban manchando la superficie.
Por suerte, todo tiene remedio, y sólo son necesarios unos pocos pasos para limpiar a fondo tu campana y que vuelva a brillar como cuando la compraste. En primer lugar, desmonta el filtro. Si es de hierro, colócalo en el fregadero y rocíalo con desengrasante para eliminar la grasa. Este producto es muy útil para limpiar la grasa acumulada en chimeneas o barbacoas. Déjalo actuar mientras procedes con la limpieza.
Si, por el contrario, se trata de un filtro de esponja, lo único que tienes que hacer es tirarlo y conseguir un filtro de repuesto. Asegúrate de que la campana está apagada y el enchufe desenchufado mientras realizas esta limpieza. Ahora, moja un paño, escúrrelo y rocíalo con un poco de desengrasante. Limpia la superficie de la campana para eliminar el exceso de suciedad, no te preocupes por los halos, te desharás de ellos con el siguiente paso.
A continuación, coge papel de cocina y empápalo en vinagre de vino blanco y pásalo por toda la superficie de la campana. El vinagre no sólo desinfecta y afloja la suciedad, sino que también deja el acero muy brillante. Después de pulir a fondo, pasa un paño limpio y seco y verás que tu campana brilla como nunca. No te preocupes por el olor a vinagre, ya que desaparecerá en unos minutos. Por último, sólo queda volver a colocar el filtro. Si es el filtro rígido, enjuáguelo bien y déjelo secar, antes de volver a montarlo, asegúrese de que está seco. Si es el filtro de esponja, sustitúyelo por uno nuevo. Ahora sólo te queda disfrutar de la limpieza.