Víctor Palmero: "Ya de pequeño me decían que me apuntaba a un bombardeo"

¿Te habías enfrentado antes a un monólogo en un teatro? Es muy valiente...

Gracias, es la primera vez, aunque... ¡Qué primera vez! Cumplimos 100 funciones en el Teatro Español este miércoles 10 y no puedo estar más feliz.

Y, encima, tienes que interpretar a 10 personajes tú solo... De locos.

Bueno, los retos me ponen y me apetecía llevar al límite el cambio de registro en escena y que, además, fuera creíble. En 'Johnny Chico' cambio de género, nacionalidad y edad en cuestión de segundos ante el espectador….

Corrígeme si me equivoco: 'Johnny Chico' es la obra de la que te enamoraste en Edimburgo, compraste el texto y has dirigido e interpretado? Leí hace unos cinco años que ya hablabas de ella...

'Johnny Chico' es, en realidad, un texto del autor australiano Stephen House. Lo encontré en un viaje a Nueva York una noche bicheando internet y le mandé la traducción a Eduard Costa, mi profesor de teatro de la Escuela Municipal de teatro de Onda (Castellón), mi pueblo. Él se encargó de dirigirlo y convertir un texto escrito para sala off en un auténtico espectáculo.

Es una obra muy actual, a pesar de nacer en los 90, con tantos caminos abiertos en la identidad sexual, ¿por qué te tocó tanto?

Es imposible que no te toque, la identidad sexual es una parte muy importante del montaje y yo venía de haber trabajado esto ya en 'La que se avecina' (LQSA), pero me apetecía darle un enfoque distinto. En 'Johnny', el personaje se plantea si quiere ser chico, si quiere ser chica y quizá encuentre la respuesta que va encaminada a que, al final, lo más importante es ser quien quieras ser. Creo que juega con el 'no binarismo', pero es que además de esto, hablamos de el amor infinito entre una madre y un hijo, perderse en la noche de Madrid, las drogas, el abuso sexual, la violencia de género, el cabaret, la prostitución… Es un texto muy explícito y mágico a la vez.

No has tenido una carrera fácil, a pesar de tu empeño (después de 'Con el culo al aire' y hasta que llegó 'La que se avecina', tuviste que trabajar como camarero), ¿qué te ha dado fuerzas para no tirar nunca la toalla?

Trabajé por última vez como camarero en El Corte Inglés de Castellana durante un año, justo compaginé ese trabajo con mis primeros días de rodaje en 'LQSA' porque Alba, mi personaje en la serie, iba a ser un episódico. Creo que cualquiera que quiera ser actor debe tener la toalla bien cogida, no dejas de hacer pruebas y de ser juzgado en ellas, pero la pasión creo que es el centro de mi trabajo como actor y del de la mayoría de la gente que quiere dedicarse a esto. Por muchos nos que lleguen, cuando llega el sí o cuando consigues sacar adelante proyectos como 'Johnny', te das cuenta de que todo lo vivido en el camino ha valido la pena.

Interpretaste a Alba Recio, la hija trans de Antonio Recio, durante seis años en 'La que se avecina' y recibiste magníficas críticas por ello: ¿decidiste o decidieron bajarte de sus tacones?

Decidimos consensuadamente dar una pausa al personaje... ¿Quién sabe? Quizá, algún día, Alba vuelva a pasarse por el vecindario. Guardo mucho cariño a todo el equipo.

Eres un poco kamikaze a la hora de luchar por papeles, por ser actor... ¿hasta dónde llegarías?

Hasta donde me dejen llegar o hasta donde yo mismo me proponga, 'Johnny' me ha dado la llave para poder trabajar en los proyectos que me apetezca contar. No sé. No hay límites, ya de pequeño me decían que me apuntaba a un bombardeo (risas).

Qué ha sido lo mejor y lo peor de esos más de 15 años de interpretación?

Lo mejor es cuando confían en ti y te dejan jugar y juegan con tus personajes para hacerlos crecer, el cariño de la gente… ¿Lo peor? Quizá sea la parte que hablábamos antes de tener que estar al pie del cañón en cada prueba y currártelo y que, por la razón que sea, alguien te eche atrás en un proyecto. Pero como te dije, tengo la toalla bien agarrada.

¿Un sueño por cumplir?

Tengo muchas ganas de hacer cine, hay mucho talento en la industria española y sería un sueño poder trabajar con muchos de los directores y directoras que admiro. Seguiré dando toallazos…