Lady Di cumpliría hoy 63 años, así cambió Diana de Gales la monarquía e incluso a las famosas

Con motivo del que habría sido el 63 cumpleaños de Diana de Gales, y ante la llegada a España de la biografía revisada y actualizada de la princesa, analizamos su trascendencia.

Cómo Lady Di cambió la monarquía
Cómo Lady Di cambió la monarquía / Marita Alonso / Gtresonline

En el instante en el que Diana de Gales se sentó delante de las cámaras (corrigo: la cámara) para hablar con Martin Bashir, la realeza cambió para siempre. Hasta entonces, la vida de los royals seguía de alguna manera protegida por ese halo de cuento de hadas que siempre se habían esforzado en crear y que sin duda, la propia Diana había fomentado con su aparentemente idílica historia de amor, pero cuando decidió conceder la entrevista, todo cambió. La fantasía se hizo añicos y las verdades se convirtieron en las verdaderas joyas de la corona.

Decidió comunicar al Palacio de Buckingham que esta entrevista saldria a la luz, innegablemente con ganas de venganza (¿comprensible? ¡sin duda!) en el 47 cumpleaños del Príncipe Carlos, y entre algunas otras perlas, frases como “éramos tres en ese matrimonio, estaba un poco abarrotado” funcionaron como balas. No es de extrañar que Meghan Markle, que siempre ha asegurado ser admiradora de la madre de su esposo, decidiera sentarse ante las cámaras de Netflix para abrir al mundo las puertas de su vida. Al parecer, ni los palacios son capaces ya de salvaguardar a los que por él pasan del escrutinio, y para ganarse el cariño de la gente, lo importante es fomentar las relaciones parasociales y alimentar una imagen de proximidad con la que enamorar al mundo.

El libro que lo cambió todo

“Su lenguaje no conocía fronteras. Su léxico era el de la sonrisa, la caricia, el abrazo y el beso, no el de la declaración o el discurso. Era infinitamente fascinante y seguirá siendo eternamente enigmática”, asegura Andrew Morton, el responsable de crear lo más cerca que jamás tendremos de una autiobiografía de Diana. ¿El motivo?

Diana: Su verdadera historia en sus propias palabras

Diana: Su verdadera historia en sus propias palabras

/ Marita Alonso / Cortesía

En 1992, Morton publicó ‘Diana. Her True Story’, una biografía en la que ella misma participó de forma plena. Fue entonces cuando por primera vez, alguien de la realeza decidió dejar atrás los filtros y abrirse en canal. Mucho antes de que las redes sociales funcionaran como una ventana a través de la cual observar la vida de los personajes conocidos, Diana de Gales supo hacer al mundo sentir que tenía un hueco a su lado con su empatía y con unas declaraciones en las que quedaba claro que quería demostrar que los cuentos de hadas -el propio arzobispo de Canterbury calificó así a su boda con el príncipe Carlos1- son precisamente cuentos.

25 años después de su muerte, Andrew Morton -que esperó hasta el trágico accidente, que tuvo lugar en 1997, para revelar que ella fue la fuente directa de su trabajo- ha revisado las cintas secretas que él y la difunta princesa grabaron para volver a dejarnos boquiabiertos con nuevas ideas sobre su vida y su mente. 

La forma en la que se enteró de que la aparente historia de amor digna de Disney era en realidad una mentira fue ciertamente hollywoodiense. Se encontraba en un bar de clase obrera, situado en el barrio londinense de Ruislip, cuando al ponerse los auriculares, escuchó la voz de Diana hablar de su infelicidad, su sensación de traición y sus intentos de suicidio. Pero eso no era todo. “Hablaba de la bulimia nerviosa que la afectaba -un trastorno de la alimentación- y de una mujer llamada Camilla. Salí del bar dando tumbos, sin apenas poder creer lo que había oído. Era como si hubiera entrado a formar parte de un club clandestino que guardaba un secreto. Un secreto peligroso. Aquella noche, de camino a casa, en el metro me mantuve alejado del borde del andén, víctima de la misma paranoia que caracterizaba la película Todos los hombres del presidente, sobre Nixon, el asalto al Watergate y la investigación posterior de los periodistas Woodward y Bernstein”, asegura Andrew Morton, que recuerda que las críticas que el libro, hoy considerado un clásico, recibió al ser publicado fueron implacables.

Diana de Gales y el Príncipe Carlos

Diana de Gales y el Príncipe Carlos

/ Marita Alonso / Gtresonline

“En el furor que siguió, el libro fue condenado y prohibido por numerosas librerías y grandes superficies importantes, convirtiéndose en el libro británico más prohibido de la década de 1990. Es una gran ironía que una biografía, escrita y producida con la completa y entusiasta cooperación de la protagonista, fuera boicoteada piadosamente bajo la sospecha de que era una falsa representación de la vida de Diana”, escribe. “En cuanto a la propia Diana, se sentía aliviada de que por fin se hubiera publicado su versión, pero ansiaba desesperadamente que su tapadera no se viniera abajo. Tenía que poder negar su implicación cuando el palacio la sentara en el banquillo de los acusados. Los primeros días tras la publicación inicial pusieron a prueba la determinación de Diana hasta el límite. Sin embargo, no tardó en recibir el apoyo que siempre significó tanto para ella: el de su público”, comenta Morton.

El libro y la anteriormente mencionada entrevista televisiva cambiaron la forma en la que el mundo vio a la monarquía británica y situaron a Diana como una mujer moderna y valiente dispuesta a no morderse más la lengua. En el documental ‘Diana: The Interview that Shook the World (2020)’, dirigido por Edward McGown, Bidisha Mamata, periodista de medios como BBC, Channel 4 y Sky News, confesó que al ver las entrevistas del comienzo de Diana, veía a una mujer inteligente luchando contra su papel, contra el papel que el mundo le brindaba y sobre la forma en la que sus interlocutores se dirigían a ella. "A veces, cuando ves sus declaraciones junto a Carlos, si eres mujer sólo puedes ver banderas rojas”, explica.

La creación de una neo celebridad

Durante sus 17 años situada en el epicentro de absolutamente todas las miradas, creó un nuevo estándar para la celebridad femenina en la era moderna al hablar de salud mental, maternidad y otros asuntos con los que tantas mujeres se sintieron identificadas. La diferencia es que esta vez no era una actriz la que se armaba de valor, sino una auténtica princesa. “Primero se sintió sola, luego enojada y luego aburrida. Luego buscó la autodefinición: crear un papel para sí misma y encontrar algo de dignidad y respeto, incluso algo de alegría, en un mundo injusto. Tan pronto como pudo, se divorció. Esto es lo que hizo Diana y es lo que hacen muchas mujeres”, señala en ‘The Guardian’ Bidisha. 

Diana de Gales

Diana de Gales

/ Marita Alonso / Gtresonline

“Creó una fórmula que sería replicada por personas como Angelina Jolie, Beyoncé y especialmente Kim Kardashian. Para bien o para mal, sin Diana, no habría Kim”, escribe en ‘Los Angeles Times’ Meredith Blake. “Puede que Kardashian haya endurecido el modelo de la fama de la “realidad”, pero fue Diana quien se montó en el balancín del resentimiento y la dependencia de la atención pública para crear un nuevo tipo de personalidad pública. Fue ella quien aprovechó por primera vez el poder de los medios para tomar el control de su propia narrativa”, asegura.

La infidelidad más sonada (y anunciada)

Las confesiones de Diana sobre la infidelidad de Carlos con Camila son tan sorprendentes, que resulta complicado comprender cómo accedió a casarse con él, aunque como ella misma explica, sus hermanas le dijeron que no había ya nada que hacer. “Bueno, mala suerte, tu cara está hasta en los paños de cocina, de modo que es demasiado tarde para acobardarse”, le dijeron.

“Lo primero que me impactó fue que mi marido le enviara flores a Camilla Parker Bowles cuando tuvo meningitis. "Para Gladys de Fred". Nunca me ocupé de eso. Sólo le dije: "Siempre debes ser sincero conmigo". En nuestra luna de miel, por ejemplo, abrimos nuestras agendas para consultar unos asuntos y se le cayeron dos fotos de Camilla. También durante nuestra luna de miel tuvimos una cena de etiqueta con el presidente Sadat [de Egipto] y se presentó con unos gemelos en la camisa que eran dos «C» entrelazadas como las «C» de Chanel. Lo capté en el acto. "Camilla te los ha dado, ¿verdad?". Me dijo: "Sí, ¿y qué pasa? Son el regalo de una amiga". Y vaya si tuvimos una pelea”, aseguró Diana.

Diana de Gales y el Príncipe Carlos

Diana de Gales y el Príncipe Carlos

/ Marita Alonso / Gtresonline

Como el propio Morton indica, Diana era una mujer que defendía los valores femeninos en lugar de limitarse a buscar la aceptación en un mundo dominado por los hombres. “Su importancia radica ahora no sólo en lo que hizo en vida, sino en el significado de su vida, en la inspiración que supuso para otros, especialmente para las mujeres, en la búsqueda de su propia verdad”, dice. Como aseguró Julie Heiland, autora de ‘Reina de corazones’, una novela sobre la vida de Diana de Gales que fue publicada al cumplirse 25 años del accidente que conmocionó al planeta, “el mundo necesitaba más mujeres que prendieran fuego a la jaula en la que estaban encerradas”.

Cuando por fin estaba logrando ser verdaderamente ella, un accidente de tráfico aceleró el final de una leyenda en constante construcción, y como asegura Bidisha, en cierto modo, el mensaje que muchos vieron fue el de que la mujer que se atreve a alejarse de su papel de “niña buena”, termina por ser castigada. Intentó alejarse del control y abrazar la libertad, pero tras el acoso de los paparazzi, emergía de nuevo esa siniestra moraleja. La de que "cualquier mujer que tenga la audacia de romper sus ataduras, decir su verdad, reemplazar el papel que de ella se espera o salir en público e intentar vivir su vida merece todo lo que le hagan física y mentalmente. Será castigada por su arrogancia, incluso hasta la muerte”, dice la periodista y cineasta. Lamentablemente, bien sabemos que el final de esta historia no es uno feliz, pero de lo que no cabe duda es que Diana forma ya parte de la historia... Y no sólo de la del corazón.

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