Llega el calor y con él... ¡Los amores de verano!
¿Es posible que un romance estival se convierta en algo más? ¿Por qué es tan común enamorarse en verano? Despejamos las dudas amorosas que el calor trae consigo.
Inmersas de forma oficial en la temporada de verano (momento para los aplausos, por favor), la llegada del calor y la cercanía de las vacaciones trae consigo algo en ocasiones tan habitual como ese heladito después de comer o ese libro que en la playa termina con más arena que las sandalias: los amores de verano. Según datos recientes de Bumble, el 23% de los encuestados está dispuesto a viajar con una pareja potencial durante los 2-3 primeros meses de relación, y una prueba más de las ganas que hay de darle una oportunidad a Cupido bajo el sol es que el 27% le daría la oportunidad de intentar tener un romance a alguien que hable un idioma distinto al suyo. ¿Quién dijo que Duolingo era una pérdida de tiempo?
Pero, ¿por qué los amores de verano suelen ser efímeros? Cecilia Bizzotto, socióloga y portavoz de Joy Club España, responde. “El amor de verano está pensado para ser fugaz. Suele tener como característica principal las vacaciones, estar en un lugar distinto donde podemos desconectar. La persona de la que nos enamoramos suele ser una desconocida, lo que otorga al amorío un carácter “exótico” Además, es un enamoramiento con “fecha de caducidad”. Sabes que durará poco, por lo que hay un distanciamiento emocional asumido que se suma a qué le ponemos menos expectativas. Es un amor sin la presión del largo plazo. Por otro lado, ese anticipo de que no va a durar hace que conectemos más con el presente. Así, será un amor más intenso y pasional”, asegura.
Pero estos amores tipo ‘Grease’, en ocasiones, no tienen por qué terminar. Quienes deseen que sus relaciones tengan mayores perspectivas de futuro, han de tener por descontado en mente si la potencial pareja no vive excesivamente lejos, aunque cada vez más personas se animan a darle una oportunidad al amor al margen del kilometraje. El psicólogo Raúl López, autor de 'Amores ideales, rupturas reales', se esfuerza en señalar que sin duda, la mejor forma de hacer que la relación funcione es elegir a alguien que viva cerca de la zona en la que se vive, pues las relaciones a distancia tienen menos probabilidades de éxito. “Por otro lado, si te quedas junto a esa persona el tiempo suficiente para que surjan conflictos, tu relación se romperá o quedará reforzada. Durante el conflicto conocemos y nos vinculamos con más intensidad a nuestras nuevas parejas. La única manera de saber si has dado con la persona indicada es esperar a que venga la tormenta perfecta para ver cómo lo afronta. La manera en que gestione esas dificultades será la manera en la que afrontará los problemas en el futuro. Esa es una información valiosa a la que debes atender si no quieres que tu nuevo romance se convierta en una película de terror”, comenta a ‘Woman’.
Por qué es más habitual enamorarse en verano
Sonia y Selena aseguraban (lo sabemos: no esperabas semejante referente) que "cuando llega el amor, los chicos se enamoran", y aunque estaban pecando de románticas, lo cierto es que es durante los meses más cálidos del año cuando solemos tener una fogosidad más acusada. Es porque es en esta etapa en la que el cuerpo produce una mayor de oxitocina, también conocida como la hormona del placer, pero Bizzotto quiere recalcar que pese a que por descontado estos factores influyen, nuestra mente va más allá. “En general, en verano suele despertarse el deseo de muchas personas. En JOYclub, por ejemplo, hay picos de registro y actividad en verano. Las usuarias actualizan más sus perfiles buscando citas allá donde se van de vacaciones, con el objetivo probablemente de encontrar ese anhelado “amor de verano”. Hay quienes atribuyen este incremento del deseo a la exposición al sol y las hormonas que ello provoca. No obstante, ese es un enfoque muy reduccionista: la sexualidad no se explica simplemente por la biología y su cóctel hormonal. Si no, a las personas con baja libido se las podría tratar simplemente con “chutes” de testosterona o serotonina, y la realidad es que ese tipo de soluciones no corrigen el problema en profundidad”, aclara.
“Nuestra mente y nuestra erótica es mucho más compleja. Lo que determina mucho más ese incremento de la libido suele ser el descanso adecuado, la relajación de las vacaciones y la reducción del estrés. De hecho, concretamente en mujeres se ha visto que la falta de horas de sueño puede disminuir el deseo sexual. Además, en verano solemos romper con la rutina, conocer a gente nueva y disfrutar de eventos al aire libre que no sólo nos hacen sentirnos más felices y saludables, sino también más predispuestas y disponibles para el amor. Lo que me pregunto es cuántos amoríos, cuánto deseo y qué satisfacción erótica podríamos alcanzar si tuviéramos estilos de vida más saludables, relajados y libres como los que tenemos en verano”, indica.
Cómo gestionar el adiós
La que firma el texto se ofrece voluntaria, por cierto, a bajar el ritmo para ver si las ganas de enamorarse aumentan… Aunque las historias con finales felices son nuestras preferidas, es innegable que los amores de verano, como su nombre bien indica, suelen terminar con el periodo estival, por lo que lo mejor es mentalizarse para evitar daños mayores. Raúl López nos da algunos consejos en clave aftersun para que el adiós estival no sea doloroso. “A día de hoy, cuando entras en una relación, no se supone que la relación deba prolongarse. Esto es todavía más significativo si tu relación ha nacido en verano. Si deseas que tu relación se prolongue en el tiempo, lo mejor es que lo expreses sin dejar lugar a la duda. Lo mismo es aplicable para pedir lo que quieres”, dice antes de enumerar posibles deseos y posteriormente, motivos.
- “Me gustas”
- “Quiero besarte”
- “Quiero pasar más tiempo contigo”
- “Quiero tener sexo contigo”
- “Quiero dejar de verte o tener esta relación”
"Funciona mucho mejor si añades un porqué lo quieres", añade López.
- “Me pareces una persona especial, creo que tienes algo…”
- “Me estoy sintiendo muy atraída por ti”
- “Me lo estoy pasando genial contigo y quiero más”
- “Me siento muy agusto contigo y quiero tener más intimidad”
- “No deseo tener una relación larga, en este momento no entra dentro de mis planes”
“Expresar el QUÉ y el PORQUÉ facilita y lubrica la relación a conducir en ambos sentidos”, asegura.
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