¿Estrenas casa? Amuéblala con cabeza y corazón

Comprar una vivienda siempre es una decisión complicada. Hace unos meses yo misma me enfrentaba por primera vez a las dudas y miedos que se presentan cuando quieres invertir tu dinero en algo más que una casa, en un hogar y un refugio para tu familia.

Una vez valorada la zona, calculado el presupuesto, estudiada la financiación, hecha una búsqueda exhaustiva… ¡la teníamos ante nosotros! Era la propiedad que más se ajustaba a lo que queríamos, donde empezar a escribir un nuevo capítulo de nuestra historia. Pero, de vuelta a los cálculos, veíamos con temor cómo los fondos que debíamos destinar a la compraventa eran mayores de lo previsto y nos quedábamos sin mucho margen para pequeñas reformas, los muebles, la decoración… Daba auténtico vértigo. “Si es la casa que te gusta, adelante. Si no puedes comprar una docena de cucharas de golpe, compra de una a una, así lo hice yo”. La que me habló así fue mi abuela de 96 años, con esa sabiduría que solo se adquiere con el paso de los años y, también, fruto de haber vivido con austeridad en tiempos difíciles. Seguimos charlando sobre la casa, cómo estaba distribuida, cómo aprovechar el espacio y “estirar” el dinero para “poco a poco”- como ella insistía- dar vida, con corazón y cabeza, a esos cuartos vacíos.

Compramos la casa. Y mi abuela, una de las personas que más se alegró, falleció poco después. No pudo vernos instalados y seguro que ni por un momento imaginó que su ejemplo de las cucharas, así como la conversación que vino a continuación, me iban a ayudar tanto, primero a darme valentía y confianza para dar un cambio en mi vida y convertirme en propietaria y, después, a planificar la decoración y puesta a punto de nuestra casa recién estrenada. Porque no se trata solo de adquirir más o menos cubiertos sino de comprar de forma racional, estableciendo prioridades, evitando las compras compulsivas y buscando una compra inteligente.

Consejos para una compra inteligente

Por supuesto, mi situación actual es muy distinta a la que le tocó vivir a mi abuela y a otras muchas personas de su generación, pero el aumento de la inflación, el Euribor y el gasto energético, entre otros factores, han hecho que cada vez tengamos que hacer más esfuerzo para acceder a la vivienda y, a la hora de equiparla y acondicionarla, sopesemos muy bien lo que pagamos por cada producto versus lo que este producto en sí nos reporta. Por suerte, actualmente existen firmas como IKEA que nos ayudan un poco a solventar esta situación con productos de diseño, funcionales, sostenibles y de calidad, independientemente de lo holgado o no de nuestro presupuesto. Incluso antes de poner un pie en nuestra nueva casa, yo ya había comenzado a ojear sus folletos y a navegar por su web buscando inspiración e imaginando la transformación de cada rincón.

A veces, la oferta puede resultar abrumadora y comprar de forma inteligente requiere hacer una buena elección del producto así que, si te encuentras en una situación parecida a la mía, aquí tienes unos consejos que a mí me ayudaron y que han hecho de mi hogar lo que es hoy en día:  

• Elige un estilo, planifica y prioriza. Como bien decía mi abuela, no es necesario comprar todo el mobiliario de una vez. Hay muchos muebles de los que puedes prescindir al principio. Compra poco a poco, según las necesidades que vayan surgiendo y una vez hayas definido bien el estilo de decoración que quieres (rústico, minimalista, industrial, vintage…) y cuáles son tus prioridades. Así evitarás compras compulsivas, gastar el dinero en productos innecesarios, que no se adaptan a la estancia o que no cumplen exactamente con la función esperada. Además, a la hora de fijar las prioridades, no solo deberás pensar en qué muebles y objetos comprar con más urgencia, sino también en cuáles se va a hacer una mayor inversión, como el colchón, o el sofá, que afectan directamente a nuestro descanso y, por tanto, a nuestra salud y bienestar.

• Apuesta por la funcionalidad y la versatilidad, sin renunciar a la estética. Es normal que al decorar nuestra casa nos dejemos llevar por aquello que nos entra por los ojos, pero no debe ser el único criterio de compra, si no queremos arrepentirnos en poco tiempo. Lo mejor es escoger con cuidado cada pieza con la seguridad de que va durar y te va gustar por mucho tiempo. Debes elegir el mobiliario más práctico en cuanto a diseño, forma, comodidad y espacio, siempre pensando además en tu familia y sus necesidades. Una buena idea, sobre todo si hay niños, puede ser optar por un sofá con fundas desenfundables y lavables, como los de las series PÄRUP y EKTORP, o una cama infantil extensible como el modelo BUSUNGE, que se va ampliando a medida que el niño o niña crece. Otra opción buenísima que podemos encontrar en IKEA son sus sistemas modulares, la solución perfecta para equipar tu casa poco a poco e ir adaptando el mobiliario a los cambios que te va deparando la vida. Por ejemplo, puedes empezar colocando un mueble para la TV de la serie BESTÅ, y a medida que vas ahorrando o que necesitas más espacio para guardar cosas, ampliarlo con módulos extras a derecha, izquierda y encima de la TV, con o sin puertas.

• Elige productos duraderos y de buena calidad, según la función que vayan a realizar. No es lo mismo una vitrina para guardar libros, que una balda para colocar los peluches en el cuarto del bebé. En el primer caso, tendrás que asegurarte de comprar una librería robusta, como el modelo de la serie HEMNES de IKEA, con baldas que soportan bien el peso y no se comban con el paso del tiempo. En cambio, un estante de pared, con un precio mucho más asequible, será más que suficiente para aprovechar las paredes de la habitación infantil. Además, para nuestra tranquilidad, en IKEA hay varias familias de productos, como el sofá STOCKHOLM o las cocinas METOD, que cuentan con garantías muy extensas, de hasta 25 años, lo que da idea de su durabilidad.

• Se creativo y no renuncies al diseño y la sostenibilidad: Quizá tu casa cuente ya con algunos muebles, el pavimento no te enamore o el diseño de los baños y/o cocina no te convenzan del todo. Si es tu caso, pero en este momento no puedes plantearte una reforma o renovación total, prueba con un lavado de cara o un toque de diseño. Muchas veces, con pequeños cambios, como vestir el suelo con una bonita alfombra, logramos ver y vivir nuestra casa con otros ojos. Si quieres actualizar tu cuarto de baño sin gastarte demasiado, puedes limitarte a colocar un espejo nuevo, cambiar accesorios como jaboneras, portarrollos, estantes o grifería. Si buscas algo diferente, en IKEA encontrarás el grifo SALJEN, en negro, que combina diseño, sostenibilidad y precio, ya que está equipado con un arranque en agua fría, para que no desperdiciemos ni una gota de agua caliente, y un aireador para que ahorremos agua. Si además añades unos cestos de almacenaje y unas velas, el resultado puede ser de lo más moderno y fresco. Para darle un nuevo look y personalizar un dormitorio o una sala de estar, puedes incorporar láminas y plantas y, por supuesto, jugar con los textiles. Cortinas, fundas para el sofá, alfombras, cojines… hay infinitas posibilidades que darán un aire nuevo al espacio. La iluminación también puede marcar la diferencia, sobre todo si optas por un diseño galardonado como el de la lámpara de techo SKYMNINGEN, fabricada parcialmente de plástico reciclado. En cuanto a la cocina, si quieres ahorrar tiempo y dinero quizá sea buena idea empezar por cambiar solo la encimera o ganar espacio de almacenaje con el carrito con ruedas RÅSKOG. Será rápido, asequible y tu cocina lucirá como nueva.

Nuestro hogar puede ser el motor de cambio hacia una vida mejor, así que ya has dado el paso y quieres amueblar y decorar tu refugio con mimo pero, también, con responsabilidad y sentido común, estos consejos serán el aliado perfecto para una compra inteligente.