La falda de flores de Sofía Palazuelo que triunfará siempre

Hay prendas que cualquier armario agradece porque no necesitan prácticamente nada para destacar. Piezas que hablan por sí solas porque ofrecen algo diferente a lo que llevamos a diario y por las que sabes te preguntarán desde el instante en el que te las pongas. Justo como la protagonista del último look de Sofía Palazuelo.

Hablamos de una falda de flores que la duquesa de Huéscar ha escogido para acudir junto a su marido Fernando Fitz-James Stuart y Solís al Teatro Real de Madrid para disfrutar de la ópera El turco en Italia, una obra con música de Gioachino Rossini que cuenta la historia de la llegada a Nápoles de un príncipe turco que trata de enamorar a una joven italiana casada.

Sofía Palazuelo puede presumir de contar con un vestidor envidiable y esta falda no hace más que corroborarlo. Se trata de un diseño de la creadora vasca Leyre Doueil de tiro alto con corte en cadera, largo midi y bajo asimétrico que está confeccionada en georgette bordado de flores con hilos de algodón en 12 colores y cuenta con delicados detalles de pasamanería en contraste. Una espectacular prenda que lleva por nombre Mirela, está realizada en España y tiene un precio de 345 euros.

La falda cuenta con un top del mismo bucólico dibujo a juego –se vende de forma independiente por 245 euros– pero la duquesa de Huéscar ha preferido combinarla de manera más sencilla con un discreto top de color negro y manga corta que presume de favorecedor escote bardot que dejaba a la vista un sencillo collar de plata del que colgaba una pequeña medalla con su inicial grabada.

Unos pendientes en forma de aro, un brazalete dorado y una cartera de mano en el mismo negro de las sandalias de finas tiras con tacón ancho que ha llevado en sus pies han sido los complementos con los que Sofía Palazuelo ha completado el primaveral estilismo.

Con este sofisticada mezcla de elementos, Sofía Palazuelo nos ha regalado un look realmente inspirador a tener en cuenta para toda la temporada de eventos porque es, además de elegante, de carácter atemporal. Un mix que quizá no encaje para ir a una boda pero sí para acudir a la celebración de una primera comunión, a un bautizo o a un acto de graduación y que solo por eso ya hemos decidido retener en nuestra retina.