Vuelve Bosé

Te abre las puertas de su hogar como el que da la hora. En su nuevo loft, luminoso e industrial, conviven las piezas de arte con los juguetes y cambiadores de Diego y Tadeo, sus gemelos de 18 meses. No veta preguntas, no veta miradas. Miguel Bosé es todo naturalidad: aparece con un traje de lino bastante desestructurado, llega de la huerta–«mi golf», como él la llama, porque es donde consigue desconectar–. Está cansado, pero es que son las dos de la tarde y Miguel lleva despierto desde la 5 de la mañana: «Siempre madrugo mucho, así que cuando llegan las chicas a las 9 ya he hecho la cama, distribuido el correo, preparado el desayuno de mis hijos... Todo lo que me da tiempo a hacer. Me encantan las tareas del hogar: cocino, voy a la compra, lavo,plancho... así nos educaron desde pequeños», explica Miguel. Se nota tanta armonía en esa casa, que cuesta creer que alguien tenga ‘mono’ de volver a subirse a un escenario en apenas quince días.

¿No te da pereza volver al mundanalruido, con lo a gusto que estás aquí?

Hombre, hay que hacer economía, que es una razón muy poderosa. Cuando nacieron los niños, me tomé 10 meses de retiro total, así que cuando Warner me propuso hacer una segunda parte de ‘Papito’, no pude negarme. Fue tan divertida la gira... que al final duró tres años. Y la gira de ‘Papitwo’ va a duplicar los invitados: habrá presencias pasadas y actuales mezcladas, con todo el repertorio.Va a ser una barbaridad...

¿Con qué experiencia vivida de la grabación de este disco te quedarías?

¡Uf! Me lo pones difícil... Hoy por hoy, no tengo ninguna preferida,todas son muy especiales... quizá ‘Creo en ti’, el tema junto a Juan Luis Guerra porque es la primera vez que yo canto bachata... pero también el de Penélope fue muy especial y el de Dani Martín, ‘Te digo amor’, un tema que a él le gusta mucho .Cantada por Dani te das cuenta de que se acerca a su repertorio.

También están amigos de toda la vida como Alejandro Sanz, Juanes, TizianoFerro, Sabina, Malú y ¿Jovanotti?

Con Lorenzo Jovanotti tengo una amistad de veintitantos años. Es de esos amigos con el que solo había hecho cosas extraordinarias, como el concierto en Cuba para la fundación Paz sin Fronteras que tenemos Juanes y yo. Es muy comprometido y siempre se apunta. Se quedaron muchos amigos fuera en el ‘Papito’.

¿Alguna decepción?

Con nadie. Todos los que se meten en el proyecto tienen muy integradas las canciones en sus vidas y han hecho su propia versión. Pablo Alborán, por ejemplo, ha crecido con mi música y la tenía como un templo, pero llegó el último, cuando ya estaban todos los singles decididos y, con su versión, ha puesto en jaque a todo el mundo.

¿Y esa espinita clavada?

Es Caetano Veloso que, por temas de agenda, no ha podido estar en ninguno de los dos discos. Pero volveremos a intentarlo (risas), hay material de sobras para hacer un número tres, seguro. La gente se preguntará que dónde está ‘DonDiablo’ o ‘Salamandra’ y la verdades que no han sido canciones elegidas por los duetistas, porque son ellos los que proponen.

Tras cuarenta años de carrera, ¿te queda algún reto dentro o fuera de la música?

Educar a mis hijos... El resto irá apareciendo, así ha sido siempre. Las cosas hay que dejarlas dibujarse; las alimentas y las dejas cocer y,como soy bastante lento tomando decisiones, cuando lo hago es que ya hay un análisis serio que me dice que voy a poder estar a la altura.

¿Te has hecho grande, como llamanlos mexicanos a envejecer?

Sí, me he hecho grande, me he divertido, he aprendido mucho y, sobre todo, he bienentendido todo lo que me ha caído entre manos. En hacer bien las cosas no hay mérito, estamos aquí para eso, hay que aprender a bienentenderlas, que se queden dentro, que te enriquezcan y sirvan de reserva para afrontar lo siguiente. Entenderlo es aprenderlo, personalizarlo, integrarlo y aplicarlo. Espero transmitir esta actitud a mis hijos.

¿Y cómo llevas ser papá Bosé?

Cuando me veo reflejado en mis hijos, se me cae la baba. Pasas del misterio a dominar la técnica, todo lo que son sonidos, olores y luego viene la etapa del «horror, ¡dóndeme he metido! (risas). A partir de entonces, te pillan a contrapié, pero para eso estamos. Y es maravilloso.