El incómodo y desagradable trastorno por comer tantos chicles que sufre Carlo Ancelotti
El entrenador del Real Madrid Club de Fútbol tiene una manía desde hace varios años que te vamos a contar con detalle.
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Carlo Ancelotti acaba de hacerse con la victoria de su equipo, el Real Madrid Club de Fútbol, en el Estadio de Wembley. Han conseguido traer la casa la 15ª Champions League para el equipo y los seguidores de todos ellos todavía están celebrándolo en Cibeles con sus cánticos. Lo que no ha pasado desapercibido durante todos los partidos ha sido el trastorno del entrenador con los chicles. ¿Todavía no conoces de qué se trata?
Para Ancelotti esta ha sido la quinta copa que gana de la Champions League, pero para el equipo es la 15ª. Hemos podido ver al entrenador celebrarlo con su familia, fundirse en un apasionado beso con su mujer y saltar de alegría con los chicos de su equipo. Sin embargo, también lo hemos visto mascando mucho chicle a lo largo de los días... Y los años.
La manía de Carlo Ancelotti de mascar chicle en los partidos de fútbol
Es bien conocida la manía del entrenador de estar siempre mascando chicle, o la mítica imagen llevándose a la boca un paquete de chicles o caramelos, normalmente mentolados. Lo que han contado siempre es que supuestamente tiene esta manía solo durante los partidos, fuera de ellos no come chicles de esta forma. Parece ser que antes fumaba mucho y de esta forma logra descargar tensión durante los partidos.
El trastorno ha llegado tan lejos que ha confesado que ha perdido la cuenta acerca de los chicles que puede llegar a comerse por partido, aunque sigue defendiendo que solo lo hace durante ellos, no en su vida habitual. Lo hemos visto tantas veces hacer este gesto de llevarse los chicles a la boca que incluso hemos fichado sus favoritos.
Son los Mentos Pure Fresh que puedes encontrar en cualquier supermercado de confianza cerca de casa, que no cuestan más de 1,50 euros... Y a pesar de ser barato, haciendo cálculos de los partidos y la cantidad de chicles que come, se ha descubierto que este vicio realmente le produce un gasto muy elevado de su bolsillo: el entrenador podría haberse gastado más de 1.500 euros en chicles desde que se prohibió fumar en el banquillo.