¿Se puede potenciar la creatividad a través del yoga?

Cómo llevar al pensamiento original y divergente a su máximo esplendor a través de técnicas como el yoga, explicado por una experta. 

Yoga para potenciar la creatividad
Yoga para potenciar la creatividad / Istock

Cuando tienes tu lado derecho del cerebro más desarrollado que el otro, eres una persona predominantemente creativa o artística. Y te doy la enhorabuena: tienes la capacidad de generar nuevas ideas, asociaciones y conceptos para resolver situaciones que producen otras nuevas ideas, asociaciones y conceptos más brillantes aún. Es lo que se conoce como pensamiento divergente, imaginación constructiva o simplemente, creatividad. 

Gracias a la creatividad desarrollamos la imaginación e innovamos, lo que mejora nuestra autoestima y al mismo tiempo, refuerza y potencia la autonomía y seguridad

Tal y como explica Anna Alfaro, experta en yoga, meditación y reiki, en el libro 'Yoga para equilibrar tus emociones', "nuestras vidas están íntimamente ligadas a la creatividad. Todas somos personas creativas. Creamos constantemente." Porque todos, a diario, nos vemos obligados a tomar decisiones, a resolver situaciones y, en mayor o menos medida y en uno u otro ámbito... a generar ideas. 

Pero, ¿qué sucede cuando esa creatividad innata que todos tenemos, se queda atascada? ¿cuando surgen los temidos bloqueos? Es aquí donde para la experta, entra el yoga. 

El yoga puede ser un buen aliado de la creatividad

El yoga puede ser un buen aliado de la creatividad

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"El yoga nos estimula creativamente gracias a la constancia, la perseverancia, el hábito y la disciplina", refuerza Alfaro. Y es lo mismo que sucedde con otras artes creativas. Es esa confianza, esa ruptura de barreras y límites, ese compromiso, el abandono del miedo y la actitud proactiva, la que nos abre a un mundo de infinitas posibilidades que, en efecto, potencia nuestra creatividad. 

Yin yoga, el yoga que mejor potencia la creatividad

Según Anna, "este yoga se basa en uno de los principios opuestos y complementarios en naturaleza según el taoísmo, el yin y el yang". El yin, como la estabilidad, lo inmóvil y lo oculto. El yang, referido al cambio, a la movilidad, a la actividad y la fuerza. En este sentido, los estilos de yoga se enmarcan dentro de alguno de estos dos principios. Por ejemplo, el vinyasa o el hatha yoga, son prácticas de yoga yang. Sin embargo, el yoga restaurativo, el yin yoga, es mucho más lento, pasivo y reflexivo. Es aquí donde todas esas ideas creativas afloran sin esfuerzo. 

"La lentitud en la práctica es lo que permite la relajación muscular y mental, lo que da lugar a una mayor atención y observación que permite alcanzar un algo grado de conexión con una misma", explica Alfaro. Y sí, puede ser todo un reto para las personas más activas e inquietas. Pero es precisamente en este estilo de yoga donde nos enfrentamos a nosotros mismos, donde nos tomamos el tiempo suficiente en cada asana para observar de forma silenciosa, desde el respeto y hacia nuestro interior. Es aquí donde, a través de los movimientos, aflora todo aquello que a veces no podemos o no queremos ver. Donde somos conscientes. 

Yin yoga para potenciar la creatividad

Yin yoga para potenciar la creatividad

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Asanas de yoga para potenciar las ideas creativas

Algunas de las posturas de yoga de las que habla Anna Alfaro son la media paloma -Eka pada rajakapotasana-, la Prasarita padottanasana o postura de ángulo ancho extendido o gran ángulo o la media luna o Ardha chandrassana. 

Todas ellas permiten un gran estiramiento de la parte posterior del cuerpo: espalda, muslos y piernas. El soas trabaja con intensidad al igual que las caderas, que experimentan grandes aperturas y aportan mucha fuerza y ligereza al mismo tiempo. 

La meditación para explorar la creatividad

La meditación para explorar la creatividad

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Sin duda, las asanas son valiosas para generar ideas creativas cuando estamos en un laberinto. Pero también puedes ayudar a tu creatividad con otras prácticas donde el silencio y la reflexión, son los protagonistas. 

Por ejemplo, la meditación. Y si vamos a un plano mucho más terrenal y mundano, podemos acudir a la observación de tu día a día: desde ver cómo se filtra la luz entre las calles de tu barrio a una buena lectura en el sofá o un café mientras paseas. Porque, tal y como concluye Anna, "la creatividad no surge de manera espontánea, natural y a borbotones si no tenemos nada dentro que decir, compartir y construir. Hay que cuidarla, nutrirla y potenciarla".

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