Se subasta una porción de la tarta de boda de la reina Isabel II del año 1947
La casa real británica cuenta con tantos seguidores en el mundo que, ante la noticia de la subasta de una porción de la tarta de boda de la reina Isabel II y el príncipe Felipe, más de uno se ha lanzado a pujar por ella.
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Corría el año 1938 cuando Felipe, un cadete del Britannia Royal Naval College de 18 años, conoció a una jovencísima princesa Isabel de Inglaterra de 13. Se dice que desde entonces no pensaba en nadie más y que intercambiaban cartas de amor durante los años de la guerra. Tuvo que esperar ocho años para pedirle matrimonio oficialmente, en 1946. Ese verano escribió una carta en la que declaraba su amor hacia ella.
"Haber sido salvado en la guerra y visto la victoria, haber tenido la oportunidad de descansar y reajustarme, haberme enamorado por completo y sin reservas, hace que todos los problemas personales e incluso del mundo parezcan pequeños y mezquinos", se podía leer. Pese a que ya tenía un título nobiliario, hubo cierta oposición al matrimonio. Pero finalmente se anunció oficialmente en julio de 1947, rechazando el príncipe los tronos griego y danés.
Contrajeron nupcias ese mismo año, en noviembre, frente a dos mil personas en la Abadía de Westminster. El padre de Isabel, el rey Jorge VI, dijo durante la boda: "Un día Lilibet será reina y él será consorte. Eso es mucho más difícil que ser rey, pero creo que es el hombre indicado para el trabajo". Y así fue. El reinado de Isabel y Felipe fue largo, igual que su amor, y desde su boda han sido los iconos de muchos aficionados a la casa real británica.
Intacta pero con moho
Ahora se ha subastado una porción de la tarta que degustaron aquel día y el comprador ha pagado 2.200 libras por ella. Se encontró bajo una cama de Escocia en la misma caja en la que los reyes se la regalaron a Marion Polson, ama de llaves del Palacio de Holyroodhouse de Edimburgo entre 1931 y 1969, en señal de agradecimiento a su regalo. Aunque estaba algo mohosa, se encuentra intacta y la mujer lo guardó sin probarlo en una maleta.
James Grinter, de la casa de subastas Reeman Dansie con sede en Colchester, dijo que "es un verdadero hallazgo, una pequeña cápsula del tiempo de un pastel glorioso". El pastel original era una auténtica oda a la pastelería de 2,7 metros de altura y cuatro pisos. En la caja original en la que se hallaba había una carta escrita por Isabel II que decía: "Ambos estamos encantados con el servicio de postres; las diferentes flores y el hermoso colorido serán, sé, muy admirados por todos los que lo vean".
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