La seguridad de la Casa real británica en jaque: robo de película en los terrenos del Castillo de Windsor

Dos ladrones enmascarados irrumpieron en los terrenos del Castillo de Windsor y se llevaron dos vehículos.

La estricta decisión que han tomado los príncipes de Gales que afectará a George y Charlotte en los viajes oficiales

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La finca real del castillo de Windsor ha vuelto a ser el escenario de un incidente de seguridad que pone en el foco la vulnerabilidad de uno de los recintos más emblemáticos de la monarquía británica. El pasado mes de octubre, dos hombres enmascarados irrumpieron en los terrenos reales y robaron dos vehículos de una granja cercana a la residencia de los príncipes de Gales, Guillermo y Kate Middleton. Este lunes 18 de noviembre, el periódico británico 'The Sun' ha sacado a la luz los detalles de este robo, que se asemeja a un auténtico golpe de película.

Una incursión planificada, un buen susto y una brecha en la seguridad

Según la información publicada, los ladrones utilizaron un camión previamente sustraído para embestir una puerta de seguridad y, tras romperla, escalaron una valla de dos metros que protege la finca. Su objetivo: la granja Shaw Farm, donde robaron una camioneta Isuzu negra y un quad rojo. Los delincuentes huyeron hacia la zona de Old Windsor y Datchet.

El castillo de Windsor, conocido por ser una de las residencias favoritas de la realeza británica, alberga múltiples edificaciones y zonas protegidas. Aunque ni el rey Carlos III ni la reina Camila estaban en el lugar al momento del robo, al encontrarse en viajes oficiales, los príncipes de Gales y sus tres hijos —George, Charlotte y Louis— dormían en su residencia, Adelaide Cottage, ubicada a solo cinco minutos del lugar del robo.

Vista aérea del Castillo de Windsor

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El hecho de que los príncipes de Gales y sus hijos estuvieran tan cerca del lugar del incidente ha generado un fuerte debate sobre las medidas de seguridad en la finca real. Según una fuente citada por 'The Sun', la primera señal de alarma se produjo cuando los ladrones atravesaron la barrera de seguridad en su huida.

“Era una noche de domingo en una semana escolar, así que los príncipes y sus hijos estarían durmiendo en Adelaide Cottage, a la vuelta de la esquina, pero aún dentro del terreno”, comentó la fuente.

Adelaide Cottage, residencia oficial de los príncipes desde 2022, es una casa histórica construida en 1831, cargada de detalles originales y renovada recientemente. Aunque ubicada en una zona privilegiada dentro de Crown Estate, este incidente cuestiona la capacidad de las medidas de seguridad para proteger a la familia real en situaciones de emergencia.

Este no es el primer incidente que pone en duda la seguridad de la familia real británica. En la Navidad de 2021, un hombre armado con una ballesta fue detenido en Windsor con la intención de atacar a la reina Isabel II. En 2013, un intruso intentó entrar al palacio de Buckingham con un cuchillo. Y, en el famoso caso de 1982, Michael Fagan llegó hasta el dormitorio de la reina Isabel tras burlar la seguridad del palacio.

Por ahora, la policía continúa investigando el robo, y hasta el momento no se han realizado detenciones pero, más allá de la pérdida material, este robo refuerza la necesidad de revisar y actualizar los protocolos de seguridad de la Casa Real para prevenir futuros episodios que puedan poner en riesgo no solo los bienes, sino también a sus ocupantes.