Di que sí a lo que dirías que no por miedo y tu vida cambiará (a mejor)

Shonda Rhimes, creadora de 'Anatomía de Grey', explica en una Ted Talk su experimento: dijo que sí a la pregunta que más miedo le daba... 

Hombre en una montaña
Hombre en una montaña / @daniel_altus_

Cuando alguien alcanza una fama mundial como la de Shonda Rhimes (al menos, a través de su trabajo, como creadora de 'Anatomía de Grey', entre otros) parece que el éxito ha llegado para quedarse y la felicidad se instala en tu vida. ¿No es eso a la que aspira una gran mayoría?

Pero lo cierto es que esta mujer, trabajadora y madre, tiene otra perspectiva: "Soy escritora. Invento historias. Me pagan para inventar.El trabajo ideal. No. Soy un titán. Tengo un trabajo ideal. Creo TV. [...] Cuatro programas de TV, 70 horas, 3 series en producción simultánea, a veces 4, salen a 350 millones de dólares por fogatas encendidas en todo el mundo.. [...] No digo esto para impresionarles. Sino porque sé lo que piensan cuando oyen la palabra "escritor". Lo digo para que todos Uds. que trabajan arduamente, y gestionan una empresa o un país o un aula, o una tienda o una casa, me tomen en serio cuando hablo de trabajo."

Ella, que se reconoce adicta al trabajo, explica, mediante una interesante TED Talk (que se puede ver más abajo subtitulada) cómo cambió su vida al responder que sí a aquello que le daba más miedo: "Hace tiempo hice un experimento. Decir sí, durante un año, a todas las cosas que me asustaban. Cualquier cosa que me ponía nerviosa, me sacaba de mi zona de confort, me obligué a decir que sí a todo esto. ¿Quería hablar en público? No, pero sí. ¿Quería salir en directo en la TV? No, pero sí. ¿Quería probar la actuación? No, no, no, pero sí, sí, sí. Y sucedió algo asombroso: el simple hecho de hacer lo que me asustaba me quitó el miedo, hizo que no tuviera miedo. Mi miedo a hablar en público, mi ansiedad social, puf, se han ido. Es increíble el poder que tiene una palabra. Un "sí" cambió mi vida. Ese "sí" me cambió."

Y ese sí, según explica, era uno muy concreto: "Mamá, ¿quieres jugar?" Era el momento menos indicado, llegaba tarde a una reunión pero Shonda se quedó junto a sus hijas porque, ¿por qué no?

Se concedió 15 minutos al día (antes de que sus hijas decidan dedicarse a jugar con otra cosa) para desconectar, para jugar, a pesar de ser adicta al trabajo. "15 minutos es todo lo que hace falta. Puedo sacar 15 minutos sin interrupciones incluso en mi peor día. Sin interrupciones es la clave. [...] No se trata de jugar con sus hijos, se trata de la alegría. Se trata de jugar en general. Tómense 15 minutos. Descubran lo que les hace sentirse bien. Averígüenlo y jueguen con ello."

Y así, diciendo "sí" en lugar de "no" cuando se trataba del ocio, la fórmula quedaba resuelta... Porque incluso para ella, este titán aclamado en todo el mundo, "trabajar sin jugar no funciona."

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