Indi & Cold, la firma donostiarra que se ha colado en ‘The White Lotus’ y viste a la reina Letizia

A diferencia de otras series coetáneas como ‘And just like that’ o ‘Emily in París’, puede que ‘The White Lotus’ no quede grabada en la memoria colectiva como una serie de referencia en cuestiones de moda, pero lo cierto es que el guardarropa de sus protagonistas femeninas resulta tan inspirador como apetecible y este otoño se ha convertido en tema de conversación en las redes. Y no entraremos en ‘spoilers’, pero el de Harper, la abogada interpretada por Aubrey Plaza, esconde una grata sorpresa que nos acerca su estilo y vuelve a situar la moda española en el mapa de las grandes producciones, en este caso gracias a la etiqueta de Indi & Cold, la marca de San Sebastián a la que pertenece la camiseta de rayas con cuello redondo, bolsillo en el pecho y botonadura trasera que la actriz lleva en el cuarto y quinto capítulo de la segunda temporada durante una escena decisiva en el interior del hotel.

No es la primera vez que la moda española se hace un hueco en una de los títulos audiovisuales del momento -hace poco te hablábamos de Celia B, una firma asturiana presente en ‘Sex Education’ o ‘Yo nunca’, ambas de Netflix-; pero no por ello deja de ser significativo que los equipos de estilismo de algunas de las series más vistas del año tengan en su radar el ‘made in Spain’. 

En este caso, además, fue completamente inesperado, ya que según ha confesado Cristina Villar, directora creativa y una de las dueñas de Indi & Cold (comparte el cargo con los hermanos Gonzalo y Diego Santaolalla; su marido y cuñado respectivamente), el departamento de vestuario no se puso en contacto con ellos, sino que, probablemente, adquirió la prenda directamente en Italia, donde se ha rodado la última tanda de episodios. 

Pero, antes de vestir a “la chica rara” de la multipremiada serie de HBO Max, esta firma ya estaba presente en el armario de la reina Letizia. Lo descubrimos a principios de 2020, cuando la monarca asistió a una jornada de audiencias en Zarzuela con una blusa que, sin duda, consiguió captar la atención de los seguidores de su estilo: una pieza de estampado floral, cuello cerrado y pequeños volantes en el pecho y las mangas, que se convirtió en uno de los últimos estrenos de la consorte antes de que estallara la pandemia. 

No obstante, doña Letizia no es la única referente que guarda prendas de Indi & Cold en su vestidor: Tamara Falcó, Lulú Figueroa o, a nivel internacional, la actriz de Gossip Girl, Kelly Rutherford, son algunas otras ‘celebs’ que ya han confiado en esta casa donostiarra.

A su favor tiene una década de historia (se fundó en 2012 al fusionar las marcas Indiwoman y Cold Alaska), un equipo de trabajo de más de 100 personas (de las cuales, un 98% son mujeres) y una facturación que alcanza los 17 millones de euros anuales. 

Pero su éxito no es solo una cuestión de cifras, sino también de alma; y es que, más allá de su diseño romántico y atemporal acorde a las tendencias, su filosofía de negocio basada en conceptos como la “transparencia” y la “honestidad” ha resultado clave para hacerse un hueco en el competitivo universo de la moda patria.

“Nuestro planteamiento es y ha sido desde nuestros inicios el de creer en lo que hacemos y ser conscientes de que cada decisión tiene su consecuencia y es importante saber valorar su impacto en la gente y en nuestro planeta”, explica Cristina Villar, que antes de unirse a este proyecto familiar ya tenía experiencia en el ‘retail’ al ser una de las fundadoras de Hoss Intropia (otra de las marcas de cabecera de la reina Letizia, actualmente propiedad del grupo Tendam).  

En línea con esta premisa, Indi & Cold se define como una marca “consciente” más que “sostenible”, que busca hacer productos de gran calidad, mediante procesos éticos y producciones abarcables, que perduren durante muchas temporadas. Para ello recurren a proveedores nacionales e internacionales que están debidamente etiquetados en su página web: el 40% de su confección está localizada en Europa, fundamentalmente en España, Italia y Portugal, aunque en su catálogo también hay espacio para piezas técnicas creadas en China o bordados artesanales de India, país en el que además colaboran con la Fundación Vicente Ferrer para construir casas que después escrituran a nombre de las costureras. 

Así y pese a centralizar toda su actividad en Donostia, han conseguido reforzar su presencia en diferentes mercados: hoy en día la exportación supone casi un 60% de su volumen, con países como Francia, Australia o Canadá a la cabeza; y tras su aparición en la pequeña pantalla no cabe duda de que su presencia internacional seguirá aumentando.