La nariz de Cleopatra

Mayka Sánchez, directora de Woman, nos da bienvenida al número de Julio con un editorial sobre qué es la seducción: ante todo, seguridad en nosotras mismas. ¿El ejemplo? Cleopatra. Maika nos desvela datos sobre la belleza de la emperatriz egipcia.

Mayka
Mayka

La mirada violeta. Una piel de porcelana. Silueta de reloj de arena, diseñada para hacer perder la cabeza a los hombres. Si me hablas de Cleopatra, la gran seductora de la Historia con mayúscula, inevitablemente la imagino en la piel de Elizabeth Taylor, la actriz que la interpretó en el colosal fi lme homónimo. Ambas tenían varias cosas en común: fueron iconos sexuales, mitos incontestables, mujeres de vida intensa que siempre eligieron la tragedia a la comodidad insípida... Mucho en común, pero no la belleza, signo obvio de la finada actriz.

Hace poco, los antropólogos arrojaron, cual cubo de agua gélida, ciertos datos sobre la emperatriz egipcia. Resulta que no era la beldad que nos pintaban sino una dama rechoncha, bajita, narizotas y exhibía una sonrisa plagada de caries. Era fea. Pero aun así, resultaba un imán para el sexo opuesto. Plutarco, muy diplomático, decía que no poseía una belleza suprema (ejem) pero que su conversación era irresistible. Mi mejor amigo tiene dos mujeres fetiche: la muy mona Sienna Miller, y la más difícil físicamente hablando Helena Bonham Carter.

Al final va a ser verdad el tópico, y hay algo más que marca la atracción. ¿Carisma? ¿Inteligencia? ¿Frescura? En defi nitiva, la clave podría ser seguridad en una misma. Nuestra querida Vanessa Lorenzo lo demuestra. Al ver la portada, los ojos se van a su mirada plena de alegría, antes que al vertiginoso escote en uve del maravilloso Pucci. Una imagen perfecta para el número más sexy del año, en el que nuestros planes hot y nuestra moda, capaz de subir la temperatura, están pensados para que disfrutes y te sientas cómoda en tu piel. Porque esta es la clave para la auténtica seducción.

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