¿Por qué se habla cada vez más de la melatonina? Un experto nos explica su papel, más allá de su influencia en el sueño

¿Qué es la melatonina? ¿Cómo funciona y cuáles son sus efectos para la salud? Te contamos todo lo que deberías saber sobre esta hormona y sus implicaciones en el sueño, el bienestar, la piel o el envejecimiento. 

La melatonina se conoce como la hormona del sueño
La melatonina se conoce como la hormona del sueño / Istock / istock

Conocida sobre todo como la hormona del sueño, la melatonina está implicada además en nuestra salud, en el estado de la piel, el proceso de envejecimiento o en nuestro sistema inmunológico. En efecto, su acción va más allá de proporcionar un descanso reparador, y por eso, cada vez más, la melatonina está, como suplemento alimenticio o medicamento, en boca de todos.

Pero ¿tenemos claro qué es la melatonina y cómo funciona? “Se considera una hormona, derivada del triptófano, el cual forma primero serotonina y a partir de ésta, la melatonina. Se descubrió inicialmente como un producto de la glándula pineal, localizada en medio del cerebro, y regulada por el reloj biológico”, explica el doctor Darío Acuña, catedrático de Fisiología y director del Instituto Internacional de la Melatonina. Esto es, la melatonina sigue un ritmo circadiano con un pico nocturno: se sintetiza por la noche y frena su síntesis durante el día.

Ese pico nocturno de melatonina tiene además otras implicaciones: sincroniza todos los demás ritmos circadianos, incluyendo ritmos endocrinos y hormonales, ritmos de los neurotransmisores cerebrales, ritmos metabólicos, ritmos de la actividad de defensa antioxidante, ritmos del sistema inmunitario, etc. Por tanto, la melatonina juega un papel fundamental en la regulación y mantenimiento de la homeostasis del organismo, es decir, en el mantenimiento de la integridad fisiológica.

Sin embargo, la producción de melatonina empieza a decaer a partir de los 35 años. Y tiene sus repercusiones: “Se van alterando lenta y progresivamente los ritmos circadianos, lo que se nota principalmente en las alteraciones del sueño ligadas a la edad. Pero también se van alterando todos los órganos y tejidos al faltar la melatonina extrapineal. La disminución de la melatonina se relaciona directamente con el envejecimiento, y favorece la aparición de enfermedades ligadas a éste, como patologías neurodegenerativas, metabólicas y cáncer”.

La reina de la noche (¿y del invierno?)

Los niveles de melatonina están regulados por la presencia (o no) de luz. De esta forma, comenta el doctor Acuña, en el hábitat natural, el fotoperíodo (cantidad de tiempo al que estamos expuestos a la luz) regula la actividad de un grupo de neuronas en el hipotálamo que constituyen el reloj biológico que, a su vez, controla la síntesis de melatonina. Durante el día, la luz frena la señal del reloj biológico hacia la glándula pineal, inhibiendo la síntesis de melatonina y por eso durante el día apenas hay melatonina circulante en la sangre. Al caer la luz, cuando el sol empieza a ponerse, la luz blanca de éste se torna cálida, anaranjada, después rojiza y al ponerse el sol ya es roja. La luz blanca tiene un componente de longitud de onda azul (entre 460-480 nm) que es la que frena la producción de melatonina. Al tornarse cálida, ese componente azul desaparece y el reloj biológico inicia las señales hacia la pineal para que ésta empiece a producir melatonina, que alcanzará una concentración elevada unas 4 horas después, cuando ya empezamos a tener somnolencia y nos prepara para acostarnos.

El problema viene en que nuestro ritmo de vida y un entorno artificial alteran ese mecanismo, y si estamos expuestos a luz blanca durante la tarde/noche y frente a dispositivos electrónicos, la melatonina sigue inhibida, nuestro reloj biológico se desincroniza y no se produce esa etapa de preparación al sueño, causando enormes problemas de alteraciones de sueño en la población. “Por eso es fundamental en casa tener luces cálidas, nunca blancas, y por eso también las luces led blancas que se instalan en muchas ciudades son altamente tóxicas para nuestra salud”, comenta el experto. Es más, prosigue, esa exposición a dispositivos electrónicos (móviles, TV, radio, etc.) altera la función de unas proteínas que se encuentran en las neuronas del reloj biológico, las llamadas proteínas reloj, impidiendo su correcta función de control de la producción pineal de melatonina. “Igual que si encendemos una luz blanca por la noche, los dispositivos electrónicos en el dormitorio alteran la producción de melatonina y afectan al sueño, además de los otros ritmos”.

Estamos en los días más cortos del año y esto también afecta, lógicamente, a la producción de melatonina, que empieza antes. “En los animales que hibernan, es una señal para el proceso de hibernación. En la especie humana, nos adelanta la hora de inicio del sueño”, el problema es que, suele ocurrir que, al hacerse de noche antes, encendemos las luces antes también y si éstas son blancas, nos frena la producción de melatonina de nuevo.

Dale melatonina a tu piel

Lo dicho, la función de la melanina no se limita a precipitarnos en los brazos de Morfeo. También influye mucho en el estado de la piel. “Tenemos que hablar de la llamada melatonina extrapineal. Y es que, además de la pineal, la melatonina se produce en prácticamente todas las demás células de los distintos órganos y tejidos del organismo”, expone el doctor Acuña. Esta melatonina extrapineal se diferencia de la pineal en varios aspectos: no sigue un ritmo circadiano, no sale a la circulación sino que se produce y se usa por la propia célula, y está en unas concentraciones de mil a dos mil veces la producida por la pineal. “Esta elevada concentración de melatonina intracelular le proporciona unas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias excepcionales, a la vez que potencia y estimula las mitocondrias (las centrales energéticas de la célula)”.

Y como el resto de los tejidos, la piel también produce su propia melatonina que se encarga de mantener su integridad, regulando la síntesis de proteínas y protegiéndola de las agresiones externas, desde la radiación ultravioleta hasta los tóxicos ambientales. Sin embargo, apunta el doctor Acuña, la melatonina de la piel se consume muy rápido, por lo que es necesario proporcionarla en forma de cremas tópicas. No obstante, señala el experto, es importante que cuando se apliquen no penetren y vayan a la circulación, ya que la melatonina se difunde muy rápidamente. Teniendo en cuenta estas circunstancias, el Instituto Internacional de Melatonina ha diseñado y patentado una línea cosmética de crema tópica de melatonina, MEL13 a través de su empresa Pharmamel, que permite que se acumule en la piel, ejerciendo in situ sus propiedades -antioxidante, antiinflamatoria y energizante- para mantener y devolver la juventud y la elasticidad a la piel.

Para el jet-lag funciona muy bien. “Nuestra experiencia en más de 30 años del uso clínico de la melatonina y el consenso internacional nos demuestra su capacidad para regular una alteración del sueño”, expone el doctor Darío Acuña. Sin embargo, no se trata de café para todos. “La melatonina debe usarse a la dosis adecuada, que varía de una persona a otra y debe ser dosificada por un médico. Hay que tener en cuenta que, a partir de 2 mg, la melatonina se considera un medicamento en toda la UE, y es necesario una receta médica para comprarla en la farmacia”.

No obstante, manifiesta el director del Instituto Internacional de la Melatonina, su experiencia va más allá, “y la empleamos en diversas patologías que cursen con los tres signos sobre los cuales la melatonina actúa: aquellas patologías que cursan con estrés oxidativo, inflamación y daño mitocondrial, y que incluyen enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Párkinson, alteraciones endocrinas y metabólicas, así com el propio envejecimiento”. Y aquí, insiste, hay que hacer una valoración previa del paciente para calcular la dosis que necesita en función de su estado.

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