Adicciones del siglo XXI

Workaholic (adicción al trabajo)Se considera un trastorno obsesivo-compulsivo. Síntomas: Prolongar la jornada a diario, trabajar en casa o estando enfermo, manipular para conseguir más trabajo, no delegar, asumir tareas que no tocan… Se sobrepasa la línea cuando… La persona se queda sin vida social y empieza a sufrir problemas físicos. Primero se manifiestan como bajo rendimiento o irritabilidad pero pueden acabar en hipertensión, colesterol, estrés y cuadros de ansiedad.Perfil: Las personas perfeccionistas, muy comprometidas con su trabajo y, en general, con baja autoestima (el trabajo refuerza su identidad).Profesiones de riesgo: Afecta a las profesiones creativas y que estén en constante evolución. Las más proclives: periodistas, profesores universitarios,arquitectos y autónomos.

Tecnoholic (obsesión por la tecnología)No incluida en las listas como trastorno ni adicción, pues el número de casos es todavía pequeño y no tiene rigor científico. Chats, internet… Las actividades más adictivas se dan con los servicios de interactividad al instante, los chats y las webs de contactos. Smartphorexia: los expertos hablan también de un aumento peligroso de la dependencia del móvil (constante alerta, atención a cualquier señal, uso exagerado de los servicios…) que se ve agravado con los teléfonos con servicios de chats y tweets. Perfil extravertido: En contra de la imagen del chico o chica encerrado en sí mismo que ve la vida a través del ordenador, la gente más tecnoaholic suele ser simpática, extravertida y con cierta red de relaciones. Tras la apariencia, se escondan problemas de inseguridad y necesidad de reconocimiento.

Desórdenes alimenticiosAdemás de los conocidos anorexia y bulimia, existen:Atracón por trastorno. Consiste en ingerir muchas calorías (5.000, por ejemplo) en poco tiempo. Casi siempre hidratos, para que sacien, y sin vomitarlos. Ortorexia (obsesión por la comida sana). Afecta a la elección de los ingredientes, el modo de elaboración…Síndrome del gourmet (obsesión por lo exquisito). La adquisición de productos siempre distintivos y de máxima calidad.Drunkorexia (dejar de comer para compensar las calorías del alcohol). Sobre todo se da en mujeres: muy delgadas y ebrias.Sweet Tooth (obsesión por los dulces). Se investiga si es un factor hormonal que disminuiría la serotonina y produciría cambios en las papilas, en mayores de 45 años.Chocolexia (obsesión por el chocolate). Se discute si es adicción: no provoca abstinencia pero sí aumenta la serotonina en el cerebro.

Esteticaholic (obsesión por la cirugía estética). Síntomas: Excesos evidentes y transformaciones poco naturales. Sus consecuencias son las más perjudiciales para la salud porque acaban afectando más alla de la estética. ¿Las más afectadas? Mujeres de 35 años, si bien la edad va bajando.Taturexia (obsesión por tatuarse). Síntomas: Tatuarse cada vez más y esconderlo ante la familia. Según la doctora Díaz-Marsá, «los perfiles más adictivos pueden esconder trastornos de personalidad y problemas alimentarios».Tanorexia (adicción al sol o al bronceado). La persona busca estar morena como sea y cuando recibe la dosis de sol desaparece la ansiedad. Según algunas investigaciones, hay pacientes que sufren abstinencia. ¿La señal de alarma? Cuando interfiere en la vida diaria: por ejemplo, no acudir al trabajo para tomar el sol o rayos UVA. Consecuencias: Piel quemada, seca y con manchas, envejecimiento prematuro y riesgo de melanomas.

Vigorexia (obsesión por un cuerpo escultural). Síntomas: Acudir al gimnasio a diario, entrenar de forma intensa, ingerir productos para muscular, controlar las calorías y los ejercicios físicos. La mayoría son hombres que suelen tener baja autoestima.Tanafobia (obsesión por protegerse del sol). El contrario de la tanorexia, taparse en cualquier situación. Es trastorno si se deja de salir a la calle para no exponerse y la piel no recibe suficiente vitamina D.Blondarexia (obsesión por ser rubia). Síntomas: Lucir un cabello rubio y seguir aclarándolo hasta tenerlo casi decolorado. Consecuencias: El cabello frágil y dañado, y supone un elevado presupuesto mensual en estética.

Famosas que han admitido sufrir...Jennifer AnistonTanorexia La actriz ha confesado que recurre a los autobronceadores para tapar las manchas que el sol provocó en su piel. En una reciente entrevista aseguro que «cuando era joven y me mudé a vivir a California me convertí en una adicta al sol». No podía vivir sin él. Un trastorno ya superado.

Demi LovatoAnorexia y bulimiaLa ex estrella de Disney Chanel ha reconocido que sufrió anorexia, bulimia y depresión. La joven Demi sigue en tratamiento: «Asistir a rehabilitación fue la mejor decisión que he tomado y me salvó la vida. Pero lo cierto es que todavía no he terminado con mis problemas alimenticios.»

Charlie Shen y Brooke MuellerDrogas, alcohol y sexoUna pareja explosiva: él ha reconocido sus problemas con las drogas, el alcohol y el sexo. Charlie Sheen acaba de declarar que pagará una nueva rehabilitacion a su ex mujer, Brooke Mueller, detenida en Aspen por tenencia ilícita de drogas.

Lindsay LohanPoliadictaDesde 2007 la actriz ha ido pasando por diferentes centros de rehabilitación debido a su adicción al alcohol y las drogas. Ella reconoció ser adicta a todo, «también al trabajo, a las compras...» y su propia madre asumió la dificultad de Lindsay para superar sus múltiples adicciones.