Susi Díaz, embajadora de Restaurantes contra el hambre: "Para cocinar un futuro sin hambre hay que tomar conciencia"

Con una estrella Michelin y dos soles Repsol por su restaurante La Finca, la chef Susi Díaz es uno de los nombres de referencia de la cocina española (también, uno de los todavía escasos ejemplos de mujeres a la cabeza de un local de alta gastronomía). Además, la alicantina es embajadora de Acción contra el Hambre y una de las participantes Restaurantes contra el Hambre, la iniciativa que acaba de cumplir 15 años y agrupa a cientos de establecimientos y a profesionales como Quique Dacosta, Albert Adriá, Álvaro Castellanos, Andrea Tumbarello o Maca de Castro.

Con esta propuesta de Acción contra el hambre, varios restaurantes de toda España ofrecen platos solidarios con el fin de implicar a su clientela y recaudar fondos para la lucha contra el hambre y la exclusión social en España. Entre ellos, por ejemplo, el restaurante peruano Aklla, en Madrid, cuya responsable, la peruana Eloísa Vereau, nos cuenta cómo ha logrado poner en marcha un negocio de comida auténtica con ayuda de la asociación.

Entrevista a Susi Díaz:

Dicen que España es el país en el que mejor se come, pero ¿come todo el mundo?

Desgraciadamente en nuestro país más de seis millones de personas no tienen los suficientes recursos para cubrir sus necesidades básicas de alimentación. Y, por si fuera poco, esto pone en riesgo el crecimiento y desarrollo de los niños y niñas que sufren esta desgracia. El 13% de los hogares en nuestro país tiene dificultades para conseguir los recursos que permiten tener una alimentación saludable.

¿Cómo se cocina un futuro sin hambre?

Tanto en los hogares como en la industria alimentaria debemos tomar conciencia del problema. Los alimentos que se tiran a la basura representan un desperdicio de recursos como el agua y la energía. Creo que la clave está en la educación de los más pequeños para cambiar conductas colectivas.

¿Y qué hace ‘Restaurantes contra el Hambre’?

La iniciativa consiste en ofrecer un plato solidario dentro de la carta de los restaurantes que participan en la campaña, donando parte del coste de estos platos a programas de lucha contra el hambre.

¿Desde cuándo colaboras con esta iniciativa?

Llevo ya quince años colaborando con ellos y espero hacerlo durante muchos años más. Desde el minuto uno me emocionó formar parte de esta familia. La labor que hacen es maravillosa y trabajan con toda la pasión e ilusión del mundo. 

¿Cuál es tu ‘plato solidario’?

En La Finca tenemos un arroz meloso con galeras que está espectacular. Lo hacemos con toda la morralla que sale de la lonja de Santa Pola. Le doy una textura melosa y lo termino con un salmonete que desespinamos y colocamos sobre el arroz. Es uno de los platos estrella de nuestra carta y esta campaña no se merece nada menos.

¿A quién se ayuda con esta iniciativa?

A miles de familias en España que no pueden permitirse cubrir sus necesidades básicas de alimentación. El objetivo es que no exista un solo hogar en el que falte un plato completo, saludable y nutritivo sobre la mesa.

Desde la cocina, ¿cómo se ve el mundo?

Entre fogones uno valora muchísimo el producto, la combinación de ingredientes que hacen de un plato una comida nutritiva y equilibrada. Es un sector que invita a reflexionar y tomar conciencia de la importancia de una buena alimentación. También nos hace testigos de la gran cantidad de comida que se desperdiciaría si no trabajáramos dando lo mejor de nosotros mismos. Por todo ello, somos un escaparate maravilloso para promover campañas como la de Restaurantes contra el Hambre.

¿Qué ingrediente falta y cuál le sobra al mundo para ser un plato de Estrella Michelin?

Por mucho amor que le eches a un plato, nunca te vas a pasar. Lo que podría pasar es que le falte. Y si le agregas un buen puñado de empatía, mucho más rico. Le sobra, sin ninguna duda, el egoísmo.

¿La cocina es un sector más solidario que otros?

Quizá en las iniciativas contra el hambre podamos destacar más, pero no creo que haya sectores menos solidarios. Cada uno aporta lo que puede y tenemos que esforzarnos entre todos para luchar contra las desgracias del mundo.