Milán y el lujo (silencioso o no)

En su jornada de inauguración, la semana de la moda milanesa presumió de la elegancia de sus creadores y de poder de convocatoria vip.

Desfile de Fendi en Milán
Desfile de Fendi en Milán

En los últimos tiempos las pasarelas han proliferado; pero si hay dos a las que el mundo mira para entender las tendencias, estas siguen siendo Milán y París. Empezamos con la italiana, en la que se muestran las colecciones primavera-verano 2024, pero no sólo: es una yincana de presentaciones, reuniones, cócteles, cenas y eventos. Precisamente la primera cita esta edición es una gran fiesta, con un desfile de medias cortesía de Calzedonia. La firma de medias y bañadores del imperio homónimo sorprendió con una interminable alfombra fucsia, a la que atrajo a una amplia nómina de vips, agrupadas por sus respectivos países:comolas americanas Ashley GrahamToni Garrn yLeighton Meester o la potente delegación española con Sara CarboneroHiba AboukVicky Martín Berrocal y la encantadora Paula Echevarría.

Seguimos haciendo patria, con Penélope Cruz. Con la madrileña elegantemente ataviada, arrancamos el miércoles para conocer su fichaje para Geox. "Estamos encantados de que sea nuestra primera embajadora ", señalaba Mario Moretti Polegato, fundador y presidente de la compañía.Además la musa almodovariana, junto a su hermana, la también actriz Mónica Cruz, lanzará una colección cápsula para la enseña de calzado, que llegará a las tiendas en 2024.

A mediodía tiene lugar el primer gran desfile de la fashion week, Fendi. El front row epata: Demi Moore, Cara Delevigne, Kate Moss, Naomi Campbell y una resurgida Linda Evangelista (el año pasado confesó que una operación estética la había dejado "desfigurada"). Ya contemplamos la pasada temporada una vuelta a los clásicos, a la sobriedad como refugio en tiempos inciertos. Ese lujo silencioso reforzado por la serie-fenómeno Succession. "En Roma, hay una elegancia en la sencillez, eso es un verdadero lujo” concede el director artístico de Fendi, Kim Jones.Jones huyó de lo ostentoso, (poco logo, sólo camuflado en estampados geométricos) y presentó piezas confeccionadas con seda lavada o borrego, en una paleta soft con predominio del gris perla, el azul o el beige, (y ciertos guiños al flúor). El calzado, cómodo: bailarinas, botines bajos y tacones sensatos. Los bolsos, bajo la batuta creativa de Silvia Venturini Fendi, fueron protagonistas, así como las vanguardistas joyas de Delfina Delettrez Fendi, a la sazón, hija de Silvia

También se alineó con la elegancia sosegada Alberta Ferretti. En el patio de una localización emblemática del casco antiguo milanés, el medieval Castillo Sforzesco, y en medio de una anunciada tormenta, las modelos (entre las que se encontraba la top Irina Shayk) pasearon vestidos etéreos mecidos por el viento, y trajes de chaqueta impecables, mezclando lo pragmático con una feminidad etérea. Y, de nuevo, la sobriedad cromática, sólo rota por algún toque magenta, con predominio del blanco, azul celeste y tonos tierra.

Nunca fue minimalista Roberto Cavalli ni, fiel a su ADN, lo es su sucesor, Fausto Puglisi. Las insignias de la casa estuvieron en este pase, decorado con plantas selváticas: exuberancia, sensualidad, prints (en este caso, muchos florales). Y vertiginosas plataformas, plumas, flecos…¡Glamour y fantasía!

También preserva los elementos de Etro Marco de Vincenzo, con su emblemático paisley apareciendo de cuando en cuando, y la sofisticación de elementos (como el mix de estampados aparentemente chocantes o de tejidos como el denim).

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