La horrible historia real tras la película de moda en Netflix: ‘La liberación’

Puro pavor para quienes creen en lo paranormal. Un cuento para quienes no

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'La liberación' es la película del momento y así lo demuestran los números: según datos del portal de análisis FlixPatrol, la nueva historia del director estadounidense Lee Daniels es ya la número uno en Netflix España, así como en varias decenas de países del mundo más. Y, bueno, en principio podría parecer que no tiene demasiado de especial.

Otra película más de casas encantadas en las que el drama y lo sobrenatural se fusionan para pegarte unos cuantos sustos de esos que te dejan mal cuerpo. Pero sí y no. Efectivamente, sus 112 minutos tienen una esencia relativamente similar a mucho otro de lo que ya has visto. Pero con una particularidad clave: está basada en hechos reales.

La realidad en boca de su protagonista

O al menos eso cuenta la protagonista de la historia, Latoya Ammons. En 2011, esta mujer decidió mudarse junto con sus tres hijos a una casa en la ciudad de Gary, en el estado de Indiana de los Estados Unidos. Ahí, dice, comenzó la pesadilla: la familia empezó a presenciar fenómenos inexplicables. Masas gigantescas de moscas que no desaparecían al matarlas.

Pasos en la escalera del sótano pasada la medianoche. Chirridos de puertas sin sentido. Incluso la aparición de la figura oscura de un hombre caminando. Muy poco tiempo después, Ammons ya estaba convencida de que esa vivienda escondía algún secreto paranormal. Aunque lo peor aún estaba por llegar.

Cambios en la personalidad

Sus hijos mutaron de personalidad. Incluso de voz. Y, asegura su madre, hasta los vio levitando y siendo arrojados de una habitación a otra. La casa comenzó a ser conocida como la Casa del demonio de Indiana y eso atrajo la atención de quienes dicen estar capacitados para limpiar las casas de espíritus.

En concreto, fue un funcionario de la iglesia quien acudió hasta allí, utilizó lejía y amoníaco, dibujó cruces con aceite en cada puerta y ventana y armó un altar en el sótano con imágenes de la sagrada familia y una biblia. Nada de eso funcionó. Tras solo tres días de paz, los acontecimientos sobrenaturales regresaron y Ammons decidió visitar a su médico de cabecera.

Lógicamente, el diagnóstico del especialista fue el que imaginas: delirios de fantasmas en casa y alucinaciones. No obstante, y como escribió en un informe del Departamento de Servicios Infantiles de Indiana, al visitar la vivienda presenció cómo uno de los menores era arrojado por una fuerza extraña contra la pared mientras el resto insistía en maldecirlo con voces demoníacas.

Aun así, los servicios sociales de Indiana tomaron la custodia de los tres hijos. En abril de 2012, un sacerdote realizó tres exorcismos a uno de los hijos de Ammons y bendijo el nuevo hogar de la familia. La madre recuperó la custodia y nunca más experimentó fenómenos extraños. Y tú, ¿cuánto de esta historia te crees?

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