Solo Rafa Nadal y Xisca Perelló podían recrear así el beso de Sara Carbonero e Iker Casillas cuando España ganó el mundial

Fue en 2010, en plena crisis económica, cuando la selección española de fútbol le regaló al país una alegría de las que no se olvidan al conquistar el Mundial de Sudáfrica. De aquel momento inolvidable quedan muchos símbolos, pero incluso más que el gol de Iniesta o el instante en el que Iker Casillas levantó el trofeo de campeón, si se hiciera una encuesta entre la población española, seguramente sería elegido como el más icónico el del beso de Sara Carbonero y el propio Iker en directo.

Pues bien, no ha sido exactamente igual que aquel porque allí la protagonista era también la entrevistadora, pero diez años después, y en medio de otra durísima crisis, Rafa Nadal y Mery Perelló han recreado aquel beso tras otra alegría deportiva similar a aquella para el país, en este caso la victoria número trece en Roland Garros del tenista mallorquín, una cifra de otro planeta. El inapelable triunfo tiene más valor si cabe por cómo ha llegado y ante quién, ni más ni menos que frente a Novak Djokovic, número uno del mundo, al que el balear se ha impuesto con contundencia por tres sets a cero (6-0, 6-2 y 7-5) sobre la tierra batida parisina.

Curiosamente, aunque al ver ver el beso de Xisca y Rafa en directo los comentarios en todos los hogares y redacciones ha sido de sorpresa porque el matrimonio suele ser más bien frío en público, no ha sido esta la primera celebración efusiva de ambos tras ganar Nadal un torneo. Ya en 2016, en Montecarlo, se hizo viral una imagen similar, pero dado el momento en el que se ha dado y el lugar, la pista central de uno de los torneos más importantes en el mundo del tenis, no hay punto de comparación entre ambos besos.

Por supuesto, es anecdótico al lado de la gesta de Nadal, que iguala a Roger Federer -ha tardado muy pocos minutos en felicitarle por ello a través de sus redes sociales- como el tenista masculino con más Grand Slams, veinte, de la historia del deporte de la raqueta, pero es imposible que este momentazo no te teletransporte al 2010 y que no te saque una sonrisa sincera de oreja a oreja.

¡Enhorabuena, Rafa!