Alba Galocha: “Me gusta pensar que vamos hacia un mundo mucho más abierto”
Se subió a las pasarelas con 18 años, ha desfilado para Nicolas Ghesquière, se ha puesto bajo las órdenes de Alberto Rodríguez en 'El Hombre de las Mil Caras' y ahora nos sorprende con su faceta más artística bordando, pintando y haciendo cerámica.
Un alma creativa, esa es la definición perfecta de Alba Galocha. Combina el ser modelo, actriz y artista con mucha soltura. En la actualidad está más volcada en esta última, con la que ha vuelto al colegio muy ilusionada. Hablamos un rato con ella para que nos cuente qué tal fue ese primer día, cuál sería su papel soñado y cómo ha cambiado su vida después de la pandemia mientras se divierte con la colección de Desigual para Christian Lacroix.
¿Has aprendido a priorizar después de este tiempo tan extraño que hemos vivido?
He aprendido a dar prioridad a las cosas que realmente me apetecen y a estar tranquila. A no complicarme tanto y a darle el valor que yo quiera a las cosas. Ya que hay cosas que realmente no se merecen tanto.
¿Qué destacarías de esta nueva normalidad? ¿Algo positivo de todo lo que ha pasado?
Creo que el conformarse con menos y la vida un poco más lenta, no monótona, porque creo que el término está un poco denostado de alguna manera, pero sí un poco más ordenada. Sin tanto ruido, sin tanto jaleo, sin tanto ir y venir.
¿Ahora te dedicas más tiempo a ti misma?
El tiempo libre que tengo ahora lo disfruto mucho porque trabajo en cosas que realmente me mueven a mí. Mi trabajo como modelo, mi trabajo como actriz, me gusta mucho y lo disfruto mucho, pero en mi tiempo libre realmente hago cerámica, coso y estoy como más metida en un mundo más expresivo mío propio que me hace muy feliz.
Tras la pandemia, ¿te has reinventado?
Con la pandemia he conseguido el tiempo para poder dedicárselo. Ahora puedo estar un mes en una residencia artística en Francia. Todo un mes entero cosiendo.
¿Valoras el tiempo ahora de otra manera?
No sé si le doy más importancia al tiempo como a los momentos. El tiempo ha cobrado como una especie de relatividad, para mí es muy largo. Pero, creo que con los momentos es cuando se tiene que estar más perceptiva.
Háblanos de tu relación con la moda.
Ahora mismo con el mundo de la moda creo que disfruto mucho más de lo que disfrutaba antes. Antes un trabajo me pesaba un poco y era una obligación, y ahora me lo tomo como algo divertido. Trabajo mucho menos que antes y dedico más tiempo a otras cosas que me llenan más o me gustan más y esto lo veo más como un trabajo que es un juego y que te permite divertirte, ver gente nueva. Creo que he hecho bastante las paces con la moda.
¿Qué te parecen las colaboraciones como la de Delacroix con Desigual?
Las colaboraciones entre artistas o marcas y diseñadores, al final son muy interesantes en todos los niveles porque hay varias cabezas pensantes. Cuando se fusionan dos mentes, dos imágenes o dos ideas, es cuando pasa más la magia. Con las colaboraciones se aportan el uno al otro y los dos aprenden al final y para mía el aprendizaje y el crecimiento es lo más importante.
¿Te representa el espíritu de la marca?
Me identifico con el mundo Desigual porque refleja disfrutar un poco más y tener un poco de fantasía, de psicodelia. Como estamos acostumbrados a ir todos los días en chándal y ponerte una prenda suya es divertido. Me gusta bastante el colorido.
¿Qué opinas de la presión por mantenerse perfecta en el sector de la moda al más alto nivel?
Que la moda sea tan exigente con las mujeres es un tema complicado. Por ejemplo, yo nunca he sido muy exigente conmigo misma. Esto ha sido tras muchos años de terapia y de trabajar en mi cabeza, y en mi persona para llegar a la conclusión de que mientras yo esté bien da todo igual. Claro que voy al gimnasio, pero porque me sienta de maravilla, no para estar más delgada o más fuerte. Soy como soy, tengo épocas en las que engordo y otras en la que adelgazo, como todo el mundo. Creo que encontrar el equilibrio y el disfrute en el cuerpo en súper sano.
¿Trabajas mucho en tu paz mental?
Si, cada vez trabajo más en estar tranquila, en estar bien conmigo misma.
Las redes sociales, ¿ocupan mucho en tu día a día?
Instagram lo utilizo mucho para trabajar, siguiendo a artistas que me gustan. En los momentos que estoy metida dentro de un proyecto intento no entrar mucho para que no me influya. Al final los momentos creativos, son momentos súper emocionales y las redes tienen esa cosa de compararte. Por eso, intento alejarme un poco, pero realmente es la herramienta que utilizo para ver las cosas que me gustan. A nivel personal, intento cuanto menos tiempo mejor, muchas veces me borro las aplicaciones y soy mucho más consciente de cada vez que voy a entrar en ellas.
Debutaste como modelo con 18 años, ¿de qué manera ha cambiado la profesión en todo este tiempo?
Ha cambiado un montón, porque se le da mucho más valor a la personalidad. También es verdad que la sociedad en general ha cambiado. El feminismo está a tope. Creo que toda la sociedad se están abriendo a las personalidades y esta cosa que teníamos de la mujer blanca perfecta que sabe hacer todo bien ya sabemos que eso no existe, que es imposible. Me gusta pensar que vamos a un mundo mucho más abierto y creo que la moda es una de las principales industrias que debe ponerse las pilas en eso y poco a poco lo va haciendo.
También te has metido en el mundo de la interpretación ¿Cómo ha sido esta experiencia?
Al principio era un poco lo que tenía que hacer, y ahora que ya han pasado años y he hecho proyectos creo que es importante no exigirte a ti misma más de lo que debieras porque ahí es donde está el disfrute. Creo que es una profesión increíblemente bonita, pero que es complicada en cuanto a seguir un ritmo. Pero yo lo disfruto un montón. Creo que ha sido una buena decisión y me flipa poder hacer diferentes cosas y poder jugar todo el rato.
¿Cuál sería tu papel soñado?
Algo como muy disparatado. Que no fuere un personaje creado, sino un dibujo animado.
La vida artística ahora ocupa la mayor parte de tiempo, ¿qué te aporta esta nueva faceta?
Me aporta un montón de cosas porque es parte de mi vida, parte de la forma en la que me expreso, me presento o dialogo. Con los bordados caminaba sobre seguro y caminar sobre seguro me hace sentir insegura. Ahora estoy haciendo lo que me apetece y me abro mucho más y me da la sensación de que es una forma de estar en el mundo. La cerámica es una materia totalmente diferente, mucho más como tocando la cosa real, es un trozo de ti al que le estás dando forma. Lo siento todo como muy bonito y como muy vivo y muy mío.
En tus nuevos proyectos has vuelto a clase con la cerámica ¿Qué sentiste le primer día?
Fue un primer día de cole bastante chulo. Al final cuando puedes estudiar lo que te apetece con 31 años es una fantasía, porque decidir qué es lo que quieres hacer a los 18 es complicado. Ahora voy a clase con otra cabeza, la clase que más rabia te da la disfruto muchísimo.
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