Alice Temperley

Tiene sólo 30 años y el mundo a sus pies. Acuérdate bien de ella, porque el nuevo lujo británico lleva su nombre.

Alice Temperley
Alice Temperley

¿Tiempo libre? Eso, ahora, es impensable –dice Alice–. Temperley me absorbe por completo.» Un desfile en Nueva York, una apertura en Los Ángeles, fitting de la última colección en Londres… «El trabajo se ha multiplicado.» En sólo cinco años, Temperley ha pasado de ser una pequeña boutique de Notting Hill a convertirse en la firma británica más codiciada en Estados Unidos, un sueño al alcance de muy pocos. La culpa la tienen sus fans: Helena Christensen (amiga de Alice e imagen de la firma), Claudia Schiffer, Scarlett Johansson, Gwyneth Paltrow, Sienna Miller y, por supuesto, el personaje de Carrie Bradshaw. Desde que Sarah Jessica Parker lució uno de sus vestidos en “Sexo en Nueva York”, todas (famosas y no famosas) sueñan con vestirse con uno de sus diseños.

¿El único problema? «Es imposible controlar quién lleva tus prendas»; y seguro que no debe de resultar agradable ver en todas las revistas del plat neta la foto de un antiicono de la moda (léase Camila Parker Bowles) posando con uno de tus modelitos.

Alicia en el país de las maravillas

«Por desgracia, hoy todo gira en torno a la vida y el estilo de las celebrities; nosotros no queremos entrar en ese juego.» Ajena a las tendencias y otras obsesiones de la sociedad actual, Alice prefiere encerrarse en la biblioteca que tiene en su casa de campo («es inmensa») e inspirarse «en mis viajes y en todo lo que he ido coleccionado desde niña». Una visión romántica que se traduce en diseños ultrafemeninos «para mujeres inquietas, inteligentes y sofisticadas, que saben apreciar la individualidad.»

El best seller de la firma: los vestidos de seda estilo años cincuenta en tonos pastel con motivos art nouveau. El tejido y la estampación son, precisamente, los puntos fuertes de esta alumna aventajada de la Central Saint Martins, prestigiosa academia de moda de Londres de la que han salido genios como Stella McCartney, Alexander McQueen y John Galliano, entre otros. Precisamente durante su último año de estudios en Saint Martins, la empresa italiana de tejidos Ratti, impresionada por los proyectos de Alice, fichó a la joven estudiante para trabajar en el diseño de estampados para Valentino, Tyler y Bvlgari.

Su éxito es el sueño americano hecho realidad: la historia de cómo una joven de veinticinco años de Somerset (Inglaterra) consigue crear una firma de lujo internacional en un tiempo récord. Su secreto: «Lars, mi marido. Sin él, no lo habría conseguido.» Como en un guión de Hollywood, lo suyo fue amor a primera vista. Se conocieron en una fiesta en 1998. Él, hijo de un magnate alemán de la industria alimentaria. Ella, una joven que trabajaba como camarera para pagarse sus estudios. Apenas seis meses después se fueron a vivir juntos a Hong Kong; y de vuelta a Londres, él dejó su trabajo y convenció a Alice para que creara su propia colección.

Un universo muy personal

«La empresa es una extensión de nuestra forma de ser y nuestro estilo de vida», asegura la diseñadora. Entrar en una de sus tiendas es como adentrarse en la fantasía de Lewis Carroll. La decoración está inspirada «en la intimidad de los antiguos salones franceses. Me gustan los espacios con techos altos y espejos, dos elementos que crean la ilusión de estar en una sala aún más grande. Con objetos colgados a diferentes niveles, que invitan a mirar con curiosidad.»

Cada temporada «añadimos nuevas texturas, colores y artículos que encontramos en nuestros viajes». Las fotos de esos viajes están archivadas en su ordenador, separadas por carpetas: México, Ibiza, Nueva York… Aunque el archivo que de verdad nos interesa se llama Party. «Cuando trabajas tanto, tienes que salir de fiesta y divertirte mucho.» Una buena política de empresa, ¿no te parece?

Pasaporte a Hollywood

Nueva York 2003: Keira Knightley con uno de los diseños del primer desfile de Alice Temperley en la London Fashion Week.

Festival de Venecia 2004: Kate Winslet en la presentación de “Descubriendo Nunca Jamás”, premiada con la Linterna Mágica.

Londres 2005: Sienna Miller con un vestido de la colección de otoño y el it-bag de Luella: Joni (homenaje a Joni Mitchell).

Nueva York 2005: Scarlett Johansson en los estudios de la cadena MTV con jeans Seven y una chaqueta militar de Temperley.

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