10 razones por las que Carolina de Mónaco es el icono ‘+60’ definitivo
La Princesa de Mónaco ha heredado el ‘glamour’ de su madre, Grace Kelly.
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Carolina de Mónaco, hija de la inolvidable Grace Kelly y el Príncipe Rainiero III de Mónaco, ha sido un referente indiscutible de elegancia y sofisticación durante décadas. A sus 67 años, la aristócrata sigue siendo un icono de estilo, demostrando que la moda no tiene edad y que el buen gusto es atemporal. Su capacidad para fusionar su legado ‘royal’ con las tendencias del momento y un aura de sofisticación único (heredado indudablemente de su madre) la ha consolidado como una figura respetada y admirada en la industria ‘fashion’. A continuación, exploramos las diez razones que la convierten en la musa ‘+60’ definitiva.
Legado de elegancia
Desde su nacimiento, Carolina estuvo destinada a ser un referente en la materia. Su madre, Grace Kelly, era un icono de Hollywood y, mucho antes de convertirse en princesa, ya tenía un estilo impecable: ha sabido honrar y adaptar esa herencia con maestría, llevándola a su propio terreno y personalidad. Al igual que ella, su hija, Carlota, se ha convertido en digna sucesora de ambas.
Versatilidad
A lo largo de los años, ha demostrado su capacidad para adaptarse a casi cualquier situación, pasando de ‘looks’ sofisticados a conjuntos más casuales sin perder un ápice de elegancia. Este don camaleónico da testimonio de su profunda comprensión de la moda.
Influencia en la moda
Carolina ha sido musa (y amiga íntima) de diseñadores de la talla de Karl Lagerfeld o Giorgio Armani. Su capacidad para inspirar a las grandes agujas de la industria da fe de su relevancia como icono, que va más allá de ser una simple "percha" para sus prendas.
Sofisticación atemporal
Su estilo se caracteriza por una elegancia que no pasa de moda. La princesa monegasca opta por cortes clásicos y colores neutros, que elevan hasta el infinito su elegancia innata.
Una experta en joyas
La aristócrata sabe cómo combinar sus piezas de joyería para añadir la dosis justa de lujo y sofisticación a sus ‘looks’, pero siempre sin abrumar o caer en el exceso. Generalmente, prefiere piezas discretas.
Defensora de los diseñadores emergentes
Aunque es habitual verla con creaciones de grandes diseñadores, Carolina también apoya a jóvenes talentos, impulsando su carrera y demostrando su implicación y compromiso con la industria ‘fashion’.
Una belleza natural
En una época en la que los neuromoduladores y los retoques estéticos parecen insalvables si tienes una vida pública, la ‘royal’ ha abrazado su belleza natural. Este enfoque genuino y sin artificios refuerza su imagen como un icono de estilo auténtico.
Más allá de la moda
Su afición por el arte, la cultura y su participación en eventos sociales de todo tipo, complementan su imagen pública, haciendo de su vida misma una expresión de su estilo.
Elegancia en lo ‘casual’
Incluso en contextos más relajados, Carolina mantiene una apariencia impecable. Sus elecciones para el día a día, que incluyen desde sencillos pantalones y camisas de lino hasta vestidos veraniegos, son la prueba de que esta elegancia (de la que llevamos hablando todo el artículo) no es exclusiva de los eventos de gala.
Inspiración continua
A sus 67 años, Carolina sigue siendo una fuente de inspiración para mujeres de todas las edades. Su habilidad para reinventarsees una lección de estilo que trasciende generaciones.
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