Laura Galán, protagonista de 'Cerdita': “Gorda no es un insulto, es un adjetivo”

'Cerdita', la película de terror de la que todo el mundo habla, llega al cine tras hacerse con el Méliès de Oro en Sitges. Un thriller psicológico firmado por Carlota Pereda con un poderoso mensaje contra el bullying. Hablamos con su protagonista.  

Laura Galán

Retrato de la actriz Laura Galán.

/ Javier Mantrana

Está en las nubes: todo el mundo habla de la película que protagoniza y hace pocos meses fue madre primeriza. «Mi vida ha cambiado mucho», reconoce encantada Laura Galán (Guadalajara, 1986). “Cerdita” le está aportando muchas cosas buenas. El multipremiado corto homónimo de Carlota Pereda, ganador del Goya 2019, y convertido ahora en largometraje, tuvo una buena acogida en el Festival de Sundance y en el de San Sebastián y acaba de hacerse con el premio al mejor largometraje en el de Sitges. En él encarna a una adolescente de un pueblo de la España profunda, a quien acosan por su sobrepeso. Hasta que llega un enigmático hombre…

¡Qué gran personaje Sara! ¿Qué es lo que más te ha gustado de interpretarla?

Lo que más me ha gustado es conocer su vulnerabilidad y su fuerza porque, al final, es súper valiente. La película transcurre en veinticuatro horas escasas y todo lo que le pasa en ese tiempo, vivir ese viaje con ella, ha sido una experiencia de crecimiento. Al igual que ella cambia y madura mucho, creo que yo tampoco soy la misma después de ese rodaje. De hecho, cuando empecé a ver imágenes montadas de la película, parecía otra persona. Siempre digo que, afortunadamente, yo no sufrí bullying, y conocer eso de su mano ha sido muy fuerte y doloroso, pero me ha permitido ser consciente de muchas cosas.

Es una película de terror psicológico que busca entretenimiento pero, a la vez, esconde un mensaje empoderador muy valioso, ¿cómo lo definirías?

Hay que dar visibilidad al bullying. Como creadoras, yo como actriz y Carlota como directora y guionista, usamos nuestra herramienta, que es la ficción. Queremos que se vea como una pieza de terror, no queremos dar clases de nada, pero me parece importante dar visibilidad. Sí, es entretenimiento, es de género y la gente se lo va a pasar muy bien, pero da para reflexionar después, para que salgas del cine y pienses en las realidades de muchas personas.

¿Crees que se nota ahí la mano de una mujer directora como es Carlota Pereda?

Por supuestísimo. Que sea Carlota la guionista y la directora, que gran parte del equipo fuéramos mujeres, también en puestos de responsabilidad, se nota. Siempre nos han contado la historia desde la posición masculina; ahora la contamos las mujeres. Y creo que es importante que Carlota se posicione en el género de terror. A ella le encanta y se le da súper bien, pero a la gente aún le parece extraño que sea una mujer dirigiendo terror. En la historia se nota muchísimo que es mujer y también que es madre: al final todo esto nace por los miedos de una madre a lo que le pueda suceder a su hija. Pensaba en el bullying y con su mano creadora lo ha transformado en una película. Es maravillosa su visión. Como actriz y con un personaje tan expuesto como el mío, para mí el rodaje fue una zona de confort total, yo estaba muy tranquila.

Carlota Pereda y Laura Galán

La directora y guionista Carlota Pereda y la actriz Laura Galán durante el rodaje de "Cerdita".

/ Cortesía Morena Films

Qué interesante la relación de tu personaje con su madre, interpretada por Carmen Machi...

Primero estar con Carmen en pantalla es un máster. Si no la mejor, es para mí de las mejores actrices de España y, además, mi amiga. Tengo mucha suerte de haber coincido con ella. Su personaje es muy duro pero tierno, es de esas madres antiguas que creen en la firmeza y en la dureza. Quiere lo mejor para Sara, aunque quizás su manera de transmitirlo no es la mejor. También ella es víctima de todo lo que pasa, del pueblo en el que vive y de una educación. Si a su hija la llaman gorda, es que tiene que adelgazar.

Otro punto importante en la película es ese ambiente rural y opresivo…

Ya lo dice el dicho: “pueblo pequeño, infierno grande”. Ahora los pueblos han cambiado muchísimo y son una maravilla: he nacido en una ciudad, pero me encanta ir a los pueblos de mis padres. Tienen calidad de vida pero también opresión. Sara vive en un pueblo lleno de campo y de luz, pero resulta claustrofóbico. En esa opresión rural, mucha gente puede sentirse identificada. Eso sí, durante el rodaje todos nos enamoramos de Villanueva de la Vera, donde rodamos, y queríamos irnos a vivir allí.

Qué bonito es Villanueva de la Vera.

Sí, además parte de mi familia es extremeña. Mi padre es de Alcántara, de Cáceres. Villanueva de la Vera es una maravilla. Nos instalamos allí mes y medio, la gente se volcó, fue una experiencia muy bonita.

Y qué bien lo habéis pasado durante el rodaje el #TeamPiggy. Miras las redes y vuestro buen rollo es contagioso.

Carlota y yo ya somos como hermanas. Se generó una atmósfera de campamento de verano muy divertida. Con mi compañero Richard Holmes (el desconocido), nos hicimos hermanos, con Merry Colomer, la productora ejecutiva, hermanas… De repente, todos remando y pasándolo genial.

Cerdita

Richard Holmes da vida al asesino desconocido.

/ Cortesía Morena Films

¿Cómo explicas esa conexión entre Sara y el asesino o, como vosotros lo llamáis, el desconocido?

Creo que esa es la chispa que moviliza a Sara. Le despierta cosas porque él se ha fijado en ella. Es el despertar adolescente. Y tienen esa conexión porque son muy parecidos, lo que pasa que uno ejecuta. Pero se entienden. Aunque no sabemos lo que le ha pasado a él, ni de dónde viene, ni quién es, de repente Sara ve un reflejo en él. Hay una atracción brutal, como cuando nos atrae algo que no debemos… Todo eso moviliza a Sara, las decisiones que toma, las toma por él.

Por primera vez se siente deseada.

Totalmente. Yo pensaba en los gatitos que te traen de regalo un ratón muerto, eso es lo que le pasa un poco con el desconocido. Le hace regalos a Sara que no son los mejores, pero para él son muestra de muchas cosas. Y Sara, de repente, es el objeto de deseo.

¿Cómo luchamos contra la gordofobia?

(Suspira) Es muy difícil pero creo que tenemos que seguir educando en casa desde muy jóvenes. Las bases tienen que estar muy afianzadas. Tenemos que empezar a escucharnos, a tolerar, a saber que la diversidad es real y bella y no asustarnos por lo diferente. Cuando hablo con chicos y chicas jóvenes, al final lo que atacan es lo diferente, y todos somos diferentes. El bullying es injusticia. Tenemos que hablar mucho de ello en casa, en los colegios, en los institutos… Es la base, porque de adultos está todo muy afianzado.

Desde luego…

Yo siempre digo a la gente que soy gorda y me piden que no diga eso. Yo les digo: "no, es que gorda no es un insulto, es un adjetivo". Siempre hablamos de la responsabilidad de hacernos fuertes las personas que estamos siendo vejadas. No puede ser, tenemos que desplazar la responsabilidad al que hace daño. Pero a la vez, no me vale este insulto, si quieres insultarme sé más inteligente. Hay que defender los cuerpos diversos: una persona gorda o no normativa siendo protagonista de una película es dar visibilidad, que en los medios salga gente no normativa también es normalizar.

Cerdita

Sara (Laura Galán) es acosada por las chicas del pueblo.

/ Cortesía Morena Films

Ahora se habla mucho de diversidad pero la verdadera diversidad llegará cuando nuestro físico no nos condicione en absoluto. ¿A ti te ha condicionado mucho en tu carrera?

Sí, sí. Lo que pasa es que yo he intentado darle la vuelta. Me ha condicionado porque mis papeles son de chica gorda… Siempre está el físico por delante, no me llega un personaje de abogada, de madre… Como decíamos una vez con Icíar Castro, por qué no ser la chica de quien se enamora el protagonista. Siempre somos la amiga de la prota. Sí me condiciona, pero lo he jugado a mi favor: "¿me condiciona? Pues entonces me vais a querer por esto". Estoy sana como una manzana, eso hay que recordarlo, y aunque no haga apología de la obesidad, mi cuerpo es así y voy a explotarlo al máximo. Gracias a mi cuerpo he hecho un personaje tan maravilloso como el de Sara.

Ya está bien de que las mujeres odiemos nuestros cuerpos, ¿no? ¿Tú a diferencia de tu personaje estás orgullosa del tuyo?

Sí, aunque tengo mis días, vivo con la mochila del patriarcado. Para los festivales he tenido a una estilista maravillosa que se ha vuelto loca: hablaba con marcas y no había tallas para mí. Jo, qué mal. Igual el problema es de la marca, que no tiene tallas, pero la que se queda sin ropa soy yo. Hay días horrorosos pero sí, yo incluso en “Cerdita” me veo monísima. La gente me dice “qué valiente” y eso me fastidia: valiente, ¿por qué? A una persona con un cuerpo normativo seguro que no le dice qué valiente por ir en bikini. No pasa nada porque es mi cuerpo y me gusta. Hay días que no, como a todas. Muchos fotógrafos me llaman para posar desnuda; por qué nos resistimos a que cuerpos como el mío puedan estar expuestos, puedan ser portada y puedan ser deseados.

Te ha coincidido el boom de la película con tu maternidad, ¿eso significa que estabas embarazada durante el rodaje?

No, me quedé embarazada quince o veinte días después de terminar. Menos mal. Luego rodé otra película embarazada de cinco meses pero, ventajas de ser gorda, no se me notaba en absoluto. Ya me lo decía Carmen Machi: “este año con la peli y el niño te va a cambiar mucho la vida”. Es súper bonito. Ya se me ha acabado la baja maternal y ahora me toca trabajar y aprender a conciliar.

Cerdita

Fotograma del filme de terror psicológico "Cerdita" 

/ Cortesía Morena Films

Habías trabajado con Terry Gilliam y habías hecho mucho teatro, pero es “Cerdita” la que te está haciendo más conocida en el mundillo, ¿te están saliendo muchos nuevos proyectos ahora?

He rodado “Una noche con Adela”, dirigida por Hugo Ruíz, donde interpreto a Adela. Es otro viajazo con un personaje muy atormentado, están terminando la película. También estaré en la serie de “Zorras”. Noto que la gente me ubica, soy la de “Cerdita”, y eso me hace ilusión. Estoy muy agradecida. Los trabajos, con cuentagotas, pero van llegando. A final de año vuelvo al teatro, al Fernán Gómez y al CDN, muy contenta. Y con muchas ganas de seguir haciendo audiovisual, quiero acción todo el rato.

¿Eres muy ambiciosa? ¿Hasta donde quieres llegar?

No, yo solo quiero llegar a pagar mi hipoteca y a que mi niño tenga comida. Quizás porque he trabajado en teatro y te pone mucho más los pies en la tierra, pero quiero dedicarme a esto como un zapatero, como un artesano, quiero trabajar, no necesito fama, sino una vida digna. Me hacen ilusión las alfombras rojas porque nunca lo he vivido. No soy Penélope cruz, no soy Carmen Machi, y me apetece la experiencia, pero mi ambición se limita a ir trabajando y pagando mis cositas y tener una estabilidad que nunca existe en este gremio.

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