Michelle Obama tiene quien le pone los pies en la tierra (y no se corta)

Nos encanta. Michelle Obama ha compartido una conversación de WhastApp con su madre que no tiene desperdicio y que demuestra, entre otras cosas, que su progenitora (Marian Shields Robinson) no se anda con tonterías, que tiene mucho sentido del humor, que es capaz de bajar a su hija los humos y sueños de grandeza en cinco minutos, y además, que tiene la curiosidad por saber cómo son las celebrities en persona y pregunta lo que cualquier madre preguntaría a su hija después de que esta haya ido a una gala llena de artistas y rostros conocidos como es la de los Premios Grammy.

En su perfil de Instagram, Michelle Obama ha reproducido los mensajes que intercambió este martes con su madre, tras aclarar lo siguiente: "Cuando tu madre no cree que seas una celebrity "real". Esta noche en Phoenix compartí este hilo de mi madre sobre la noche de los Grammy y tengo que compartirlo con todos vosotros". La exprimera dama, además, acompaña este texto con un emoji de llorar de risa.

En el texto, tal y como se ve en la imagen, la madre utiliza la ironía para indicar que se imagina que Michelle fue una de las estrellas de la noche en la gala de los Premios Grammy, un "hit".

"Estoy sentada aquí con Valerie y este texto es tan propio de ti", le responde Michelle, "¿lo viste?".

"Lo vi porque Gracie me llamó. ¿Conociste a alguna estrella de verdad o te fuiste nada más terminar?", pregunta la madre.

"Te dije que iba a estar allí", le recuerda Michelle.

Tal y como se madre insinúa, bromeando, Michelle Obama fue una de las estrellas de la noche de los Grammy, pese a tratarse de unos premios musicales. La esposa de Barack Obama se subió al escenario cubierta en plata y metalizados para hablar de la emoción y el poder salvador de la música así como su capacidad de unir.

El mensaje de empoderamiento y mujer también estuvo presente en un escenario protagonizado por mujeres: Jada Pinkett Smith, Alicia Keys, Jennifer Lopez o Lady Gaga permanecieron a su lado durante el discurso, que fue seguido por un auditorio atento y ante un silencio sepulcral.