¿Es mejor caminar rápido o dar muchos pasos al día? La última respuesta de la ciencia

En un reciente estudio que incorporaba datos de rastreadores de actividad, se demostró que acelerar el ritmo cardíaco puede tener grandes beneficios a largo plazo.

Johnce

Cada vez somos más los aficionadas a contar el número de pasos que damos al día y la distancia que recorremos. Ya sea como un objetivo personal o simple curiosidad, casi todas nosotras llevamos un rastreador de actividad incorporado en nuestro teléfono o nuestro reloj inteligente. Sin embargo, muy pocas sabemos la importancia que tienen esas cifras. ¿Importa únicamente el número de pasos que damos al día o habría que tener en cuenta otras variables como la intensidad?

Recientemente, en las revistas JAMA Internal Medicine y JAMA Neurology se publicaron los resultados de un nuevo estudio en el que se analizaron los datos de los rastreadores de actividad de 78 500 personas. La conclusión a la que se llegó con este estudio fue que caminar a paso ligero durante unos 30 minutos al día reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, cáncer, o demencia en comparación con caminar un número similar de pasos pero a un ritmo más lento. Es decir, aumentar el ritmo cardíaco tiene grandes beneficios a largo plazo.

Para este estudio, se incluyeron a voluntarios del Biobanco del Reino Unido, con una edad media de 61 años. Estos participantes aceptaron llevar rastreadores de actividad durante siete días completos, incluyendo las noches. De este modo, este estudio se convierte en el más grande a la hora de incorporar datos de rastreadores de actividad.

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“Los datos del rastreador de actividad van a ser mejores que los datos autodeclarados”, dijo Michael Fredericson, médico deportivo de la Universidad de Stanford. “Sabemos que la capacidad de la gente para autoinformar es defectuosa, a menudo porque las personas no recuerdan con precisión la cantidad de ejercicio que hicieron en un día o una semana.".

Después de recopilar todos los datos, se hizo un seguimiento del estado de salud de los participantes y se descubrió que cada 2000 pasos adicionales al día reducían el riesgo de muerte prematura, enfermedades cardíacas y cáncer en aproximadamente un 10 por ciento. Algo que, en cierto modo, ya se había demostrado en estudios anteriores. Pero, lo novedoso que los investigadores hallaron fue que los participantes cuyo ritmo promedio más alto era una caminata rápida (entre 80 y 100 pasos por minuto) tenían mejores resultados de salud en comparación con los que caminaban una cantidad similar cada día pero a un ritmo más lento.

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“No tiene por qué ser una sesión consecutiva de 30 minutos”, dijo Matthew Ahmadi, investigador de la Universidad de Sidney y uno de los autores de los estudios. “Puede ser simplemente en breves ráfagas aquí y allá a lo largo del día”. Lo importante es acelerar el ritmo algo más de lo habitual.

Con todo esto, se llega a la conclusión de que, no es estrictamente necesario realizar una gran cantidad de ejercicio de alta intensidad diariamente, sino que, una cantidad regular de ejercicio de intensidad moderada, ofrece un alto nivel de protección contra el desarrollo de ciertas enfermedades. Y, además de los beneficios a largo plazo, se ha demostrado que esta intensidad puede reducir la presión arterial, moderar los niveles de azúcar en sangre o disminuir el riesgo de ataques cardíacos.

La clave está en caminar a un ritmo manejable, pero que supere ligeramente los límites a los que estamos acostumbrados a caminar.

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