Nico o cómo la cultura popular apagó una artista audaz y enigmática

Se publica la biografía de la artista que se hizo famosa con The Velvet Underground muy a su pesar: nunca recibió la aceptación de sus compañeros y Andy Warhol la utilizó como una musa más, a pesar de tener el imaginario digno de un icono musical

Nico, una de las artistas de The Velvet Underground
Nico, una de las artistas de The Velvet Underground

Dicen que lo mejor del tiempo es que consigue poner a cada uno en su lugar. Puede que, por eso, conforme van pasando los años, volvemos a redescubrir figuras de la música que, aun siendo iconos, desconocemos casi por completo. Porque la cultura popular es una cosa y el análisis en profundidad de estos artistas es otra. Solo gracias al trabajo de Jennifer Otter Bickerdike, hemos asistido al renacimiento de Nico, la misteriosa rubia que hizo famoso el álbum más celebrado de The Velvet Underground.

Esta historiadora ha recogido cada uno de los episodios de la vida de la artista y los ha recogido en 'You Are Beautiful & You Are Alone' (Contra, 2022), una biografía con la que la autora busca recuperar el alma de una mujer de la que siempre se habló como si careciera de ella. Porque Nico parecía destinada a ser una de las cantantes más influyentes de su época (y, de hecho, lo fue), pero poco podía hacer siendo el títere de Lou Reed y Andy Warhol. Así se demuestra en las páginas de este volumen, que rescata el perfil oculto de esta mujer, nacida como Christa Päffgen en la Alemania nazi de 1938.

La vida de la autora de 'These Days' no fue nada fácil desde su infancia, cuando asesinaron a su padre en un campo de concentración y fue violada a a los 13 años por un sargento americano negro. Tras ejercer como modelo para sacar adelante a su madre y a su hermana, infinidad de necesidades y penurias mediante, esta rubia de ojos azules coincidió con Alain Delon, uno de los actores más populares entonces, de quien se quedó embarazada. El francés jamás quiso reconocer aquel retoño, llamado Ari, ni siquiera que había tenido algún tipo de relación con la artista, y este solo fue uno de los miles de ejemplos de desprecio que la autora comenta en estas memorias, las primeras que se centran exclusivamente en Nico y no pasan de puntillas por su admirable y trágica vida.

"Cuando escribí este libro me llamó la atención cómo la misoginia y el edadismo impactaron profundamente en la memoria cultural de Nico", comenta la autora en una entrevista concedida a Woman.es, donde reconoce que tardó cuatro años en reunir todo el material sobre la cantautora, que tanto en su vida personal como profesional demostró tener una identidad desbordante. Eso cuando le dejaban, porque precisamente con el grupo con el que logró la fama mundial apenas tenía autonomía ni poder de sugerencia.

"Muchos de sus compañeros no le dieron el apoyo que merecía. Eso, combinado con una incorrecta narración de su historia, ha dado lugar a la creación de una mitología en torno a ella que es muy diferente a la de la mujer que realmente era", comenta Otter Bickerdike, que en su libro busca mostrar la gran diferencia que existía entre la Nico conocida en la industria de la música como la "intrusa" de The Velvet Underground, donde jamás contó con la aprobación de sus compañeros, a excepción de John Cale) y la Nico que se encerraba temporadas enteras en su casa para componer dentro de la bañera.

"John Cale entendía que Nico estaba abriendo un camino nuevo y visionario. Fue un ancla para ella durante toda su vida", añade la autora del libro, que cree que "es demasiado simplista decir que los otros compañeros de banda le tenían envidia o la veían como un rival. Nico ya tenía un nombre y un caché mucho antes de que ella entrara en su órbita". Ejemplo de ello es, por ejemplo, que Federico Fellini la fichó nada más verla para un pequeño papel en 'La dolce vita' o que ocupó el corazón de artistas como Bob Dylan y Brian Jones.

Precisamente este fue tanto uno de los grandes amores de su vida como una de las peores condenas de la cantante, que sufrió abusos físicos, sexuales y psicológicos por parte del malogrado 'rolling stone'. A pesar de ello, siempre le recodaría con cariño después de su temprana muerte, a los 27 años, el 3 de julio de 1969. Haría lo mismo con otra de las piedras que encontró en su camino, el cineasta Philippe Garrel, de quien fue su musa y con quien convivió en la más absoluta pobreza, a pesar de disponer de fondos económicos para hacer lo contrario.

Fue con el realizador de 'La cicatrice intérieure' (1972) con quien comenzó a pasar de ocasional a habitual en el consumo de drogas e inició una relación basada en la dependencia por la heroína. Fue entonces cuando comenzó a dedicar todo lo que ganaba en sus conciertos al vicio, motivo por el que cayó en una interminable espiral de consumo y agotamiento. Ayudada por el amor hacia su hijo, sus amigos y, esencialmente, por su música, esta artista políglota abandonó ambas dependencias y se centró exclusivamente en ser feliz.

Así, viajó a Ibiza a finales de los 80, donde se estableció ya por fin junto a su hijo. Entonces, pudo dedicarle todo el tiempo que las giras y las drogas le habían robado, contando ya con el reconocimiento de "toneladas de bandas icónicas, especialmente las góticas, como Siouxsie And The Banshees", subraya la autora, que también ve claras referencias a Nico en la música de Shirley Manson, vocalista de Garbage. Otter Bickerdige destaca, además, que la unicidad de la artista alemana residía en su intención por expresar su arte sin mesura solo por el mero hecho de hacer música y no en la búsqueda del reconocimiento en el que sí insistió Warhol.

"The Velvet Underground no habrían existido sin Nico. Warhol invirtió en ellos buena parte de lo que tenía para proporcionar a Nico un vehículo para involucrarse con el equipo de la Factory", concreta la escritora de esta biografía, que insiste en que la figura de Nico siempre estará asociada a algo ajeno a lo musical, esto es, sus adicciones. "Se debe a una misoginia inherente e incuestionable, la doble moral y el odio innato por y para las mujeres", destaca Otter Bickerdike, que a lo largo del libro comenta lo mucho que le influyó su belleza natural en la industria de la música, que la consideró una rubia más.

Para la cultura popular tampoco la recordaría como la flamante creadora de 'Chelsea Girl', el álbum que transformó el concepto de la psicodelia en pleno auge del movimiento 'hippie'. Es más, tal y como se menciona en el epílogo de esta publicación, no fue hasta 2006, 10 años después de su entrada en el Rock and Roll Hall of Fame de Estados Unidos y 18 de su fallecimiento a causa de un derrame cerebral cuando paseaba en bicicleta, que en su ciudad natal, Colonia, se propuso hacerle un homenaje poniendo su nombre en una plaza. Este finalmente no se produjo, ya que los concejales de la ciudad adujeron que no procedía este reconocimiento por su "trayectoria de drogas". Véase aquí, una vez más, cómo seguimos llamando héroes e iconos a quienes tomaron el triste mismo camino, pero, en su caso, siendo hombres.

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